El dolor de cabeza de Lily era inmenso. Apenas había tomado tres vasos de licor de café y había quedado en un estado nada agradable.
Sí, su idea de verse genial para encajar con el grupo de amigos de Nick no fue la mejor idea que tuvo en su vida.
El dúo de rubias, Emily y Jane según recordaba como se llamaban; no le habían agradado desde el momento en que la miraron como si fuese una intrusa. Mejor dicho, Jane la había asesinado con dagas al ver que Nick estaba sentado junto a ella; y Emily había cumplido su papel de hermana apoyando a Jane.
Por otro lado, Chad era agradable, le cayó de lo mejor; y Gael algo imbécil pero se veía que también tenía corazón.
Definitivamente aspiraba a quedarse en ese grupo. Y con Nick, de ser posible.
—Buenos días, Lily—saludó Tessa cuando la vio bajar.
Faltaba poco para el mediodía.
Ella le sonrió apenada—. Buenos días, señora Tessa. Yo... lamento... eh...
Tessa movió su mano para restarle importancia.
—Tranquila. Mi hijo me dijo que te sentiste un poco indispuesta, qué bueno que te trajo a casa.
Un súbito rubor cubrió sus mejillas. Nick había hecho lo mismo que Oliver, cuidarla. Eso lo hacía mucho más perfecto. Quizás Nick sí se fijaría en ella a diferencia de Oliver quien era mayor y seguro salía con fabulosas e inteligentísimas chicas universitarias.
Demonios, qué fácil fue que le gustase Nicholas.
Tessa se ofreció a llevarla a su casa debido a que Nick no estaba, Lily aceptó.
Solo que en su casa había un pequeño asunto, ella había perdido sus llaves así que tuvo que rodear la casa y entrar por el estudio de su padre. O por lo menos lo intentó. Apenas se había acercado con cuidado por una ventana cuando vio que había alguien en el estudio, mejor dicho, su padre con alguien más.
Ashton, a quién ella creía su amigo; acababa de entrar al estudio y detrás de él Barry. Lily se escondió de manera que no la vieran, pero no era necesaria tal precaución porque los ojos de su padre estaban fijos directamente en el trasero de Ashton.
¿Qué hacía Ashton Bleu en su casa con su padre?
La respuestas llegó peor que un tornado. Barry giró al chico a quién le llevaba quizás veinte o veintiún años; y sin cuidado lo besó. Ashton le devolvió el beso con más pasión e intensidad, se tocaban, no de una forma cariñosa como una pareja de enamorados si no como dos amantes llenos del más puro deseo y de la adrenalina de solo pensar que los podían atrapar.
Lily no parpadeó, respiró o hizo algo. La imagen la dejó en shock.
Ellos se fueron desnudando con rapidez, deseosos de tocarse; Lily solo pudo cubrirse la boca con las manos mientras una lágrima se le escapaba al ver como Ashton se arrodillaba soltándole el cinturón a su padre.
No pudo más. Arrancó a correr hacia la parte más alejada de la casa, en una esquina del jardín donde se aseguró de que nadie la viese. Hacía de todo para no hacer ruido al llorar y sus lágrimas corrían con fuerza por los lados de sus mejillas.
¿Por qué su padre les hacía eso a ella y a su madre? ¿Por qué las engañaba? ¿Por qué con Ashton? Ella creyó tener un amigo pero no era así.
Se dio cuenta que donde estaba nadie la escucharía llorar así que se descubrió los labios y lloró libremente.
Le dolía, era como si le hubiesen arrancado algo en su interior. A medida que la imagen del estudio se repetía en su mente muchos otros momentos extraños también lo hicieron. Incluso algunas cosas comenzaron a tener sentido, por ejemplo: porqué su padre no estaba en casa, porqué discutía tanto con su madre y porqué siempre tenía 'viajes de negocio' o se encerraba en su estudio.
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Perfecta Locura
Ficção Adolescente"Atrévete a perder la cabeza por amor" Antes de Nicholas Hamilton, mucho antes del descontrol en su vida... estaba Oliver Zylka. Lily ha pasado toda su vida siendo el títere de todos, aislada, manipulable e ingenua; su vida nunca le perteneció y la...