4. Dudas

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-Nick, no sé que planeas pero esto no va a funcionar - dijo Amirah, paseándose en círculos por toda la oficina del moreno a la que se había movido después de que el equipo completo abandonara la sala de juntas. 

No había dicho nada antes porque no le parecía correcto llevarle la contraria a Nick Fury delante de su equipo, pero a solas nadie podría callarla. Ella no estaba acostumbrada a guardarse sus opiniones y más si estás eran acerca de algo que la involucraba, en este caso el repentino viaje a Egipto salido de la nada. 

-Amirah, por favor...

-Es que no entiendo - se detuvo delante de su escritorio y le dedicó una mirada frustrada - Si algo te sobran a ti son recursos, sé que no tienes ningún problema para conseguir a una persona que sea experta en... participar de misiones ultra secretas y aún así prefieres quedarte conmigo - hizo una pausa para respirar hondo - Nick, soy buena en lo que hago y... me gusta la historia, sí, pero eso no me hace adecuada para... 

-Ese es exactamente el punto - el director de S.H.I.E.L.D. se puso de pie y rodeó el mueble para poder acercarse a ella, tomó sus manos entre las suyas - Amirah, vi tu cara cuando estabas leyendo ese archivo, tu rostro se iluminó.

La aludida negó, reacia a creerse sus palabras aunque sabía que tenía razón. 

-Tengo la certeza de que nadie se comprometería tanto cómo ellos con esta misión, más que tú.

Amirah suspiró y después de unos momentos, se dejó caer en el sofá de color gris. Nick intuyó que estaba sopesando sus opciones, como si se preguntara hasta que punto podría ser capaz de llegar si se permitía confiar en si misma. 

Lo cierto es que la castaña era muy consciente de sus capacidades y habilidades, el problema radicaba en el peso y la responsabilidad que se le venían encima cuando otras personas depositaban su entera confianza en ella. Le preocupaba el no poder cumplir las expectativas de los demás aunque sabía que no era su deber. 

No podía evitarlo. 

El hecho de haber crecido sola, sin nadie que la amara simplemente porque le nacía o que la impulsara y animara sin esperar que fuese perfecta, la había forjado de esa forma. Por eso ahora que Nick pretendía hacerle creer que en sus manos estaba el salvar el destino del mundo de las garras de una organización terrorista, no podía creérselo. Honestamente ¿Quién podría?

En el mundo ya existían personas como el Capitán América y como Iron Man cuyo propósito era justamente ayudar a los indefensos y... luchar contra las fuerzas del mal. Llevaban sangre de héroe, ese era su destino ¿Para que la necesitarían a ella habiendo cientos de personas en el mundo que hacían exactamente lo mismo y que seguramente estaban mejor capacitadas para apoyarlos en ese tipo de situaciones? 

La respuesta era sencilla: No lo hacían, no la necesitaban.

Sin embargo, se habían topado con una piedra en el camino que casualmente llevaba años cerca de ella, ayudándola a ser mejor, una piedra que un día se atrevió a hacer lo que nadie en mucho tiempo... a darle un poquito de cariño y atención. Nick quería que ella se superara, que trascendiera a sus límites, constantemente se lo decía y ella sabía que toda esa motivación y preocupación eran sinceras pero jamás espero que en la primera oportunidad que se le presentase la lanzaría al ruedo, mucho menos que su progreso personal tuviese algo que ver con Los Vengadores. 

-Sabes que tengo razón - continuó Nick - De no estar seguro de esto jamás te habría buscado. 

La castaña negó con la cabeza al tiempo que cruzaba los brazos sobre el pecho. 

-No me dejarás negarme ¿Verdad? 

Él no dijo nada pero la respuesta fue bastante obvia en la sonrisa que se formó en sus labios segundos después, esa que expresaba que le encantaba salirse con la suya. 

EMPIRE [Steve Rogers]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora