Narrador ignoto
Mi disgusto tiene nombre, apellidos de realeza y tez morena.
Ariadna Bvalua Lafaurie Strozzi lll.
Necesito y deseo con todo mi ser que ella no gobierne.
Es tan estúpidamente fastidioso oír a los sirvientes y nobles hablar de esta joven.
Joven que por los disgustoso que suene será reina de varias naciones prontamente.
No si yo lo evito.
Si Ariadna logra casarse con sus futuros esposos tendrá casi la mitad del mundo gobernada, sin contar que puede reclamar por derecho Alemania.
La reina de Alemania no ha podido dar a luz, no ha quedado embarazada en tantos años y eso arruinaría su reinado.
Ariadna tendría el camino libre si logra embarazarse.
Confabular contra una futura reina, tan poderosa y conocida como ella puede dar dos resultados:
Hacerla caer en un rumor tan maligno que sea despojada y exiliada.
O...
Llevarme a mi y a mis cómplices a una muerte segura.
Salgo de mis pensamientos al escuchar que alguien toca mi puerta.
—¿Puedo pasar?—Pregunta esa voz fémina que será prontamente mi cubículo de secretos.
Me levanto de mi tocador y la miro de arriba a abajo.
Si Ariadna se parase justo al lado de esta chica, no cabría duda de quién es más hermosa, opacando todo a su paso.
Esta chica es tan simple que no es presa difícil para Ariadna.
Ariadna es hermosa, pero eso puede ser también la peor de las equivocaciones.
—Ya estás dentro—Le miré mal—¿Te diste cuenta que ya llegó tu rival?—Me río al no poder detener la palabra "rival", esta chica nunca sería una rival para Ariadna, en realidad nadie lo sería—La futura esposa del amor de tu vida.
Esta al escuchar lo dicho me mira de mala manera; di justo en el clavo.
—Tienes que impedir esa boda, por el bien de todos—Se dirige rápidamente hacia mí arrodillándose.—Carlos no se puede casar con ella, tiene que hacerlo conmigo.
La retiro de mi lado dándole un empujón.
—No eres lo suficiente como para quitar a Ariadna del lado de Carlos, pero tampoco quiero que ese matrimonio se lleve a cabo—Miro por mi ventana y encuentro justamente lo que tanto me molesta: Ariadna y Carlos están en el gran jardín, besándose.—Mira—Tomo a la chica que está botada en el piso y la acerco a la ventana,—Tu me ayudarás a que no se casen; Carlos no sabe en qué lío se mete con una mujer que tendrá dos esposos.
Ella mira la ventana con rabia y recelo.
—Haré lo que sea—Habla entre lágrimas mientras mira la romántica y estúpida escena tras la ventana—Por Carlos haré lo que sea.
La miro con diversión.
—Sabes que sí te topan con las manos en la maza no podrás decir para quien trabajas.—Le aclaro.
En mi lugar no debo meterme es rumores o confabulaciones.
Sería mi perdición.
Al contrario de esta chica.
Es hija de un noble, pero no tiene gran título, no sería una buena esposa para Carlos.
Ella solo será mi peón.
—Necesito a alguien de confianza para Ariadna, alguien que me cuente cada paso que ella da, sin perderse de los detalles—Me dirijo a ella, esperando que una idea buena cruce por su cerebro del tamaño de una nuez.
Se pone los dedos en los labios, haciendo que piensa y por fin lo hace.
—Escuché hace unos días una pequeña disputa, ella le reclamaba algo a una de sus damas.—Este es el dato que tanto necesitaba.
Pero son tres damas.
¿Cuál de ellas es la indicada y resentida?
—Necesito saber cuál es, ella nos ayudará. Pero estaba pensando en un pez más gordo—Me dirijo de nuevo hacia la ventana, pero Carlos y Ariadna ya no están allí.—Su consejero, Edward Salavet.
Los ojos de mi acompañante se alumbran, esto sucede cuando tiene una idea.
La conozco tanto...
—Lo voy a seducir, sacaré información sobre Ariadna. Impediré esa boda a como dé paso.
Se iba a marchar de mis aposentos pero antes de que se fuese le solté una advertencia.
No me importaba su vida en lo absoluto.
Pero necesitaba mi propia protección.
—Si el nota que es una conspiración en contra de su reina, tendrá todo el derecho de asesinarte.
Pero a ella no le importa y se marcha rápidamente.
Si ella muere tendré que conseguir un nuevo peón.
Y tengo uno en mente.
Amir Missland.
Desde que Ariadna llegó él ha estado inquieto y pasando varias veces cerca de sus aposentos.
Si mi fémina e ingenua cómplice muere en el intento de combatir contra Ariadna, sé que Amir lo hará mejor.
Todo por sacar a Ariadna de Francia, de mi vida y de la vida de Carlos.
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Dos Reyes Una Reina ©️
Historical FictionTranscurre el siglo XVl ; época en la cual Ariadna Bvalua Lafaurie gobernará dos naciones (España e Inglaterra) sus creencias y culturas hacen que obligadamente despose a dos futuros gobernantes. En esta travesía tendrá que elegir no por amor, tendr...