Dick.

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Las personas que me rodean no hacen más que hablar de sexo, alcohol y drogas, Mark, que resulta ser el chico del piercing en la nariz, no para de contar con todo lujo de detalles el trío que se montó la noche pasada durante la fiesta con un par de gemelas, nadie tiene cara de creerselo pero todos sonríen y los tí­os lo felicitan, Pete cuenta como a causa de todo el alcohol que se bebía ayer ni siquiera recuerda como llegó a casa, Eli relata de una forma bastante curiosa, como si fuera un cuento de hadas, la forma en la que encontró a un tío, se metieron en un baño y ella le hizo una mamada, se cree que él la volverá a llamar, todos sabemos que lo único que seguirá teniendo de ese chico es la mancha de semen en su ropa. Todos van uno por uno intentando superar el relato del anterior, excepto Michael que se queda un poco al margen de la conversación y no deja de mirar su móvil. Yo decido mirar la hora, van a ser las diez menos cuarto y empezará la segunda clase, como algunos de mis módulos los tengo aprobados, los que eran más fáciles, claro, me han permitido poder hacer algunos de segundo, lo malo es que seguramente no me tocará con los compañeros del año pasado porque han reorganizado los turnos y las clases. Hoy solo me quedan dos horas de administración pública y análisis, que, por si no lo he dicho, estudio publicidad y relaciones públicas.

- Bueno, emmm, yo me voy, encantada de conoceros.- Todos asienten y sonrí­en, Michael se acerca a mi antes de que me vaya.

- ¿Vendrás a la fiesta de esta noche?- Pienso en mi madre prohibiéndome ir a más fiestas este curso y sonrío.

- ¿Acaso lo dudas?- Él me devuelve la sonrisa y vuelve a centrarse en su teléfono, yo camino hacia el interior, todavía están los pasillos vacíos, saco el móvil y me aseguro de la clase que tení­a apuntada en el apartado "notas" "clases de segundo, aula 260". Lo que significa que debo ir al piso superior, subo las escaleras despacio mientras empiezo a escuchar voces inundando los pasillos, sin duda han acabado las clases anteriores, muchos pasan corriendo a mi lado, seguramente no tengan clase ahora o si la tienen prefieren no ir. Yo busco el aula que me corresponde, estácasi al final del pasillo, justo al lado de los baños de los chicos, los de las chicas están al principio, a lado de las escaleras. Entro en la clase y todavía no hay nadie, creo que es la primera vez que entro en un aula de primera. Busco un sitio al final de todo en una esquina y saco el móvil mirando los mensajes "Deberí­as haberte quedado aquí­. Pensaba que eras más divertida." Niego con la cabeza ante el mensaje de Michael, las voces de dos personas entrando en la habitación hacen que lo que estaba escribiendo en respuesta se quede a medias, centro mi atención en ellos. Un chico rubio, delgado pero con la espalda ancha y alto, vestido con una camisa de cuadros negra y roja abotonada hasta el último botón, unos pantalones negros pitillos, creo que hasta más ajustados que los míos y unas vans negras, junto a una chica de pelo castaño, bastante más baja que él, extremadamente delgada y vestida con un vestido de flores absolutamente horrendo. Él me mira durante un segundo completamente serio mientras sujeta con fuerza un par de carpetas contra su pecho, la chica no deja de hablar pero él no parece hacerle mucho caso, se sienta en segunda fila ¿quién se sienta tan cerca de los profesores teniendo otros cincuenta asientos libres? Creo que hemos descubierto al primer niño bueno de esta clase. La chica sigue de pie, hablándole sin dejar de gesticular con las manos y parece que con cada segundo que pasa se enfada más, tal vez sea por la indiferencia que muestra él o porque ella parece una neurótica. Él eleva la mirada y bufa, está de espaldas a mí así­ que no puedo ver su cara pero si puedo ver la reacción de ella, se queda callada por primera vez esperando a que sea él quien hable y lo hace en un tono de voz ligeramente más bajo que el que ella mantenía hace unos segundos pero, no lo suficientemente bajo como para que no lo pueda escuchar.

- Déjame tranquilo, lo hemos pasado bien este verano, has disfrutado de mi polla y ya está, si supiera que estarías en mi clase ni siquiera habría dejado que pasara nada.- La cara de ella es un poema, se da media vuelta y camina hasta sentarse lo más lejos de él posible. Yo sonrío, tal vez no sea tan bueno como creí­a. Él pone sus carpetas en la mesa de a lado y abre una de ellas para sacar un par de hojas y un bolí­grafo. ¿En serio? ¿El primer dí­a? Quiero seguir observándolo pero un grupo de chicos entran alborotando todo y al parecer estaba equivocada, estos fueron mis compañeeros el año pasado, los cinco se acercan a mi en cuanto me ven, yo sonrí­o aunque son unos imbéciles y en realidad ninguno me cae bien, veo como el chico rubio nos mira y niega con la cabeza antes de volver su vista al frente con la espalda completamente recta y aunque no lo puedo ver, seguramente tenga sus manos unidas sobre la mesa.

- Esta noche hay fiesta de toda la facultad, todos los cursos juntos, podemos rematar lo que no hicimos el año pasado.- Uno de los chicos, Jack, me guiña un ojo al acabar su frase.

- No volvería a tocar el cacahuete que tienes por polla ni muerta.- Los otros cuatro sueltan una sonora carcajada mientras la clase se empieza a llenar de gente, los cuatro se sientan en las sillas siguientes a las mías, siendo Jack el más alejado y por alguna razón no puedo evitar seguir mirando al rubio de la segunda fila.

Fucking exhausting ( Luke Hemmings )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora