El estudio de Ursula Zylka estaba en una zona bohemia de la ciudad en un edificio industrial reformado, estaba en un ático de paredes altas con grandes ventanales; apenas había un par de muebles pues el resto del lugar estaba repleto de caballetes, botes de pintura, pinceles, lienzos y demás tipo de materiales de un artista. Incluso había un bloque de granito con una escultura a medio hacer, también latas y cerámica que estaban destinadas a ser grandes obras de arte.
—Mamá—Oliver llevaba una caja pesada—, ¿falta mucho?
Ursula le sonrió a su hijo, ella llevaba unos lienzos nuevos.
—Cinco pisos más, cariño.
—Ay...—gimoteó él.
Ella se rió, realmente solo faltaba un piso, no habían subido por el elevador porque... bueno, porque a ella le gustaba usar a su pequeño hijo de vez en cuando.
Abrió la puerta y dejó pasar primero a Oliver que dejó la caja en una mesa larga que había, él estiró los músculos agarrotados.
Hacía ejercicio pero lo que llevaba en esa caja pesaba como diez elefantes.
—Listo—sonrió satisfecho y la escultura a medio hacer le llamó la atención—, ey, ¿qué hacías aquí?
Viendo a Oliver parado de medio lado, con su perfil y su cabello a contra luz; a ella se le ocurrió una magnífica idea. No necesitaba un modelo si tenía a su hijo.
—Nada importante, cariño, ¿le harías un favor a mamá?
Él la miró de reojo, una vocecita en su cabeza gritó asustada. Su madre no lo estaba viendo como la criaturita que adoraba, lo estaba viendo con ojos de artista.
—Depende—titubeó, inconscientemente trató de esconderse.
Ursula se cruzó de brazos en plan mandón y señaló un punto a su lado.
—Ven acá, Ollie.
Él sacudió la cabeza—¿Para qué?
—Oliver James, ven acá.
Lanzó un suspiró y fue hacia donde ella le indicaba, ya estaba atrapado, su madre sabía que no tenía nada que hacer por el día ya que David estaba con alguna chica y Jude estaba encerrado en un baño de la casa con comida y cartas para que no se aburriese en el día.
Ella lo hizo enderezar la espalda y empezó a dar vueltas alrededor de él. Su contextura era esbelta, no tenía los músculos extremadamente marcados como un adicto al gimnasio pero sí estaba muy bien, los rasgos de su rostro eran fuertes; ese día sus ojos aceitunados estaban más claros y el cabello lo llevaba revuelto como siempre sin contar su tez suavemente tostada.
Sí, tenía a su modelo.
—Hijito mío, ve al baño un segundo y quédate allí hasta que te llame.
Estaba muy atrapado.
Mientras Oliver estaba en el baño llamando como loco a David para que lo socorriese, su madre preparó rápido una idea para su próximo cuadro.
Arrastró un sillón de cuero que tenía hasta una de las paredes de ladrillo lavado, movió algunas plantas de hojas grandes y verdes hacia el mismo lugar y con mucho trabajo movió algunas esculturas sin terminar al mismo lugar, al igual que una caja de madera con una lámpara antigua que usaba para cuando bosquejaba.
Solo faltaba Oliver.
—¿Qué estás haciendo?—la voz del chico la hizo dar un respingo.
Ella suspiró aliviada—. Casi me matas del susto, ven acá.
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Perfecta Locura
Fiksi Remaja"Atrévete a perder la cabeza por amor" Antes de Nicholas Hamilton, mucho antes del descontrol en su vida... estaba Oliver Zylka. Lily ha pasado toda su vida siendo el títere de todos, aislada, manipulable e ingenua; su vida nunca le perteneció y la...