Capítulo 7

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¿Samantha?

—¿Qué estás haciendo aquí? –pregunté separándome de Alessandro con todo el dolor de mi alma, me sentía desprotegida sin sus brazos.

—No, más bien, ¿qué haces tú aquí?, no he sabido de ti durante días y ahora te encuentro a mitad del bosque besuqueándote con un súper modelo –se puso roja al escucharse decir la última parte.

—Lo siento, se que he sido una mala amiga al no llamarte, pero he tenido la cabeza en un montón de cosas –me disculpé. La verdad si estaba siendo una mala amiga.

—Lamentó interrumpir su momento de amigas –habló Alessandro.— pero está oscureciendo y es mejor que salgamos de aquí, esto suele ponerse peligroso de noche.

—Y que lo digas –dije.

—¿Haz estado aquí de noche alguna vez? –preguntó Sam.— porque no lo dudo –dijo mirándome con los ojos entrecerrados.

—¿Qué? ¿Yo? Pfff, boberías, soy muy miedosa como para adentrarme al bosque de noche –bufé.

Alessandro me miró de forma como si estuviera guardándome un secreto.

—Mmm, ya –dijo Sam sin creerme del todo.— como sea, hagámosle caso a tu amante y salgamos de aquí.

—No es mi amante –empecé a caminar.

—Pues, a juzgar como se estaban comiendo, yo creo que si.

—Yo también lo creo –agregó Alessandro con una sonrisa.

—Como sea –giré los ojos.— a todo esto, ¿qué haces tú aquí –me dio la mirada.

La mirada del sexo... ¡esa descarada había tenido sexo en medio del bosque! Algo que no me sorprende en Samantha, sin embargo... que salvaje, rayos.

—Y dime guapetón –cambió de tema y empezó hablar con Alessandro.— ¿cuáles son tus intenciones con mi chica? ¿Planeas casarte con ella y llevártela a vivir en tu castillo de cuento de hadas? ¿O sólo quieres desvirgarla y hacerla tuya hasta aburrirte?

—¡Samantha, por Dios! –tapé mi rostro con mis manos.

—Me gusta –dijo sincero.— está en manos del destino lo que suceda a partir de ahora –me miró con complicidad.

—En pocas palabras te la quieres coger –comentó mi amiga.

—¡Samantha!

—¿Qué?

—Me largo –me di la vuelta y caminé alejándome de ellos.

Vale, Alessandro no hizo nada para que estuviera molesta con él, pero no me gustó que Sam le revelará que era virgen, no me avergonzaba por ello ni tampoco era malo serlo o no, pero no era algo para revelarlo en ese momento.

—¿Quién te crees para dejarme abandonada en el bosque con tu amante besuqueador? –me giré al escuchar a Sam.

—¿Por qué le dijiste que era virgen?

—¿Tiene algo de malo? –frunció el ceño.— creo que solo confirmé sus sospechas, tampoco es como que luzcas como una reina del sexo –la miré mal.

—Lo conozco de hace muy poco, me gusta y mucho... pero todavía no me siento lista para hablar de sexualidad –Sam asintió.

—Lo siento, mi boca no sabe cuando callarse, pero, ¿de dónde lo conoces? Nunca antes lo había visto en el pueblo.

—Es hermano de una chica que se mudó recientemente a la ciudad, deberías conocerla, es genial.

—Oh, ya veo por qué es que no me llamas, te conseguiste una nueva mejor amiga –aquí vamos con sus dramas.

ChalcedonyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora