Un frío aire de invierno bailó entre las faldas de la carpa que cubrían a los invitados.
Las manos de Lily temblaban por completo debajo de la mesa, no solo sus manos, sus labios temblaban y los ojos como dos pozos profundos a punto de derramarse.
—Quita esa patética cara.
Barry tomó de su copa para disimular aquel nocivo comentario contra su hija.
A ella la sacudió un temblor y un sollozo se le escapó de los labios.
En el club campestre al que la mayoría de la crema y nata asistía se estaba efectuando un almuerzo invernal, habían demasiadas personas en ese lugar. Pero el estar rodeada de personas no era lo que la tenía a punto de un colapso, lo que la tenía así era estar sentada en la misma mesa que los Bleu.
Sí, su padre y su amante estaban sentados en la misma mesa como si no fuesen más que conocidos.
Estaba desesperada por un papel de esos que Jude le había dado.
¿Qué tenía que hacer para conseguir uno? ¿Vender su alma al diablo?
—¿Me puedo levantar?—susurró con labios temblorosos.
Su madre la miró de reojo—¿Crees que te puedes levantar? Si te levantas es para ir al baño, arréglate ese maquillaje y siéntete bien.
Lily asintió de forma rápida, pidió una disculpa que se perdió en el aire y salió pitando del lugar. Al momento de salir de la carpa se topó con la rubia aquella reina de las nieves, Rebecca; esta la miró de mala gana y siguió su camino con rostro altivo. Encontró refugio en el baño, pero en vez de arreglarse como le había exigido su madre, sacó su teléfono y marcó el número de Jude; el teléfono ni siquiera repicó, estaba apagado por lo que un desespero más burbujeante de lo normal la hizo lanzarlo contra una pared.
—¡NO...! ¡NO QUIERO ESTO!—su arranque de ira se apoderó de ella y Lily enterró sus uñas en su vestido haciéndolo jirones—¡LO ODIO! Odio mi vida, ¿yo qué hice? ¿Qué hice...?
Tan rápido como la ira la dominó, las lágrimas se embarcaron listas para surcar su rostro. Sus lamentos solo se podían igualar a los de algún alma en pena, poco a poco ella misma se fue calmando, Lily se abrazó a si misma, susurrando para ella palabras que la tranquilizaran.
El sonido de unos tacones la hicieron reaccionar pero no logró levantarse a tiempo, su madre entró y le encontró hecha todo un desastre.
Lara lanzó sus garras al brazo de su hija y la levantó de un tirón—¡Niña! Mírate, ¿qué te hiciste muchachita?
Lily se trató de soltar del brazo de ella con desespero, temblando del miedo.
—Ma-má-
—¡Cállate!—Lara la sacudió para revisarla y le sujetó con afiladas garras el rostro—¿Quieres llorar? ¡Llora pues! Harás que me de un infarto.
Lily logró soltarse del agarre de su madre y se alejó dando traspiés.
—¡No! No quiero ir contigo, ¡te odio!
Salió corriendo tan pronto pudo, apresuró el paso lista para ir directo a la salida cuando le pasó por un lado a un grupo de personas que entraban.
Ursula vio con preocupación como Lily les pasaba por un lado hecha un desastre, apretó el brazo de su hijo que se había quedado absorto mirando también a la chica.
—Cariño, tomen asiento ustedes—se desprendió de su esposo e hijo para ir detrás de Lily.
Se apresuró a ir detrás de Lily que estaba escondida entre los autos en el estacionamiento, no era difícil verla pues llevaba un hermoso vestido de tul color lila despedazado.
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Perfecta Locura
Teen Fiction"Atrévete a perder la cabeza por amor" Antes de Nicholas Hamilton, mucho antes del descontrol en su vida... estaba Oliver Zylka. Lily ha pasado toda su vida siendo el títere de todos, aislada, manipulable e ingenua; su vida nunca le perteneció y la...