| Mi Asesina | Saga Cuervos #1

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Al llegar nos recibió una enorme reja de color dorado con la inicial de la familia del alfa una V en todo su esplendor, con detalles hermosos y sofisticados.

-Una "V"?.- le pregunte a mi padre.

-Son familia de los Veltsun, la segunda familia blanca mas poderosa de entre nosotros. Luis Veltsun es el tío del actual alfa, su hermano Marcus es un aliado nuestro... nunca le ha gustado la caridad a pesar de vivir en un entorno de paz y prosperidad.- las ultimas dos palabras las dijo con disgusto.

A mi tampoco me gusta la paz y la caridad, y es algo que me toca hacer con alguien como un Rey caritativo como mate.

-Y me imagino que padre e hijo renunciaron a su hogar por seguirnos.- asintio.- Se siente bien el saber que hay personas que piensan igual a ti.

-Es bueno, los Roosmoon nos han apoyado desde que nos crearon... al fin y al cabo pertenecemos a la misma sangre.

-Te refieres a la bendición de la Madre Luna, ¿no?.

-Así es, a ellos solo se le otorgo el entendimiento de la oscuridad... a nosotros el manejo y pertenencia de la misma. En ves de morado portan el azul marino, menos llamativo.

-Entiendo.- un guardia paso la reja y le pregunto al nuestro chofer.

-¿Quien viene con usted?.

-La Luna Beatriz Honsteld.- le entrego la invitacion y me registro con la mirada.

-Disfrute la velada.- hace una reverencia y nos deja pasar.

El camino de asfalto se extiende hasta una fuente en la cual debemos de dar la vuelta para llegar a la entrada de la casa. El auto estaciona y el chófer se baja para abrirnos la puerta de manera caballerosa. Primero sale mi padre y luego yo. Al minuto el auto se marcha para aparcar en el estacionamiento donde están los demás chóferes hablando amistosamente.

-Estas lista, hija?.- me ofrece su brazo y yo lo tomo nerviosa.

-Lista.- los nervios se expanden por mi cuerpo.

Decido ocultarlos tras mi natural frialdad.

Nos adentramos en la mansión siendo recibidos nuevamente por guardias que nos guiaron gustosos al gran salón donde la música se escuchaba desde la entrada, una suave melodías de recepción. La luna de manada aun no ha sido presentada ya que debe ser media noche y la Madre Luna debe estar en lo mas alto para presenciar esa estúpida promesa de amor y protección a la manada.

Estupideces.

La gran puerta fue abierta y nos adentramos al salón, la música se detuvo abruptamente y los invitados posaron sus ojos en nosotros. Nos miran con terror y nerviosismo, somos leyendas hechas carne.

-Somos leyendas y tenemos que mostrarnos como tal.- sugirió Xury tomando un pequeño control de mi mente para hacer algo que no tenia pensado -y que por cierto fue una gran idea-.

Mi cristal -el cual cuelga de mi cuello- brillo tenuemente dejando una estela de humo terrorífica que alarmó a los presentes que inmediatamente abrieron paso. Poco a poco el humo negruzco tomaba la forma de un gran he imponente Grifo el cual era mi familia. Camina a unos pocos pasos de mi, mirando a todos con sed de sangre con sus temibles ojos platinados y brillantes. Lo único que se escuchaba era el resonar de mis tacones contra el piso y los zapatos de mi padre mas el tintineo de las garras por el piso de marmol. Solo veía la escena siendo reflejada en los ojos de las demás personas... una imagen llena de poder, miedo y majestuosidad. Mis ojos destellan mas fuerte con esos colores purpura y dorado que se mezclan maravillosamente con mis ojos cafes, los de mi padre de igual manera pero menos imponente... con su presencia es suficiente.