EMPIRE [Steve Rogers]

24. Dolor

"And in the end all I learned was how to be strong... alone"

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-Estás a punto de hacer un agujero en el suelo, ya para por favor - Tony rodó los ojos con fastidio. Ya podía sentir el mareo venir tan solo de observar al rubio caminar de un lado a otro.

-¡No puedo! - Steve se pasó una mano por el cabello con frustración - Cada minuto que desperdiciamos pensando en lo que deberíamos hacer, Amirah está metida en ese Templo con ese imbécil. 

El castaño abrió los ojos como platos al tiempo que soltaba una carcajada y le dedicaba al rubio una mirada divertida.

-Lenguaje ¿desde cuándo dices palabrotas? - preguntó y Steve no tardó en dedicarle una mirada cargada de reproche. 

-Voy a ir por ella.

-¿Estás loco? - el castaño saltó de su lugar para ponerse a su altura - Se supone que el que hace estupideces soy yo, no tú.

-Tony, no voy a dejarla un segundo más ahí.

-Yo sé, de verdad sé que estás preocupado, todos lo estamos pero no dejes que tus sentimientos te nublen el juicio - el rubio soltó un suspiro profundo - si Caelan te ve aparecer en el templo, será Amirah quien pague las consecuencias. Ese hombre no se anda con rodeos, nos lo acaba de demostrar.

Steve no podía pensar con claridad, entendía las palabras de Tony y sabía que tenía razón pero estaba desesperado. No quería hacerse a la idea de tenerla lejos y mucho menos que estaba en manos y a merced de un hombre como Dale. 

-¿Dices que me quede sentado sin hacer nada y esperar que no la maten?

Tan solo pensar en eso, hacía que la sangre se le helara. Ya no podía imaginarse un mundo, su mundo, sin Amirah.

-Lo que estoy diciendo es que tenemos que idear un plan que no la ponga en riesgo, ni a nosotros.

El primer Vengador recargó todo su peso contra uno de los muros, al tiempo que alzaba la cabeza para clavar la mirada en el techo.

-Mientras eso sucede ella está sola - cerró los ojos con fuerza - y todo es mi culpa.

-¿De qué hablas? - Tony frunció el ceño.

-Discutimos - confesó el rubio, claramente abatido por el peso e influencia que (él creía) habían tenido sus acciones en el secuestro de la castaña - Dije tantas cosas y... la lastimé. Estaba muy molesta, jamás me había mirado así - agachó la cabeza y negó para sí mismo - Quería arreglar las cosas, pero creí que sería mejor esperar y decidí darle su espacio. La dejé sola...

-Vale, basta - Tony alzó las palmas para hacerlo callar - he de admitir que me moría de ganas por verte metido en aprietos amorosos y me prometí que cuando ese día llegase, lo disfrutaría mucho. Pero esto es algo que no puedo seguir escuchando. Todas las parejas discuten...