EMPIRE [Steve Rogers]

25. Huída

"Heavy is the head that wears the crown"

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-Amirah - susurró una voz en su oído y tan solo eso bastó para que la castaña abriera los ojos de golpe, encontrando frente a ella a la mujer responsable de haberse permitido cerrar los ojos las últimas horas.

Parpadeó un par de veces, tratando de esclarecerse la vista y una vez que lo consiguió quedó completamente deslumbrada con la desconocida. Literalmente. Su piel simulaba estar cubierta en cada centímetro por una capa de brillos azules, relucientes.

-No me extraña que no me reconozcas - murmuró la morena, dándose cuenta de cómo Amirah la miraba. Luego recorrió con los ojos el Templo hasta detenerse en las tumbas - Desde aquí las cosas se ven... diferentes.

-Sí, a veces solo se trata de perspectiva - respondió Amirah después de que aquellos ojos cristalinos respondieran la pregunta en su mente - ¿Quiere probar?

-Quiero ayudarte - Nut se acercó a ella y la miró como todos ellos: con curiosidad - Hacías plegarias en sueños.

Amirah sonrió, agotada y satisfecha a partes iguales.

Caelan tenía razón, ella jamás había rendido culto a los dioses, de hecho apenas se consideraba fiel a su Dios, pero creyó que volver a "sus antiguas raices" no era tan mala idea. Menos cuando necesitaba ayuda para salir de ahí.

Se sentía débil, unas oscuras ojeras comenzaban a aparecer bajo sus ojos y cada vez resultaba más complicado luchar contra las sogas que la ataban.
Entonces decidió intentar algo nuevo, y para ser la primera vez había obtenido resultados extraordinarios. Se sentía orgullosa de sí misma.

-No sabía que más hacer - confesó tras soltar un suspiro - Si me quedo otro día más aquí, me voy a volver loca.

-Eres más poderosa de lo que crees, Amirah y me alegra saber que eres tú quién pelea por esto - abrió los brazos al tiempo que le dedicaba una amplia sonrisa - Por nuestro hogar.

Se acercó a ella, y la castaña no sabía por qué, pero su mirada le brindaba una tranquilidad que hace mucho no sentía.
Confiaba ciegamente en la seguridad que sus palabras transmitían, aún cuando en su cabeza todo aquello parecía una locura; quería creer que Nut liberandola de su encierro significaba mucho más que otro simple acertijo sin respuesta.

-Yo incie esto.

Amirah no hizó preguntas pues sabía a lo que se refería. Nut literalmente era considerada la madre de los dioses, de todos, además de ser la creadora del universo. Supuso que sus palabras eran literales.

-Pero pese a todos mis deseos, mis hijos se han dejado influenciar por la codicia - continúo la diosa - Nos han infectado - hizo una pausa y su sonrisa se volvió triste - Ya no somos los más adecuados para proteger Egipto.