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Salí por las grandes rejas a toda velocidad sin importarme el llamado preocupado de mi mate. La nieve salta bajo las llantas, el frio azota con fuerza contra mi cuerpo, colándose entre mis huesos causando un frío horrible. Pero solo me interesa una cosa en estos momentos, una persona...

Mi progenitor. Una persona que creía muerta desde hace dos años, y hoy sospecho de su vida.

El sendero que da a mi casa se hace ver, una tormenta de nieve empieza a azotar con fuerza. Logro llegar al estacionamiento. Visualizo un automóvil que no había visto en el garaje... es un porshe negro muy elegante tapado con una tela negra anclada al suelo con enormes clavos.

Las luces estan encendidas y la chimenea humeante se nota desde el exterior. Me bajo de la moto tiritando del frío... todo porque lo que creo sea real. La tormenta se acerca con rapidez, acompañada del gélido viento.

Abro la puerta principal, siendo recibida por un cálido calor otorgado por la chimenea. Pero... ¿quien la encendió? No he estado aquí desde hace una semana y nunca contrate empleados. Desenfunde mi arma -la cual estaba en mi cinturón siendo ocultado por la larga tunica que siempre llevo- apuntando a cada lugar que veo. El cristal arde al contacto con mi piel, pero no puedo dejarla salir porque me perjuficaria. Observo todo con detenimiento.

Un olor que desconozco esta presente en el ambiente. Frente a la chimenea se encuentran los sillones, los cojines estancia en el suelo junto a algunos cobertores y en la mesa central se encuentran fotos y libros desperdigados sin orden algunos... una taza de café humeante en un costado. Alguien esta aquí...

Ruidos en la cocina hacen que mis sentidos se agudizen de sobremanera y siento mi cuerpo cambiar levemente. Camino con cautela hasta el lugar... pero me toman de improvisto.

Alguien se mueve con suma rapidez arrebantandome mi arma y lanzandola lejos de mi alcance. Intento atacar con los puños pero me es imposible ya que retienen mis brazos tras mi espalda. Tomo impulso y lanzo lejos al intruso... veo que algo intenta avalanzarse contra mi pero dejo salir a Ailith se golpe. Se estrella con la cosa y una enorme bruma negra se presenta para ser succionada por ambos lados... en este caso por el cristal de mi cuello y por el brazalete del otro.

Por el impacto de las masas quedamos desplomados en el suelo. Eso me quito mis energías y ahora estoy agotada, indefensa.

-Q-Quien mierdas eres.- dice jadeando en el suelo.

-Eso me gustaría saber.- respondí cortante.

Subí la mirada y me congele... esta vivo... ESTA MALDITAMENTE VIVO!.

Sus ojos cafés con destellos dorados. Cabello chocolate y piel tostada. Un tatuaje que abarca su hombro... es un lobo aullando con un diseño trivial. El cabello es un poco largo y rebelde con ese característico mechón purpura en la parte frontal. Una barba al raz de la piel... es el...

Me levante y corrí como pude hasta el para abrazarlo con fuerza. Las lagrimas se acumularon en mis ojos agresivamente y el se tenso... Jarem esta aquí, mi padre esta aquí.

-Disculpa...- intento hablar pero aumente la fuerza del abrazo.

-N-No hables... p-papa... p-papa soy yo.- el llanto se quiebra al salir desgarradores sollozos de mi garganta.

-¿Papa?...- me separo de el. Aun seguimos en el suelo. Me observa con detenimiento...

Sus ojos se cristalizan y las lagrimas no tardan en salir, dejando un rastro en sus mejillas. Toma mi rostro entre sus manos y yo las tomo.

-Soy yo... R-Rea... s-soy yo.- me estrecha contra el con fuerza.

-R-Rea?.- asiento fervientemente.- Mi niña... mi pequeña lobita.

| Mi Asesina | Saga Cuervos #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora