🙊🙈"Insinuaciones" +18🙊🙈
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Chilló emocionada al bajar del autobús, luego de casi cinco horas de viaje, finalmente había llegado a la parte poblada de la tribu del este.
Colgó el bolso en su hombro, y comenzó a caminar y recorrer aquel pequeño pueblo. Sabía que allí también había un asentamiento de humanos, y un hospital.
Alguien, en algún momento, tendría que haber visto a Maizak, aunque sea llegar al pueblo. Además, sería muy fácil de reconocer, cuando le dijera que le faltaba una pierna.
Su plan, era alquiler una habitación, dormir un poco, y luego ir a buscar al joven rubio... Sólo esperaba agradarle tanto como lo había hecho Isabella.
Ella apenas lo había conocido, ya que sólo era la encargada de los datos.
Llegó hasta un motel, y buscó su billetera. Llevaba trabajando en la isla poco más de dos años, y había podido ahorrar algo de dinero. Dinero que no le serviría en medio de la isla si se quedaba con Maizak.
—Hola, quería alquilar una habitación.
—Buen día ¿Por cuánto tiempo?
—Mm, ¿Cuál es el precio? —sonrió la castaña.
Escuchó el precio y terminó por alquiler una semana. En ese tiempo, tenía tiempo más que suficiente para encontrar a Maizak.
***
Estaba de camino hacia el pueblo, para dirigirse al hospital y hablar con la doctora que lo había atendido, cuando se detuvo al sentir que alguien venía corriendo hacia él.
Se giró, y antes de poder reaccionar, una joven castaña se colgó de su cuello, besándolo. Por inercia, Maizak la sujetó de la cintura, pero no le correspondió.
La muchacha se separó de él, y lo observó con una gran sonrisa.
—No creí que fuera a encontrarte tan rápido.
Él la observó desconcertado, intentando alejarla de él. Pero la muchachos seguía abrazándolo.
—Creo que te equivocaste de persona.
—¿Tu nombre no es Maizak?
—Sí.
—Entonces eres a quien busco —sonrió divertida, antes de volver a besarlo, lamiendo su labio inferior, para que él le diera acceso.
Y confundido, el muchacho lo hizo, correspondiéndole. Nidia se abrazó más a él, y sintió pronto su cuerpo quemar, al sentir la lengua de él, al sentir que le correspondía de ese modo tan ferviente.
Se alejó sólo unos segundos, respirando agitada, sonriendo, antes de volver a besarlo del mismo modo. Sí, sabía bien que era él a quien quería.
—E-Espera —gruñó Maizak, intentando pensar, alejándola de él.
Todo estaba siendo muy raro, él jamás la había visto en su vida, y ella sí sabía quien era.
—Sí, tienes razón —se mordió el labio inferior la castaña, mirándolo a los ojos—. Estamos en la calle. ¿Quieres acompañarme? ¿O prefieres ir a la selva? Me estoy hospedando en un hotel.
—¿De qué hablas? Yo... No sé quién eres —pronunció incómodo.
—Pero yo sí sé quién eres —sonrió traviesa, tomándolo de una de sus manos—. Qué tal si nos conocemos en la cama, ¿y luego en persona? En serio, en serio —pronunció deseosa—. Quiero follar contigo.
Maizak estaba tan aturdido. De seguro sólo era un sueño. Tal vez había comido alguna fruta alucinógena, después de todo, él no conocía la isla.
—Mai ¿Quieres hacerlo o no? Estás con esa carita de niño perdido —rio bajo—. Y yo estoy tan mojada, que lo único que quiero —pronunció bajo, antes de besarlo nuevamente, tomándolo del rostro—... Es follar contigo.
—Espera, tú... No lo entiendes —le dijo en un tono bajo—. Yo-
—Sí, sí lo entiendo, y no me importa lo de tu pierna —sonrió suavemente, apoyando una de sus manos sobre su mejilla—. Maizak, me has gustado desde que te vi. Sé que esto te debe parecer una locura, que no sabes quién soy, pero... Si no quieres luego nada conmigo, no importa, sólo quiero hacerlo contigo.
***
Llevaba horas llamando a la desgraciada de Nidia ¡Y no le atendía el celular! E Isabella no era estúpida, sabía muy bien que en el pueblo había señal.
¿Se habría encontrado con Maizak? No, no podía ser posible. Él se había ido hacía una semana, de seguro él estaba en la isla, no en el pueblo.
Mordió la uña de su pulgar, y miró su celular, llamando a Nidia nuevamente, no iba a desistir tan fácilmente.
—Contéstame maldita perra —susurró molesta.
Nidia sabía muy bien, que ella... Tenía una cariño especial por Maizak.
De seguro, sólo la estaba ignorando para hacerla cabrear, y creer cualquier cosa. Maizak no tendría sexo con ella, era un muchacho muy inseguro para aceptar a la primera una sugerencias así.
***
Gimió alto, sabiendo que los vecinos podrían escucharla, pero no le importó. Ya a esa altura no le importaba más nada, sólo las deliciosas y profundas embestidas que el rubio le estaba dando.
Ya no sabía cuánto tiempo llevaban, o cuanto más ella podría aguantar. Porque él seguía igual de duro, luego de haber eyaculado varias veces... Pero a Nidia comenzaba a nublársele la vista.
—M-Más —gimió, apretando las manos en las sábanas, mientras bajaba su pecho al colchón, y levantaba más el trasero para él, para que siguiera follándola de ese modo salvaje.
Mordió la almohada, para no gritar al alcanzar el clímax, y se dejó caer en la cama, sintiendo su cuerpo laxo. Ya no podía más, estaba exhausta.
Sintió a Maizak corriéndose en ella, y luego de unos segundos, la giró, antes de subirse también a la cama, sin salir de ella, y besarla, tomándola de las manos, llevándola sobre su cabeza.
Nidia correspondió lentamente, con los ojos cerrados, al borde de quedarse dormida. No se arrepentía de nada, sabía que ese muchacho le iba a dar una buena follada.
Y no se había equivocado.
Lo sintió moverse una vez más, al parecer, él tenía demasiadas energías. Y sonrió, tomándolo del rostro para besarlo una vez más. Quizás, sólo se detendría cuando a ella no le quedara más que sucumbir al agotamiento... O se desmayara.
—Sólo un poco más —gruñó contra su oído, antes de pasar sus brazos por la espalda de ella, y sentarla sobre sus muslos.
La castaña se abrazó a él, y apoyó su cabeza sobre su hombro, escuchando esos deliciosos gruñidos, y el chasquido de la piel de ambos, chocando una y otra vez, mientras la penetraba.
Maizak no tenía nada en la mente, sólo a esa hermosa muchacha, y lo que le estaba haciendo sentir.
A esa mujer que ni conocía, pero que lo había aceptado con total naturalidad... ¿De dónde diablos había salido?
...
