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La densa niebla se acumulaba entre cada árbol que se veía por la ventana. Creando un paisaje tan hermoso como aterrador, las estrellas iluminaban el manto nocturno y la tenue luz de la luna iluminaba la habitación de manera armoniosa. Ella miraba por la ventana, sumida en sus pensamientos... pensando en su vida, en como era antes... y en como es ahora.

Antes... vivía entre armas y soldados. Odiando a todos los que le rodeaban. Odiando a todo el mundo y ha cada ser, matando sin remordimiento alguno.

Ahora... vivía entre aquellos seres que tanto odiaba. Ahora... comprendía un poco lo que es amar, y ser amado de vuelta.

Se giro un poco, observando la habitación. Mirando al cuerpo que yacía en la cama profundamente dormido... inconscientemente toco la marca en su cuello mientras sonreía levemente. Tal vez esto era lo que le tenía preparado el destino después de todo...

Miro su brazo, las negras marcas se habían esparcido más. Xury le había dejado de hablar de manera constante... se encontraba muy ocupada luchando para retener aquella cosa que la estaba matando lentamente. Era... como una enfermedad que avanzaba de poco... una enfermedad mortal y sin aparente cura...

-Xury... ¿como te sientes?.- silencio.

-T-tu que crees.- murmuró cansada y sin ánimos.

No le respondió. Solo vio como las marcas negras desaparecieron como si nada, sin dejar rastro. Agradecía el esfuerzo de Xury... pero quería respuestas. Sintió un cuerpo tras ella... el calor que es desprendía, sintiendo como sus brazos rodeaban su pecho y sus labios besaban aquella marca...

-Sintió tu miedo...- dijo ronco por que acababa de despertar.- ¿Estas bien?.

-S-si.- dijo.- Solo estaba pensando...

-Siempre que piensas de más, acabas mal.- aclaro.- Tus pensamientos se entrelazan y luego estas más ida de lo normal...

Cerro los ojos disfrutando aquel tacto... disfrutando aquel calor... aquellas caricias... memorizandolo de manera que nunca lo olvidara... de manera que siempre le recordara. Con sus manos agarro los brazos contrarias para aferrarse a ellos. El solo escondió su rostro en el cuello de ella.

-Sabes... nunca te lo dije... pero tu aroma es único.- ella no respondió.- Quizás todos perciban algo distinto a mi... pero tu aroma es relajante.

-¿Como es mi aroma?.- pregunto serena.

-Manzanas... duraznos... un ligero de miel que se pierde en mi aroma... en el café...- dice deleitandose con el mismo.- No percibo ningún aroma además de esos... no percibo lo que la gente percibe...

-Y-yo...- su corazón se aceleraba.- Siento tu aroma con más claridad ahora... siento, café... un fuerte aroma a café, madera de pino... y duraznos, pero es demasiado lejano... también, puedo percibir el aroma a manzanas.

-Es porque la marca es mutua...- corre su cabello.- Estamos unidos para la eternidad... recuerda eso.

-Lo recordaré siempre.- afirmo.- Gracias...

-¿Gracias?.- ella asiente.- Gracias porque?.

-Por enseñarme... por enseñ-ñarme que...- las lagrimas se acumularon en sus ojos.- Que el mundo no es lo que siempre he visto... que existe la bondad... que existe el amor... que no todo es malo.

Una presión se instalo en el pecho de ambos. Tommard podía sentir la sinceridad y el dolor... Beatriz podía sentir la comprensión y el amor que este le tiene.

-G-gracias por todo...- sollozo.- Por enseñarme el lado bueno del mundo... q-que no todos son malos...

-T-triz... para ya.- dijo con dificultad.

| Mi Asesina | Saga Cuervos #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora