32. Doble cara

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Las clases pasaron demasiado lentas, y un Donghae muy  preocupado por la inmensa tarea que le dejaron, iba regresando a su casa. Era asombroso como en sólo un mes desde que empezó las clases las tareas ya se estaban empezando a acumular.

Apurando el paso para llegar rápido a su casa no vió que había una baldosa floja y por poco se caía. Sacudiéndose la cabeza tomó nota de que debía fijarse por dónde andaba pues solito se había metido por una calle bastante vacía que no tenía buena pinta.

Conocía la calle, ya antes había pasado por allí con YongHwa quien era como el dueño de todo en cierta forma. Ahora sin él tenía mucho miedo. El fuerte sonido de una moto pasando cerca de él provocó que se sobresaltara. Vió como una moto pasó por su lado y manejo unos cuantos metros. Intentó reírse de sí mismo cuando pensó que se había pasado de paranoico cuando vió a la misma moto girar en U y viniendo hacia él. Al parecer no estaba errado.

Temiendo que se tratase de un ladrón se aferró a su mochila y corrió hacía atrás por unas calles que no estaban en su recorrido habitual. Por suerte divisó un almacén, se metió allí contando hasta 100 y luego salir de allí.

Miró hacía atrás y luego de un lado al otro para verificar que nadie lo estaba siguiendo. Con una larga respiración intentó calmarse. Pero lo que vió casi hizo que se le cayeran los globos oculares.

Myungsoo, quién hace unas semanas atrás confesó estar interesado en él y pidió una oportunidad para salir,  estaba besándose con un pelirrosa en plena vía pública, sin miedo ni vergüenza de que alguien los viera.

Donghae no sentía amor por él pero tenía que confesar que le atraía. Era alto, delgado, con buenas facciones, pero ahora entendía que esos tipos de chicos eran todos unos Don Juan. Había sido un iluso en creer que un chico tan perfecto se le aparecería como por arte de magia para deshacer el amor incestuoso que tenía con su hermano. Nada en la vida era tan fácil ni tan perfecto. 

Mentiría si dijera que no le dolió, ya que son en esas ocasiones en la que ya no nos sentimos especiales. Por que si lo fuéramos, no nos engañarían ¿No? De igual forma, esa traición no logró hacerlo llorar porque en cierta forma el también lo engañaba con el pensamiento por su propio hermano.

Con la mirada baja, dió una vuelta de 180 ° y regresó a su casa por donde había venido ya olvidando el intento de asalto, sólo recordando el beso de Myungsoo y el pelirosa.

—¿Qué tal el colegio? — preguntó HyukJae, quién se encontraba sentado en la cocina con el diario puesto en la sección clasificados.

Era normal ahora encontrarse a su hermano en la casa todo el día, puesto que no había encontrado un nuevo empleo. Incluso había notado como repercutía eso en el humor de este. Donghae había entendido que se les estaba acabando el dinero cuando su hermano le pidió que dejase de usar el transporte publico hace unas semanas atrás. 

Sabía que estaban en crisis, pero no sé imaginaba hasta qué punto. Dos meses sin empleo fijo les estaba dando muchas dificultades.

—Bien.

—Has tardado en llegar ¿Todo en orden? — HyukJae hablaba como si fuese algo programado, parecía que ya no había vida en esos ojos que estaban siendo rodeados por unas grandes ojeras.

—Si.
 
La conversación había terminado, Donghae se fue a su habitación para evitar mirar en lo que su hermano se estaba transformando y a hacer los deberes que les había dejado la profesora de Química.

Eran 30 ejercicios de soluciones. Este era su primer año en que cursaba esa materia, y mentiría si no dijera que era más fácil hacer pasar un elefante por una puerta que hacer bien los ejercicios.

Tentar a la inocencia. [EUNHAE]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora