Capítulo 35

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_____ Gormsson

Luego de unos días, la aldea continuaba en proceso de reconstrucción, incluso estaban haciendo una estatua como homenaje al difunto jefe, Estoico.

—Mamá, papá, iré a entrenar —me dirigí a mis padres, quienes estaba hablando tranquilamente en la cocina de nuestro hogar.

—¿A estas horas? ¿No crees que es un poco tarde? —preguntó mi madre alzando una ceja.

—Todo el día ayudo a reconstruir la aldea, Niels está dormido en mi cama y quiero un tiempo para mí, necesito entrenar —me encogí de hombros.

—Ve con cuidado —mi padre autorizó mi petición con una sonrisa.

Asentí y salí de nuestro hogar mientras me dirigía a la zona de entrenamiento de la aldea. Fue lo primero que reparamos.

Niels, el niño que rescaté del duro entrenamiento de Drago, ahora está feliz estando en Berk. Aquí no se sentía diferente y estaba contento de vivir conmigo.

—¿También entrenas por la noche? —preguntó Astrid, quien afilaba su hacha sentada en un pequeño taburete.

Asentí y me acerque a recoger un arco y unas flechas, fije mis objetivos y solté la flecha, dando en todo momento en el blanco.

—Buena puntería —halagó la chica rubia sonriendo nerviosa.

Me voltee hacia ella y me acerqué, dejando escapar un suspiro.

—¿Qué está sucediendo? —pregunté tomándola por sorpresa, me observó sin comprender, por lo que decidí explicar mi pregunta— Digo...has estado siendo amable conmigo, y...ya sabes, todo lo que sucedió antes con Drago.

—Hay una explicación para eso, pero seguramente no me hablarás luego de oírla —dijo seria.

—Pruebame —susurré provocativa.

Astrid alzó la vista hacia el oscuro cielo estrellado, lo único que se oía eran los gruñidos o rugidos de algunos dragones que aún no conciliaban el sueño.

—Algo está mal conmigo —susurró luego de un rato, sin despegar la vista del cielo.

—¿Qué quieres decir? —cuestioné confundida.

—Siento atracción hacia una mujer...eso...no es normal, no está bien —explicó nerviosa, acomodando su flequillo detrás de su oreja. Ahora tenía una mejor vista de sus ojos azules.

—¿Hacia una mujer?... —susurré pensativa— ¿De quién? —cuestioné curiosa, Astrid solo se quedó en silencio observándome. Ahora tenía sentido su actuar raro hacia mi.

—Lo sé, en un comienzo fui dura contigo, pero era por eso. Sentía atracción hacia ti, y creo que comenzó cuando te largaste de aquí. Cuando volviste, estabas cambiada...eso hizo que...la atracción fuera más fuerte. Supongo que a Hiccup le pasó lo mismo —rió nerviosa— Mi forma de evitarte para que esa atracción no se volviera más fuerte, era siendo fría y dura contigo, esperaba que funcionara pero...ya da igual.

Estaba sin palabras y boquiabierta.

—Esta mal visto lo que siento —prosiguió con su monólogo— y entenderé si no quieres hablar conmigo. Estás con Hiccup y seguramente no sientas lo mismo que yo.

—Yo no veo mal que sientas atracción hacia una mujer... —tome su mano animándola, pero la solté rápidamente al pensar que se podía prestar para malos entendidos— pero tienes razón...yo no siento lo mismo y lo lamento. Ahora todo tiene más sentido

Astrid soltó una risa nerviosa y asintió.

—Pensé que era el único que estaría aquí está noche —Hiccup habló alzando la voz mientras se acercaba hacia nosotras.

Astrid se puso de pie rápidamente y posicionó su hacha sobre su hombro, aún sujetándola con su mano.

—Astrid...cualquier cosa que necesites puedes hablar conmigo... —susurré nerviosa acomodando un mechón de mi cabello detrás de mí oreja.

—¿Amigas? —sonrió.

—Amigas —afirmé también con una sonrisa

Astrid observó con atención mi oreja.

—Dioses ¿Cuántas perforaciones tienes en la oreja? —preguntó riéndo— En fin, nos vemos. Adiós pez parlante —se despidió mientras Hiccup se acerca hacia mi.

—¿Todo bien? —preguntó Hiccup besando mis labios rápidamente, luego sacó su espada.

—Eso creo... —reí nerviosa, Hiccup con su mirada me dio a entender que no le estaba contando todo— ¿Qué opinas de que dos mujeres estén juntas?

—¿Piensas dejarme por una mujer?

—¡Me encantas! No haré eso

Hiccup rió antes de responder mi pregunta:

—Es raro y está mal visto, no sé que otra cosa podría opinar al respecto. En fin ¿A qué viene esa pregunta?

—¿Entrenas? —sonreí mientras tomaba su mano, obligándolo a caminar al centro de lugar para que pudiéramos entrenar.

Rápidamente recogí un par de espadas y volví con el chico de ojos esmeralda.

—¿Mañana también ayudarás? —Hiccup se acercó con su espada, tratando de atacarme. Sin embargo con mis espadas detuve su ataque.

—No, pienso ir con Ragnar a informar la muerte de su padre a los cazadores —lo ataqué, el lo esquivo y de un movimiento rápido me dejó en el suelo.

—¡Es peligroso! —dijo preocupado.

—Estaré bien —susurré mientras él me extendía su mano para ayudarme. La tomé y me puse de pie, atacando rápidamente dejándolo en el suelo.

Yo estaba sobre él, y al darme cuenta de esto, me ruboricé al instante.

Hiccup con una sonrisa ladeada, tiro su espada a un lado de nosotros, irguió su torso y puso sus manos en mi cintura.

Estaba sentada en su entrepierna.

Dioses

Estoy sentada en su entrepierna.

Hiccup besó mi cuello, sentía como mordía levemente y sin previo aviso succionó, eso dejaría una marca.

—Hiccup...—susurré sonrojada, apartándolo.

Rápidamente me puse de pie y el igual.

—eh...perdón, no debí...—susurró nervioso.

—No dejaste una marca...¿Verdad? —pregunté sonrojada.

Hiccup se aclaró la garganta nervioso antes de asentir.

Buscándote [Hiccup y Tú]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora