Capítulo 12

12.3K 1.1K 330
                                    

—F-Flavia —habló llorando, en un autobús, de regreso a la central de la isla.

"—¿Qué quieres, Nidia? ¿Qué diablos hiciste ahora? ¿Con quién mierda te acostaste? —preguntó en un tono cansado."

—Y-Yo sólo... Quería que me quisieran —lloró angustiada, cubriéndose los ojos con su mano libre—... Y él era diferente, bueno, y-

"—Entonces obviamente no era para tí —la interrumpió."

—¿Por qué no? A mí me gusta mucho, y siento que hay algo especial cuando me besa, cuando me mira... Cuando me toca —lloró angustiada—... Pero es el hombre que le gusta a una mujer muy buena, y yo me acosté con él.

"—¿En serio? ¿Cuando mierda dejarás de ser tan puta, Nidia? ¿Tan ofrecida? ¡Ya madura, maldita sea! ¡Eres una mujer adulta!"

—¿Pero que culpa tengo? Yo no elegí que me gustara —sollozó—. Ella ni lo quería, ella-

"—Ella te importó una mierda, y te acostaste con su hombre. Si sabías esto ¿Para que lo buscaste? Te hubieras alejado. Pero no, tenías que ir y meterte entre sus piernas."

—Porque ella no lo quería —repitió llorando—. Pero tenías razón, nadie... Nadie elije a las mujeres como yo.

"—¿Qué hombre podría elegir una puta como pareja? Sólo les sirves en la cama, después, el corazón se lo calienta otra."

—S-Sí, él se quedó con ella —reconoció sollozando, haciéndose un ovillo en el asiento.

"—No me digas que esperabas que fuera detrás de ti ¿En serio, Nidia? No sé ni para que me llamas."

—N-No tengo a más nadie con quién hablar... No tengo donde quedarme.

"—En mi casa ya te dije que no te quiero. No tengo ganas de aguantar a ninguna mujer que venga a golpearme la puerta por tu culpa. Ya tienes veintiún años, soluciona tu problemas."

—P-Pero F-Flavia-

"—Ya no me molestes. De seguro encontrás una buena cama para pasar la noche."

La llamada se finalizó, y ese había sido el apoyo que le había dado una de sus tantas hermanas. Por qué sí, su madre era una puta como ella.

Se abrazó así misma, sollozando. En verdad había creído que Maizak la había elegido ¿Pero quién podía ser tan estúpido de elegir a alguien en una semana?

***

Se había quedado toda la tarde con Isabella, ella parecía más tranquila ya, y ambos estaban en su habitación.

—¿Quieres que te traiga algo? ¿Agua?

—Estoy bien —le dijo mirando hacia abajo, ya sin llorar.

—¿Por qué viniste aquí?

—Vine a buscar a Nidia, tenía la esperanza... De qué no te hubiera encontrado —pronunció en un tono amargo—. Qué estúpida fui, debí aceptar que era obvio que tú la aceptarías, que te acostarías con ella.

—Tú jamás mostraste interés en mi.

—N-No, no podía hacerlo, ya te lo dije.

—¿Entonces te importo?

—... Ya no quiero hablar de esto —murmuró.

Se acercó a la cama y la tomó del rostro, para que lo mirara.

—¿Lo hago o no?

Asintió con la cabeza, sintiendo que sus ojos se cristalizaban una vez más.

MaizakDonde viven las historias. Descúbrelo ahora