Buscándote [Hiccup y Tú]

Capítulo 33

______ Gormsson 

 —¡Suéltame! —traté de zafarme del agarré de Astrid, me abrazaba fuertemente por la espalda, impidiendo que pudiera moverme. 

 —¡No lo hagas! —gritó detrás de mi.

Me soltó cuando Estoico yacía en el piso, inerte. Él había recibido el impacto. 

Me voltee hacia Astrid molesta.

 —¿Por...por qué me detuviste? —susurré furiosa, acercándome a ella— Pensé que me odiabas y ahora... ¿Quieres salvar mi vida? 

 —No te odio y...no es el momento para explicar todo esto —dijo apenada. 

  —Tienes razón. No es el momento —le di la razón— Pero esto es mi culpa, no debiste salvarme la vida —le susurré mientras sentía una lágrima caer por mi mejilla

 —_____.... —susurró mi nombre mientras me volteaba. 

Corrí hasta Hiccup, me senté sobre mis rodillas abrazándolo, mientras el lloraba la pérdida de su padre.

La pérdida de un jefe.

Drago había ordenado al alfa a que se fueran, con todos los dragones. 

Habíamos perdido. 

 —Hiccup... —susurré acariciando su cabello, mientras el limpiaba los últimos rastros de lágrimas. 

Él aparto mi mano, tomándola con delicadeza, observándome directamente a los ojos. 

 —¿Por qué...? Tú querías... —susurró, sin poder completar la oración. 

 —Hiccup... —susurré apenada. Sabía que se refería a que yo pensaba sacrificarme para que él estuviera a salvo. 

Hiccup se puso de pie, ignorándome. Recibió un abrazo por parte de su madre, ambos habían perdido un integrante de su familia. 

[...]

Estoico tuvo un funeral digno de un jefe y guerrero como él. 

Ahora, todos nos dirigíamos al fuerte del difunto alfa. 

 —Hiccup... —me acerqué a él, caminando a su lado 

 —Aléjate de mi —sentenció con una gélida mirada. Lo observé confundida— Si yo....si no hubiera querido ayudarte, nada de esto habría pasado.

—Yo no te obligue a hacerlo... —susurré apenada

—Sabías que no podría negarme —dijo furioso— Dioses ¡Perdí a mi padre por querer ayudarte! ¡Si no te hubieras ido...si yo no te hubiera buscado todo este tiempo nada de esto habría pasado! ¡NADA! —grito molesto, la vorágine de sentimientos que tenía en este momento, lo hicieron hablar cosas realmente hirientes.

—Oye, cálmate —Ragnar se acercó hasta nosotros y me alejó de Hiccup— No le hables así —lanzándole una mirada cargada de odio, me abrazó por los hombros, obligándome a caminar a su lado, mientras Niels se nos unía.

Sentí ganas de llorar, de todos modos era cierto, de no ser por mi, su padre habría estado vivo.

—No es tu culpa, no podías saber que esto sucedería —Ragnar susurro tratando de ayudarme para sentirme mejor.

Solo asentí, aunque no lo creía así.

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Hiccup Haddock

—Te has pasado —Astrid camino a mi lado susurrando aquello, luego aceleró el paso dejándome atrás

Observe a mí madre, que caminaba a mi lado, se notaba la tristeza en su rostro.

—No te sientas mal, estando enojados, todos decimos cosas que no queremos—me sonrió apenada— Cuando esto acabe, podrás disculparte con ella.

—No quería decir todo eso... —susurré observando como ella caminaba por delante, siendo abrazada por el azabache.

Mi madre me dio unas palmadas en la espalda reconfortándome.

Cuando esto acabara, me disculparía con ella, ahora no tenía tiempo para aquello. Debíamos ir a enfrentar a Drago y acabar con todo esto de una buena vez.

No seguiré lamentándome por los acciones y palabras. Al menos no ahora.

—Bien, tengan cuidado al montarse sobre los bebés dragones. No obedecen a nadie y probablemente más de alguno saldrá herido a causa de aquello —explicó mi madre mientras señalaba a los bebés dragones que jugueteaban.

No siguieron al nuevo alfa debido a la condición ya explicada de mi madre. Sorprendente.

—¿De verdad iremos sobre esas cosas? Se ven tan inofensivos —rió Brutacio junto a su hermana mientras señalaba a los pequeños dragones con la mirada.

Cada uno se montó sobre un bebé dragón, y emprendimos vuelo con demasiada dificultad.

—¡ME CAIGO, ME CAIGO! —gritó Brutacio aferrándose al dragón.

—Y dijiste que se veían inofensivos —comentó Heather con burla mientras pasaba al lado del rubio.

El resto del trayecto se mantuvo en silencio, solo siendo interrumpido por alguno de los gritos de quienes estaban a punto de caer de los dragones.