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Ha pasado una semana desde que estoy viviendo en la casa del rey... mi mate.

Su hermana aun me desprecia. Su hermano me mira con odio.
Su madre me esta empezando a mirar extraño.
Y el me mira como si fuera todo su mundo.

Tommard me ha estado hablando de la ceremonia que se llevaría a cabo en tres meses... un mes antes de la época de celo... o como le dicen ellos la "Época de calor". Esta se da en todo el mes de abril donde los licantropos pasan noches enteras de placer con sus mates ya marcadas, algunos las marcan por primera vez y otros renuevan dicha marca que simboliza el lazo eterno entre ellos. Eso quiere decir que estamos en diciembre... es explicaría el frío y el hermoso paisaje blanco que se instalo ayer. Ahora me encuentro en el comedor... teniendo un típico "almuerzo" familiar. Porque si se le llamara almuerzo a los dos pares de miradas cargadas de odio hacia mi... yo estaría armando troya en estos momentos.

El celular de Malcom suena. Se levanta de su asiento para contestar, sale del comedor y a los pocos minutos vuelve a entrar llamando la atencion de Tom, el cual rapidamente lo sigue fuera de aquí. Dejándome con las dos arpías -nombre que les otorge personal y secretamente-.

-Deja de mirarme así.- dije seria y sin mirarla mientras cortaba el filete que yacia en mi plato.- Si las miradas mataran ya me hubieses matado desde que me encontré contigo en mi casa.

-Hubiese sido un placer haberte matado en ese momento.- comenta divertida. La señora Dina se mantiene callada.- ¿Porque no te vas antes de hacerle daño a mi hermano?

-¡Entiendelo Elizabeth! NO... LE... HARE... DAÑO... A TU... HERMANO.- aclare firme y pausadamente.- Lo amo y el a mi, lo encontré y el me encontro.

-Es mejor que nunca hubieras aparecido! Si no fuese por ti ya estaria casado con Chloe, una hija de una buena familia y el pueblo tendria la luna que todos quisieran tener. No una maldita asesina como tu...

Me empecé a reír de manera divertida y macabra. Ella se estremece y su madre empieza a temblar.

-Ten algo en claro, niñata.- Xury es ahora quien habla por mi. Lo se porque siento mis colmillos picar.- Ese hombre al que llamas hermano, es mi mate... la Madre Luna me lo otorgo y lo cuidare como si de mi propia vida se tratara.- siento mi cuerpo regresar a la normalidad.- Ahora callate... porque no dudaré en dejar que Xury te despedaze... si vas a dirigirme la palabra, espero que sea para algo que valga la pena.

El mortal silencio que se podria cortar con una navaja se instala en el salon. Quizas no debi propasarme con mis amenazas.

-Nuestras amenazas, inutil.- corrige.

-Cuando dejaras de ofenderme?

-Cuando dejaras de preguntar lo mismo?.- suspire rendida.- Exacto, nunca.

La comida transcurre lenta y mortalmente tranquila... extraño matar cosas, mis armas están escondidas en el armario... Tom insiste en que debería dejar se usarlas, ¡Pero son el comienzo de mi nueva vida!.

Al terminar de comer automaticamente me levanto de la silla y abandono el comedor. Los empleados y guardias me miran con cierto miedo. Soy la única Lharzy viva en este mundo y debo dejar el nombre de mi familia muy alto. Una empleada nerviosa se acerca a mi.

-S-Señorita, el alfa la e-espera en su despacho.- asentí en su dirección y fui a la oficina.

El entrar el dulce aroma me golpea, Tom me mira y con una sonrisa se acerca a mi para darme un beso corto y guiarme al escritorio. Tomo asiento frente a el y decide hablar.

-Cariño, debemos viajar en tres dias.- dice mientras revisa unos papeles.

-¿Tres dias?.- solo he viajado para matar.- A donde?.

| Mi Asesina | Saga Cuervos #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora