| Mi Asesina | Saga Cuervos #1

-17-

"Una fría noche de diciembre, la Diosa Luna bajo del cielo sedienta de venganza de su propia creación... estas le habían fallado, rompiendo un juramento inquebrantable...

El nunca atacar aldeas humanas.

Busco en todo el nevado bosque hasta hallar a quien buscaba. Un grupo de mujeres desterradas injustamente por sus lideres... todas con sed de venganza.

La diosa luna aprovecho esta oportunidad para hacerles una oferta. Les ofrecio dones a cambio de la muerte de quienes les traicionaron... ellas accedieron a la oferta y la diosa dio parte de su esencia maligna.

Otorgándoles una sed de sangre inmensa, el volverse sombras, frialdad, y algo muy importante... una forma de reconocer a los suyos. Un mechón de cabello color purpura muy llamativo que resaltaba en sus cabellos castaños, rubios y azabaches.

Ellas fueron conocidas como las primeras Lharzys, quienes asesinaban sin temor alguno... quienes no temían a la muerte... quienes sirven directamente a su creadora.

En sus primeros años de vida fueron confundidos como híbridos de demonios pero luego esta teoría quedo a un lado como muchas otras. Desde un principio siempre las mujeres Lharzy fueron mas agresivas que los hombres de esta ramificacion... ya que los primeros fueron mujeres."

Cierro el libro que me empezó a resultar aburrido para empujarlo al otro lado de la larga mesa de la biblioteca. En levanto y camino por los largos pasillos de la estancia, donde reposan miles de libros de historia, mitos y leyendas. Todos escritos a mano y con fascinantes ilustraciones que cobran vida.

En las paredes hay distintos artefactos, entre ellos espadas con escritos incomprensibles que -alguna vez- le pertenecieron a mis antepasados.

Estar en esta casa encerrada sin anda que hacer es frustante. Xury se ha calmado en cuanto a matar gente... y me deja descansar. Desde que pise esta casa los sueños -que antes no tenia- eran mas frecuentes. Se presentan en forma de recuerdos, sobre mis padres u hermanos.

Salgo de la biblioteca para bajar al vestíbulo a buscar algo que hacer. La servidumbre procura no cruzarse conmigo por precaución. La puerta siendo abierta llama mi atención, Sho entra empapado de pies a cabeza... ahora es que me doy cuenta de que esta cayendo un diluvio afuera.

-¿Donde estabas? Estoy empezando a aburrirme aquí.- se tensa.- Es mentira... que traes allí?

Miro la carpeta amarillo entra sus manos, me la pasa y la abro. Son los puntos de una junta sobre mi... ¡me consideran una puta amenaza! La amenaza son ellos, seres que no deben existir ya que alteran el ciclo natural.

-¿Y?.- me dice buscando una respuesta.

-Que iremos a una reunión a la cual no nos invitaron. Creen que no me doy cuenta de que me quieren muerta, y ahora mas por asesinar a tantos alfas... ¿no podrían morirse de una vez?.- empiezo a subir las escaleras.- Son tan intensos...

-Triz...- lo miro.- D'Targarden quiere hablar contigo lo antes posible para definir tus objetivos...

-Maldito vampiro...- digo entre dientes y Sho me mira sin entender.- Olvidalo. Saldré un momento, tu ocupa una habitación de huéspedes.

Asiente y desaparece en la cocina.

Subo a mi habitación... en estos momentos estoy durmiendo en la habitación que fue alguna vez de mis padres. Entre y me quite lo que traía puesto... me di una ducha rápida y busque en la ropa que recién compre.