Las defensas cayeron como caen los gigantes, con fuerza.
Los labios de ella fueron dulces, le pedía una sola cosa, quería que él se quedase con algo de ella antes de que eso también se pudriera como todo lo demás.
Al igual que el beso anterior, este subía de intensidad, ya estaban perdidos como para detenerse pero aún él luchaba. Suspiró cuando sintió los labios de Lily besar con torpeza pero con deseo su cuello, cuando las manos de ella tironearon de su cabello haciéndolo echar la cabeza atrás. Ella no sabía que hacía, solo se dejaba llevar, solo dejaba que sus instintos la guiasen. Un ronco gemido por parte de Oliver le advirtió que lo que hacía le agradaba, así que no se detuvo.
Las manos de él apretaban sus caderas conteniéndose, pero volvió a gemir cuando los labios de Lily bajaron de su cuello por su abdomen, casi besándolo con adoración.
Por muy horrible que estuviese su vida, por mucho que estuviese en una guerra... A veces, a las personas se les olvida que hasta en las guerras las personas tienen sexo, o hacen el amor.
Él tragó saliva, luchando—. Lily, no, no puedo.
Su boca decía que no podía, su cuerpo suplicaba porque lo hiciera.
Ella le pasó el pulgar por esos labios que le parecían perfectos—¿Por qué? Quiero estar contigo.
Oliver tomó aire, era tan difícil.
—Porqué no. Tienes qué hacerlo porque amas a una persona—le pasó una mano por la mejilla llevándole detrás de la oreja un mechón del cabello mirándola con dulzura—, tienes que hacer el amor, no lo hagas por capricho.
Ella se rió.
—Amor—asintió—. Oliver, se supone que debo amar a Nicholas, es lo que todos quieren.
—Ámalo—le animó aunque todo en su interior se retorció de una forma que jamás lo había hecho—, hazlo con él, Lily. Con él no será algo qué está mal.
Ella sacudió la cabeza rápidamente, ¡no! Él no entendía, ella llegaría a amar locamente a Nick pero en ese momento, en ese instante donde era dueña de si misma, solo lo quería a él.
Estaba enamorada de Oliver desde el primer momento que lo vio.
La revelación la sacudió, y no se contuvo en decírselo.
—Estoy enamorada de ti, es lo único que tengo.
Mierda.
¡Y mil veces mierda! Él también estaba enamorado de ella, le había parecido linda cuando se conocieron, le había atraído la segunda vez que se vieron y la última vez ya le gustaba, solo había alargado el suplicio.
Aún a sabiendas de sus sentimientos que explicaban la manera que se había estado comportando; meneó la cabeza.
—Lily, te mereces una primera vez con flores, velas, algo de lo que no te arrepientas luego—la manera en que la miraba le confirmó a ella que sí, Oliver era real y que se sentía igual que ella—, no esto, mira: un estudio lleno de pinturas, estoy lleno de barro y esto no es nada romántico.
Ella sonrió. Una sonrisa de verdad, hermosa, una que le llegaba a los ojos.
—Oliver-
La interrumpió, había un detalle importante—. Y... no podría detenerme, o controlarme.
Ella ya se lo había imaginado cuando él le devolvió el beso. En respuesta tomó las manos de él y las llevó hasta el borde de su suéter.
Oliver dio un suspiro y la besó con delicadeza mientras le sacaba por encima de la cabeza el suéter, alejándose uno segundos para dejarla libre. Le dio cortos y húmedos besos sobre los labios antes de que sus ojos descendieran por el cuerpo de ella. Sus senos quedaron bien al ser ahuecados por las manos de él, eran de un tamaño apreciable y se veían bien con ese sostén de color rosa pastel.
ESTÁS LEYENDO
Perfecta Locura
Teen Fiction"Atrévete a perder la cabeza por amor" Antes de Nicholas Hamilton, mucho antes del descontrol en su vida... estaba Oliver Zylka. Lily ha pasado toda su vida siendo el títere de todos, aislada, manipulable e ingenua; su vida nunca le perteneció y la...