Capítulo 18

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_________ Gormsson

Extrañaba a mis padres, más de lo que imaginé. Haber estado con ellos durante toda la tarde, charlando me había animado bastante.

Mi habitación estaba igual como la recordaba, mis padres no habían hecho ningún cambio.

Deimos estaba en los establos, estaba contento.

Y yo estaba en la comodidad de mi habitación.

Debí suponer que Hiccup tendría novia, y debí suponer que sería Astrid, ella es la vikinga más bonita de Berk.

Escuché como rocas chocaban con la ventana, me asome a observar: Era Hiccup.

Era como en los viejos tiempos, cuando él quería hablar, lanzaba rocas esperando a que yo saliera.

Sonreí y salté de la ventana hacia el árbol más cercano, luego descendí de él hasta llegar al lado de Hiccup.

—Bueno, ahora presumiré mi altura —comentó Hiccup con una sonrisa, parándose erguidamente.

—Ja ja —dije sarcástica— Ven, vamos a caminar. Creo que aún recuerdo el bosque.

Comenzamos a caminar hasta el bosque, recordando viejos tiempos y contándonos anécdotas que nos habían sucedido a lo largo de estos años, en los que yo estuve fuera de su vida.

—Nunca imagine volver a tener estás charlas contigo —comentó Hiccup— por cierto, ya no me meto en problemas.

—¿No? Deberíamos hacer algo, como en los viejos tiempos —propuse— competencia de natación...

—Bien, he mejorado —me guiñó un ojo.

—¿Tu novia no se enojará? —pregunté sorprendiendo a Hiccup.

—No, no lo creo —se encogió de hombros—  Así que ¿Competencia de nado?

Yo asentí.

Sonreímos y comenzamos a correr hasta el lago que conocíamos. Una vez allí, comenzamos a quitarnos rápidamente nuestras ropas.

Estaba anocheciendo.

Con la poca luz que quedaba, observé el cuerpo de Hiccup.

Era cierto, ya no éramos niños. Ambos habíamos cambiado notablemente. Hiccup tenía un muy buen físico.

Hiccup me observó y se sonrojo levemente.

Mostrarnos así cuando teníamos catorce años no nos afectaba en nada, solo pensábamos en jugar.

—¿Listo? —pregunté acercándome a él.

Ambos estábamos en ropa interior.

—Siempre —dijo él— a la cuenta de tres —dijo y yo asentí— Uno, dos ¡Tres! —exclamó.

Ambos saltamos a la fría agua de la laguna, comencé a nadar rápidamente.

Cuando me cansé de nadar, me detuve y me quedé flotando en las heladas aguas.

Me asusté cuando mire hacia todos lados y no veía a Hiccup.

—¿Hiccup? —grité asustada— ¡Pensé que eras bueno nadando! —grité imaginando que pudo haberse ahogado

Me asusté más cuando sentí algo tocar mis piernas.

—¡Dioses! —grité asustada.

Hiccup salió de las profundidades del agua, había nadado por debajo para asustarme. Lo había logrado.

—¡Por el amor de Thor! —grité y comencé a tirarle agua— ¡Casi me muero de un paro cardíaco!

Hiccup reía mientras me sujetaba por la cintura.

—Te dije que había mejorado —comentó entre risas.

—¿Sabes que me vengaré? —dije molesta.

—Correré el riesgo —respondió con una sonrisa ladeada— Hey, estás tiritando —toco mis brazos, acariciándolos delicadamente— será mejor que salgamos.

Asentí mientras nadabamos hasta la orilla. Ahora sí era de noche

Maldita sea, mi ropa interior está empapada, si me pongo las prendas de ropa sobre ésto, también se mojarán.

—Creo que tenemos el mismo problema —comentó Hiccup mientras se acercaba a mi— podrías cambiarte detrás de ese arbusto —me indicó mientras caminaba de espaldas— me cambiaré por acá.

Reí y me ubique detrás del arbusto, rápidamente me saque la ropa interior mojada y me puse las otras prendas de ropa. Salí del arbusto, Hiccup ya de había cambiado.

Comenzamos a caminar de regreso a la aldea.

—Es raro caminar así —comenté.

—Solo serán unos minutos —dijo sonriendo, abrazándome por los hombros— hay que repetir esto.

—Claro, cuando quiera agarrar un resfriado te lo haré saber —respondí irónica haciendo que Hiccup riera.

Extrañé su risa.

—¿Has hecho algún invento? —pregunté emocionada.

—Demasiados, unos son realmente buenos —respondió— ¿Recuerdas cuando pensábamos en hacer un hacha en llamas? —preguntó y yo asentí riéndo— Bueno, hice una espada que puede estar en llamas.

—¿Es en serio? —cuestioné asombrada.

—Lo es —respondió orgulloso— Mañana puede que te la muestre.

—Por favor —dije sonriendo.

Cada vez la aldea estaba más cerca, a la vez cada vez hacia más frío.

—Dioses, moriré de frío antes de llegar a mi casa —comenté mientras mis labios temblaban.

—Ven, no hay prisa por llegar —Hiccup se detuvo y agarró mi abrazo, me atrajo hacia él y me abrazó.

Creo que nunca en mi vida sentí mi corazón later tan deprisa.

Estar en los brazos de Hiccup me dio más calor de lo esperado.

—¿Mejor? —preguntó luego de unos minutos, yo asentí aún en sus brazos— La noche está asombrosa —comentó.

Alcé la vista, él estaba observando el cielo estrellado que estaba sobre nosotros.

—Creo que deberíamos seguir nuestro camino —dije.

Hiccup me observó y asintió con una sonrisa. Me abrazó por los hombros asegurándose de que no me diera demasiado frío y seguimos nuestro camino.

[...]

—¿Subirás por el árbol? —preguntó Hiccup cuando llegamos a mi casa.

—Eso creo —me encogí de hombros— Fue un gran día.

—Mañana lo será aún más —me sonrió, besó mi mejilla y se fue en dirección a su hogar.

Suspiré mientras lo veía caminar.

Evidentemente, irme de aquí había sido un gran error.

Buscándote [Hiccup y Tú]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora