👑Capitulo 30: Celina.

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—¡Han envenenado el traje del rey!

En cuanto oigo estos gritos salgo de inmediato de la sala en la que estaba reunida con mis consejeros.

Hace dos semanas Bartolomé cumplió sus dieciséis, y hace cinco días es rey de Francia.

Corro lo más que puedo y no logro ver a mi hijo.

—¡¿Donde está el rey?!—Grito pero nadie responde.

En la multitud veo un hombre que está en el sucio suelo; agonizando y con su piel enrojecida.

Iba a tocarlo pero alguien me lo impide.

Al ver quien es no lo puedo creer.

Volteó hacia el otro extremo de dónde está el cuerpo del hombre.

—Hijo mío—Me acurruco en su cuello y dejo salir mis lagrimas.

—Madre, estoy bien; por suerte tu me diste el consejo de que mis ropas sean probadas antes de usarlas.

Me levanto y miro directo hacia mis consejeros.

—¡Germain!—Llamo al capitán de las tropas Francesas—Da la orden para atacar; no toleraré este acto.

Todos mis consejeros se quedaron anonadados; incluso Aram quien había tenido que aplazar su luna de miel por Bartolomé y por mi.

Me retiro del lugar de inmediato, pero soy perseguida por alguien.

—¡No te metas a la boca del lobo Ariadna!

—Tú no te metas en mis asuntos franceses, Felipe.—Escupo con veneno y me marcho de allí.

Entro a mi despacho hecha furia; maldita Meribeth...

—Madame; ¿Puedo pasar?

Hago una señal para que lo haga.

—¿Han encontrado el cómplice?

—Si su alteza, es un enviado escocés.

Alguien más toca la puerta.

Frje, Amir y Aram.

Dios, una asamblea más.

Doy la orden para que pasen.

—Tomaste esta decisión sin consentimiento de tu consejo.—Habla Frje.

—Yo se muy bien que decisión tomar, Batolomé me dio su consentimiento.

—Es cierto—Opina Amir—He estado en la tortura del cómplice que envenenó el traje de nuestro rey; Meribeth no se quedará tranquila hasta obtener su venganza.

—Ella en cuanto supo que mi hijo seria coronado no ha sido más que un terrible dolor de cabeza; las tropas que envié tendrán su victoria; no puedo creer que haga toda esta revolución para vengar el nombre de Luciano.

—Odia a Francia porque le recuerda lo agonizante que fue perder al soldado—Habla Aram.

—Mis espías me informan que no tiene tropas listas en su frontera con Inglaterra; he enviado cartas a mi primo Dupon el regente de Inglaterra para que esté al tanto.—Dije tomando fuertemente mi cabeza.

—¿Confías en el?—Pregunta Aram.

—No; por esa misma razón me sobran espías allí.—Me levanté de mi asiento—Pero ama tanto Inglaterra que no permitirá que sea amenazada por Escocia.

Acabando la conversación todos salen de mi despacho menos Aram.

—Me comentaron que el chico que envenenó el traje de el Rey Bartolomé se había convertido en su amigo; esto debe ser una gran desilusión—Me comenta Aram.

Dos Reyes Una Reina ©️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora