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Su estomago parecía haberse convertido en una bestia extraña y furiosa. Arremetía con violencia y amenazaba con expulsar bilis, alcohol y el desayuno entero. Pero lo que más le afectaba eran los pinchazos de dolor que iban y venían, provocándole un blanco destello en su visión que era seguido por una mala palabra.

Antes de entrar a la estación radial, todavía en su auto y poco después de tratar de mejorar su pálido aspecto frente al retrovisor de su automóvil, Michael sacó un jarabe color rosa que bebió con avidez hasta casi acabar con la botella. Ese era el santo remedio contra los malestares que lo aquejaban desde unos cuantos meses atrás, pero con el andar de los días y el estrés que lo aprisionaba últimamente, parecía que la solución medica debía venir de algo más fuerte que Pepto y pastillas para la acidez. No obstante, el ir al doctor era todavía un panorama que no quería contemplar. El estar encerrado en un cuarto con olor a antiséptico le hacía recordar los días enteros que pasó recluido en una sala de espera aguardando noticias de su madre. Para Michael, el ir a parar a un consultorio era la forma de señalar la derrota de su cuerpo ante un organismo exterior que solo existía para consumir.

Además, tenía otras cosas igual de preocupantes que atender primero. Estaban las llamadas. Conversaciones con una niña muerta hacía veinte años. ¿Cómo podía hablar de ello con alguien? Incluso si lo hacía con un psiquiatra, era probable que lo encasillaran en una enfermedad de difícil pronunciación y tratamiento imposible. ¿Cuánto tiempo llevaba así? No recordaba cuando volvieron a empezar las llamadas, pero sí como inició todo.

Ignoró los recuerdos gracias a la urgencia de entrar a la M-R, una estación de Radio de alcance en tres estados en la cual fungía como locutor en un programa vespertino. Entró a la M-R Estación Radiofónica a las cuatro con cincuenta. Matt, el portero, le dio la bienvenida calurosa de cada tarde. Avanzó esquivando las esquinas y doblando por recodos hasta llegar con Neil, un hombre bajo y gordo que operaba las consolas con unos audífonos gigantes. Esté le hizo una seña y le enseñó un letrero luminoso color verde que prendía ciegamente Al Aire. Esto no significaba que no pudiera hablar, la tecnología había alcanzado incluso a las cada vez con menos audiencia radiodifusoras y un grueso cristal hermético hacía que los ruidos exteriores no se colaran dentro de la cabina como un aire invernal en una vieja cabaña. Aun así, Neil era partidario de la vieja escuela y Michael solo saludó con la cabeza.

Adentro de la cabina del silencio, un joven de aspecto desalineado daba las últimas de Rock & Marty. Como un himno, al final acababan con Smeells Like Teen Spirits, de Nirvana. Canción que escuchaban una y otra vez, pero de la que nadie parecía quejarse. A Michael no le gustaba particularmente esa canción, sin embargo, le recordaba la vieja casetera que Frank le había regalado con el caset de la banda que incluía esa canción. Tiempos mejores, se decía.

La canción terminó y el presentador dio sus últimas palabras: Recuerden que están escuchando la mejor estación de radio a nivel mundial. Después de esta hora de canónica música, los dejamos en manos de Miles y sus vasallos en La hora feliz, que pasen una excelente tarde. El joven se puso de pie y se quitó sus audífonos, le dirigió una mirada desdeñosa y salió en silencio de la habitación. Al mismo tiempo llegaron sus compañeros: Miles, el presentador; Chuk, familiarizado con notas curiosas; Will, el especialista en temas sociales y acompañándolos iba otro tipo que no conocía. El letrero antes verde ahora estaba en rojo, estaban en cortes comerciales. Como una respiración que tardó mucho en ser contenida, las voces explotaron en el lugar.

—Mike, ¿Cómo estás? Te presento a Raymond Archer, parapsicólogo. —Presentó con su clásico buen humor, Miles, hombre mayor al que Michael respetaba bastante. El joven que los acompañaba, ante la presentación, extendió la mano. Michael respondió cortésmente, preguntándose qué diría su cuñado de aquello. Brandon siempre se había reído de las seudociencias como la parapsicología o la ufología.

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⏰ Última actualización: Jun 13, 2019 ⏰

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