Fucking exhausting ( Luke Hemmings )

Peaceful.

Abro los ojos poco a poco notando como mi cuerpo está empezando a temblar, ni siquiera recuerdo en que momento me he quedado dormida pero al parecer se nos ha olvidado taparnos con una manta. El brazo de Luke sigue bajo mi cabeza y su mano está completamente estirada sobre mi espalda, tiene la cabeza girada hacia al lado contrario por lo que no puedo verle la cara, pero su pelo está completamente despeinado por la parte de atrás. Intento acostumbrarme poco a poco a la luz que hay en la habitación, ya que, tampoco bajé la persiana, miro la habitación intentando recordar en que lugar dejé ayer la manta, hasta que recuerdo que está a los pies de la cama.

Me incorporo con cuidado intentando no despertar a Luke, él gruñe cuando despego mi cuerpo del suyo, pero no se mueve, cuando estoy sentada sobre la cama noto todavía más frío al no sentir su tibia piel contra la mía. Empiezo a gatear sobre el colchón para llegar al final de la cama, una vez al borde me mantengo de rodillas y me inclino lo suficiente para poder alcanzar la manta que está completamente arrugada en el suelo.

- Bonitas vistas para despertarse.- La voz de Luke consigue sobresaltarme haciendo que casi pierda el equilibrio cuando estoy levantando mi torso para volver a ponerme por completo sobre la cama. Cuando lo consigo me siento sobre el colchón giro mi cabeza para mirarlo, tiene los ojos más cerrados que abiertos y él flequillo le cae ligeramente sobre la frente.

- Así que eres de los que se levanta de buen humor.- Él sonríe durante un segundo y después yo me giro para moverme sobre la cama tirando de la manta para tapar nuestros cuerpos, vuelvo a colocarme de la misma forma que estaba antes de despertarme notando de nuevo su calor, el me rodea con su brazo y vuelve a jugar con él por mi espalda como antes de dormirme.

- En realidad suelo ser un ogro y más cuando duermo pocas horas, pero sería imposible no despertarme de buen humor si lo primero que veo es tu culo.- Yo suelto una carcajada y él cierra los ojos respirando profundamente.- Te quedaste dormida mientras hablabas, nunca había visto nada tan adorable.- Su mano sube por mi espalda hasta encontrarse con un mechón de mi pelo, empieza a jugar con él enredándolo en uno de sus dedos.

- ¿Por qué?- Yo también cierro los ojos simplemente relajándome con el roce de su mano en mi espalda.

- Porque fuiste bajando el tono de voz poco a poco y de vez en cuando intentabas volver a subirlo pero en segundos perdía intensidad y después simplemente te quedaste en silencio y tu respiración se hizo mucho más pesada. Durmiendo creo que es el único momento en el que realmente pareces un ángel.- Yo sonrío y muevo mi brazo para ponerlo sobre su abdomen sin cuidado, haciendo que mi mano caiga sobre su costado y empezando a jugar allí con mis dedos sin hacer mucha presión.

- Ni siquiera me acuerdo de lo que estábamos hablando.- Lo escucho reir y después se mueve un poco en la cama para ladear ligeramente su cuerpo hacia mi.

- Yo tampoco, la verdad es que no decías cosas con mucho sentido.- Siento la necesidad de darle un empujón, pero al recordar lo que había pasado por la noche, decido aguantarme.

- ¿Cómo te encuentras?- Él se encoge de hombros y noto su mano subiendo más hasta enterrarse en mi pelo justo en la nuca.

- Todavía no me he movido mucho, cuando lo haga te lo diré.- Yo asiento y vuelvo a abrir los ojos, me muevo un poco hacia arriba hasta que mi cabeza queda a la misma altura que la suya, él me mira, tiene los ojos hinchados por haber dormido poco, el labio parece un poco menos inflamado, al igual que la ceja. Acerco mi cara a la suya y le doy un corto beso en los labios.

- ¿Te apetece desayunar?- Él sonríe dulcemente y en segundos empieza a bostezar.

- ¿No quieres seguir durmiendo?- Yo niego con la cabeza y él bufa pasándose su mano libre por el pelo intentando quitar los mechones que tiene sobre la frente.

- Pero tú puedes seguir, voy a bajar para no molestarte.- Él asiente con la cabeza y yo le doy un beso fugaz en la comisura de los labios, me pongo de pie a lado de la cama y me llevo las manos a la espalda, él me mira con el ceño fruncido.

- ¿Qué haces?- No respondo, simplemente sonrío inocentemente y desabrocho mi sostén, tiro un poco de él por la parte delantera y después lo dejo resbalar por mis brazos, Luke sonríe negando con la cabeza. Alargo mi brazo hacia el cabecero de la cama y tiro de su camisa para descolgarla, él me mira atentamente, me la pongo y lo primero que hago es doblar las mangas que son casi el doble de largas que mis brazos y después la abotono poco a poco empezando por el final de la camisa, hasta llegar al que sería el cuarto botón dejando casi al descubierto mis pechos. Me inclino sobre la cama, acercándome a Luke y su mirada va directamente a mi escote, se pasa la lengua por las labios y yo no puedo evitar sonreír de forma triunfal.

- Es una pena que quieras seguir durmiendo.- Llevo mis manos a la manta para subírsela hasta el cuello y él ni siquiera se inmuta, llevo una mano a su mentón haciendo que eleve la mirada.- ¿Ves como es mejor llevar los botones desabrochados.- Él niega con la cabeza y se mueve para besarme pero yo me alejo de él.- Que tengas dulces sueños.- Le guiño un ojo y camino por la habitación hasta ponerme unas zapatillas para poder andar por casa.

- Esto es jugar sucio.- Su voz es grave y ronca y estoy segura de que no se debe solo a que se acabe de despertar hace unos minutos.

- ¿Acaso hay otra forma de jugar?- Él sonríe y se mueve para incorporarse, pero inmediatamente hace un gesto de dolor, yo me encojo de hombros y doy media vuelta saliendo de la habitación, lo escucho decir mi nombre suplicando como un niño pequeño al que su madre lo ha castigado sin salir de su cuarto. Bajo las escaleras sin hacerle caso hasta la cocina y saco un par de tazas del armario para llenarlas con un poco de leche, no sé muy bien lo que querrá él, pero espero que le guste el café con leche, además preparo un poco de pan para meter en la tostadora. Solo espero que mi hermano tarde en llegar o que decida no aparecer en todo el fin de semana si no este pequeño oasis de tranquilidad acabará destrozado por sus gritos y sus amenazas con avisar a mis padres sobre que hay un chico medio desnudo en mi cuarto.