Buscándote [Hiccup y Tú]

Capítulo 25

_______ Gormsson

Luego de un largo trayecto, habíamos llegado al fuerte de Drago, los chicos se habían escondido junto a sus dragones, Deimos también se había escondido.

Nerviosa comencé a caminar por las instalaciones.

Caminé por un muelle, a las orillas habían barcos con hombres bajando cajas, alcé la vista y pude divisar a Hiccup sobre una colina de hielo. Me estaba siguiendo para ver lo que ocurría.

—Gormsson —saludó Eret— No pensé volver a verte —fingió falso molestar ante mi presencia.

—Eret hijo de Eret...¿Cómo está tu padre? —pregunté con burla y él rodó los ojos.

—Ven, sígueme, él jefe muere por verte —dejo un barril y llamo a otros hombres para que se encargaran de él, mientras comenzó a caminar y yo lo seguí.

—¿Tienes idea de lo que quiere? —pregunté susurrando cuando no había nadie.

—Creo que tengo una idea, y la odiaras —respondió sincero.

Habíamos llegado donde estaba Drago Manodura. Eret me dio unas palmadas en mi espalda y se fue, dejándome sola con el hombre de un solo brazo.

—_____ Gormsson, un gusto volver a verte —saludó con una desagrable sonrisa.

—Sí, claro —respondí— ¿Qué quieres?

—¿Así saludas a viejos amigos? —preguntó molesto— Niña, te recuerdo que te salve la vida.

—Sí, por eso mismo estoy aquí —contesté— ¿Qué quieres? —reiteré mi pregunta cruzándome de brazos.

—Seré breve: Eres buena luchando, también puedes domar dragones y tienes buen carácter —enumeró mis cualidades, yo solo asentía afirmando todo lo que él decía sobre mi— Por esas razones, quiero se seas parte de mi familia.

—¿Qué quieres decir? —pregunté extrañada.

—Como sabrás, dragones mataron a mi familia ¿No? —preguntó y yo asentí, ya me había contado aquella historia— Bien, solo alguien logró sobrevivir y fue mi hijo: Ragnar.

Al decir este nombre, un chico se posicionó a su lado, quizás era uno o dos años mayor que yo, tenía la tez levemente tostada, el cabello negro azabache con algunos rulos, los ojos oscuros y sin brillo.

—Un gusto —saludó el muchacho, era un poco más bajo que su padre.

—Quiero que te cases con mi hijo —terminó de decir Drago.

Abrí los ojos asombrada y asustada.

—Disculpa, pero esto no podrá ser, no quiero hacerlo —expliqué rápidamente.

—¿Crees que soy idiota? Sabía que vendrías con alguien —silbó y dos hombres llegaron sujetando a alguien que llevaba las manos en la espalda y la cabeza agachada— ¿Quieres que tu amigo muera?

Finalmente, los hombres obligaron a que el chico que llevaban levantará la cabeza: Era Hiccup. Lo habían encontrado.

Maldita sea, lo que no quería está sucediendo, no quería que salieran lastimados.

—Solo...deja que se vaya —respondí sin dejar de mirar a Hiccup a los ojos.

—¡No! ¡______ no puedes hacer eso! —gritó Hiccup tratando de zafarse del agarré de aquellos hombres.

—Deja que se vaya, no lo sigas y no le hagas daño. Esas son mis condiciones —respondí está vez mirando a Drago, él asintió convencido.

—¡_____ NO LO HAGAS! —gritó esta vez Hiccup más fuerte.

—¿Harás lo que digo? —le pregunté a Drago tratando de no oír los gritos de Hiccup.

—Lo haré —respondió lacónico.

Asentí.

Hiccup volvió a gritar aún más fuerte y desesperado. Los hombres volvieron a llevárselo del lugar. Drago se fue con los hombres.

—Sin hacerle daño —le recordé a Drago antes de que se fuera él asintió y salió del lugar.

—a mi tampoco me gusta la idea, créeme —comentó Ragnar a mi lado.

—¿Trataste de que tu padre cambiará de opinión? —cuestioné molesta.

—¿Por qué te enojas conmigo? No tengo la culpa de este desastre —respondió ofendido.

—Pero tu padre sí la tiene —respondí frustrada— ¿Tienes alguna idea para que esto no ocurra?

—Huír no servirá —respondió.

—Lo sé, tengo experiencia con eso.

—Encontraremos la manera de no realizar ese matrimonio —suspiró con pesadez— ¿No irás a despedirte de tu novio?

—¿Novio? —cuestioné.

—Sí, el chico que estuvo gritando aquí y...

—Es solo mi amigo —respondí interrumpiendo— Y no, no creo poder despedirme de él.

—Comprendo —dijo Ragnar— ¿Quieres ir a pelear?

—¿De verdad preguntas eso cuando todo esto acaba de suceder? —pregunté divertida y el asintió con una sonrisa.

—¿Quieres o no? —volvió a preguntar.

—Bien, vamos —respondí.

Comenzamos a caminar por el lugar para llegar al lugar de combate.

Tenía ganas de ir a ver cómo estaban los demás: Patapez, los gemelos, Patán, Astrid. Pero sería imposible, quizás si iba en su encuentro, también terminarían por encontrarlos y no quiero ponerlos en riesgo.

—¿También te gusta matar dragones como a tu padre? —pregunté mientras caminabamos.

—No importa lo que me guste o no, debemos concentrarnos en arruinar los planes de mi padre —respondió fríamente.

—Quiero conocer a mi futuro ex prometido, eso es todo —me encogí de hombros.

Ragnar rió ante el apodo que le había puesto.

—Solo sobreviví al ataque de los dragones, porque...no luche con ellos, en cambio mi madre y mi hermana mayor sí —respondió— Los dragones no te atacarán si no les haces daño, es estúpido atacarlos y formar un ejército

—¿Realmente eres hijo de Drago?

—¿Realmente haces este tipo de preguntas?

—¿Realmente quieres pelear contra mi sabiendo que ganaré?

—¿Realmente estás segura de eso?

—¿Realmente no te cansas de comenzar una pregunta con realmente?

—¿Realmente sigues preguntando?

—Bien, tu ganas, no se me ocurre otra pregunta —alcé los brazos vencida, mientras él reía.