Capítulo 1

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—Hola, buen día Maizak —entró una joven kinesióloga, con una agradable sonrisa en su rostro—. ¿Te parece si hacemos un poquito de ejercicio?

Isabella era una joven de veinticuatro años, que luego de sus pasantías, había podido conseguir su primer trabajo en la isla. La joven morena amaba su profesión, y la posibilidad de poder trabajar en un lugar diferente.

Si bien le había llevado medio año más, antes de poder ejercer, Isabella estaba feliz de poder tratar a su primer paciente. Al igual que el resto del personal de salud, había tenido que aprender el idioma. O mínimamente, frases y palabras necesarias para tratar con sus pacientes.

Maizak era su primer paciente, y se lo habían dado a ella, ya que fue con la única que el muchacho no se sintió amenazado, como con el médico oficial del centro de salud.

Tal vez era por el hecho de que ella era una humana pequeña, comparada con ellos, y era muy amable y simpática. Tenía una personalidad muy dulce y tierna para tratar a sus pacientes.

Se acercó a él, que estaba sentado en la camilla, mirando hacia la ventana. El muchacho llevaba casi tres meses internado, y ya era momento para comenzar a rehabilitarlo. Qué él pudiera valerse por sí mismo.

—¿Toka siu'rori'ih? (Cómo te sientes)

—Nan (bien) —murmuró sin mirarla.

—¿Siu coma'at (quieres) koko onp ejercicio (hacer un poco de ejercicio) —sonrió, haciendo un movimiento con sus manos y hombros, como si estuviera "pedaleando".

—Iesu (no)

—It'couk (sé) com siu iesu coma'at (que tú no quieres) Sat, siu ho'ho koko (pero, debes hacerlo)

Él giró el rostro, y la miró con fastidio. Pero Isabella sólo le sonrió.

—Siu'koko (haz) com it'koko (lo que yo hago) —le dijo un tono suave, antes de comenzar a mover su cabeza de un lado hacia el otro, lentamente.

***

—Toc tet prótesis (esto es una prótesis) te at siu (es para ti) Toc siu'moki clack (esto te ayudará a caminar)

Maizak observó a la médica, y luego aquella cosa que le estaban colocándolo en lugar de su pierna perdida. Según ella, con eso podría caminar nuevamente.

Pero lo cierto es que él ya no quería caminar, ni hablar... Ni vivir. El joven muchacho rubio se encontraba atravesando una gran depresión.

—Fred y Bruno siu'moki- (te ayudarán-)

—Iesu (no) —gruñó en un tono molesto, mirando a la doctora.

No quería que nadie lo tocara, mucho menos dos hombres. Isabella observó a los enfermeros, y luego a Maizak.

—Ey, it iesu yata ja'la (yo no puedo sola) siu to isot (tu eres grande)

—It iesu coma'at moki. Jaha'lá (yo no quiero ayuda, largo)

La morena miró al muchacho, y le hizo una seña con su mano para que saliera, y los dejarán solo. Tal vez sin esos dos tipos, Maizak podía sentirse más a gusto.

—Ey, Mai —sonrió sentándose en una silla, frente a él—. ¿Iesu siu'coma'at clack (no quieres caminar)? ¿Pashai (correr)? Tima siu, it'jaha (si tú, me dejas), it'yata siu moki (puedo ayudarte)

—It coma'at tak (yo quiero morir) it'jaha mako (déjeme, sanadora)

—Iesu (no) —le dijo con el ceño fruncido—. Siu ho'ho kansy (tú debes vivir)

Se puso de pie, corrió la silla, y lo tomó de las manos, antes la seria mirada de él.

—Siu'Jet (ven) —sonrió.

—Iesu, it'jaha (no, déjame)

—Iesu, siu'jet co (no, ven aquí)

Ella lo jaló para que bajara, y Maizak ni se inmutó, quedándose en el mismo lugar.

—Por favor, sólo un paso —le dijo con cierta aflicción.

No entendía lo que le estaba diciendo, pero ella lucía triste, al menos sus ojos eso expresaban. Suspiró, y se tomó de la camilla, para poder bajar.

Isabella lo observó emocionada, y se colocó junto a él, pasando su brazo por debajo de uno de los de él, hacia su espalda. Era completamente inútil, ya que ella no podría sostenerlo si caía.

Pero quería hacerlo sentir seguro, que ella estaba allí para apoyarlo, y ayudarlo.

Debía pararse para sentarse en la silla de ruedas, y luego ella lo llevaría hasta la habitación de rehabilitación.

—¡Olut nan, Mai (muy bien, Mai)! —exclamó con una gran sonrisa la muchacha, cuando estuvo de pie—. Siu'ro koko olut nan (lo estás haciendo muy bien)

Ella acercó la silla de ruedas, al ver que podía sostenerse solo, agarrado de la camilla. Y luego Maizak se sentó, sin soltarse para no caerse.

Era tan extraño y frustrante no tener su pierna, saber que una parte de él ya no existía, y no volvería a recuperarla. Qué su vida ya no sería la misma.

A veces, muchas veces, pensaba que tendrían que haberlo dejado morir. Él no quería estar vivo.

—Muy bien, ahora conocerás el resto del hospital —sonrió, colocándose detrás de él—. Abrochese los cinturones, pasajero, quizás el viaje presente algunas turbulencias.

Y el muchacho no dijo nada. No le entendía, ni le importaba que fueran a hacer con él. Isabella lo sacó de su habitación, y fueron recorriendo los pasillos de la clínica.

***

La morena aplaudió emocionada, al ver como él, sin ningún tipo de dificultad, se tomaba de las barandas para sostenerse y poder caminar.

—¡Nan, Mai (bien, Mai)! Siu'to genial (eres genial) —sonrió mostrándole su pulgar arriba.

Él la miró confundido, y volvió a caminar hasta la silla de ruedas, para sentarse. Sí, era fácil caminar tomándose de las barandas. Si él lo estuviera haciendo bien, ni necesitaría esas cosas para sostenerse.

—¿Ya está? ¿Te cansaste? ¿Siu hau (cansado)?

—Iesu (no)

—¿Entonces?

Maizak la miró, y luego desvió la mirada, sin responder. Isabella lo observó con desdén, antes de una nueva idea y sonreír.

—Ey ¿Siu cama'at hammie (quieres comer)... Mmm afuera? —Sonrió divertida.

La verdad, es que no sabía muchas palabras, pero le enseñaría lo que era afuera. Tomó la silla de ruedas, y la empujó, saliendo de la sala de rehabilitación.

—Ita'on jet (vamos) —sonrió.

Maizak miró hacia abajo, observando aquella cosa de metal, plástico y goma por encima de su rodilla. ¿Por qué ella insistía tanto en ayudarle? Sólo perdía su tiempo, él no volvería a caminar.

...

Ay dios 🤧😷🤒 Sayla está enferma amores, fue un esfuerzo escribir este capítulo, con el lenguaje de ellos 😫 creo que con fiebre y así, mi cerebro no funciona muy bien jajaja me parece que el próximo pongo los diálogos en cursiva y ya 🤧

MaizakDonde viven las historias. Descúbrelo ahora