Capítulo 32

7.6K 747 249
                                    

Hiccup Haddock. 

 Quedé maravillado con el hermoso baile, acompañado de un canto que mis padres habían realizado hace un par de momentos.

No puedo evitar preguntarme cómo habría sido mi vida con ambos de mis padres.

—¡Extrañaba esa canción! —expresó Bocón sonriente y animado.

Los chicos estaban en otro lugar del fuerte, creo que observando al alfa. Sin embargo, decidí quedarme con mis padres, compartiendo anécdotas y relatos.

Descubrí que me parezco más a mi madre.

—Iré a buscar a los chicos —dije mientras me ponía de pie y Chimuelo me seguía.

Mis padres asintieron mientras yo me iba. No me costó trabajo encontrar a los chicos

—¡Hiccup! —me llamó _____ apresurada, mientras los chicos discutían seriamente cerca del alfa.

Rápidamente me acerqué y pregunté que sucedía.

—Dado que Drago no sabe que Eret está de nuestro lado, irá y luchará junto a él, solo que finalmente, Eret tratará de atacarlo y aprovecharemos nosotros de hacer lo mismo —explicó Astrid, apoyando una de sus manos en los hombros de Eret.

—Mi padre tiene un punto débil —procedió a comunicar Ragnar, pero no logró terminar, puesto que escuchamos un gran estruendo proveniente de las afueras del fuerte.

—Ya están aquí —comunicó _____, cruzando su mirada con la mía, asustada.

—Estaremos bien —me acerqué a ella tomando sus delicadas manos, que parecían estar congeladas.

Mis padres y Bocón salieron asustados, pues ya sabían lo que ocurriría a continuación. La pelea contra Drago Manodura.

Solté las manos de _____ y corrí hasta Chimuelo, montándolo rápidamente mientras él emprendía vuelo. Me puse mi casco observando el panorama. 

Caos. 

Catapultas, jaulas, barcos, cazadores...eran muchos, y nosotros eramos un pequeño grupo de jinetes. 

 —No te quedes ahí observando —_____ pasó a mi lado, montando a su dragón, se dirigía a atacar a unos cuantos cazadores. 

La observé preocupado, su vestido blanco con unas cuantas manchas carmesí, rasgado y sucio. 

Solo esperaba que a ella no le sucediera nada.

 —Bien, amigo. Es hora de atacar —dije acariciando la cabeza de Chimuelo. Él comprendió al instante y comenzó a volar a gran velocidad, dirigiéndose a las catapultas, lanzando plasma mientras volaba sobre ellas, logrando destruirlas— ¡Así se hace amigo! —grité entusiasmado, observando el destrozo que había provocado Chimuelo. 

 Divisé a la chica que me tenía preocupado, luchando con unos cuantos cazadores. 

¿Debería intervenir? Ella es fuerte... ¿Podrá sola? ¿Necesitará ayuda? 

 —¡Muévete! —Ordenó Astrid, había liberado unos cuantos dragones que estaban capturados— No dejes que tus emociones interfieran en la pelea —suspiró observando a _____, con algo de comprensión— Ella es fuerte. 

 —Aún así tengo miedo de que salga lastimada —respondí lacónicamente. 

 —Es comprensible... —explicó Astrid— enamorado de alguien tan fuerte...valiente...linda —Astrid aún observaba a _____, luego de un rato, me observó sonrojada y con los ojos muy abiertos— Disculpa, no quería decir todo eso —se aclaró la garganta— Eret está en posición —nerviosa, volvió a volar en otra dirección, no sin antes indicarme a Eret. 

¿Qué fue eso? 

Los alfas estaban peleando. Mientras yo pensaba en una chica, mi madre trataba de detener la pelea entre ellos. 

No lo logró. 

Nuestro alfa había muerto, entre un gran charco de sangre que aún salía de sus profundas heridas, todo aquello provocado por el nuevo alfa. 

Chimuelo voló hasta aterrizar cerca de Drago, me bajé rápidamente de él para enfrentarlo

 —¿Otra vez tú...? ¿No te bastó con arruinar la boda de mi hijo? —Drago Manodura me observaba con desprecio, y con arrogancia observaba su triunfo. Todo estaba a su favor ahora. 

 —¿Todo esto para qué? —pregunté señalando el caos que había provocado. 

Eret se le acercó a Drago por la espalda, atacándolo por sorpresa. Aproveché aquel instante, uniéndome a ellos para luchar. 

 Drago, siendo fuerte, nos derribó y llamó al alfa, dándole ordenes. 

Eret había sido llevado por un dragón. 

 —¿Qué planeas hacerme a mi? —pregunte enojado, poniéndome de pie. 

 —Sufrir —respondió con una sonrisa maliciosa. 

Chimuelo se posicionó al frente mio, sus pupilas no estaban dilatadas y se estaba preparando para atacar. 

 —Amigo, no lo hagas, Chimuelo —retrocedí tratando de calmarlo.

Observé a Drago que se alejaba, sin mirar hacia atrás. 

 —Chimuelo...no —aún trataba de calmarlo. 

 —¡HICCUP SAL DE AHÍ! —gritó _____ corriendo hacía mi. 

 —¡No! ¡Aléjate! —grité preocupado por ella. 

Escuché un gran estruendo mientras caía al suelo.

¿Qué había pasado? 

Abrí lentamente mis ojos mientras trataba de ponerme en pie...

 —No, no, no, no —repetí una y otra vez, mientras observaba lo que menos esperaba. 

Sentí como frías lágrimas recorrían mis mejillas. 

¿Por qué....? ¿Por qué lo hizo?


Buscándote [Hiccup y Tú]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora