Capítulo 17

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Esta vez, no me dejé dominar de esa voz, la seguí, pero estaba consciente de lo que hacía. Me molestaba que me pudiera dominar sin esfuerzo alguno.

Llegué al bosque y frente a mi estaba el lobo blanco.

—¿Qué quieres de mi? –pregunté, molesta.— estoy harta de esa maldita voz que me llama y controla cada vez que quiere.

"No soy yo quien te llama, es la luna que te hace presente en mi encuentro"reconozco esa voz.

—¿Quién eres? ¿Y por qué hablas en mi cabeza? Sólo mi mate puede hacerlo.

"Para ti, nuestro primer encuentro fue aquí en este bosque, huiste creyendo que era un asesino serial. Pero para mi fue en el vientre de nuestra madre. El día de nuestro nacimiento, cuando a ti te nombraron Artemisa y a mi Apolo."

No. Me. Jodas.

Me agarré de un árbol para no caerme.

—¿Qué? –hablé sin aliento.

El lobo fue tomando forma humana, hasta que frente a mis ojos estaba Apolo.

—Esperaba con ansias el momento en que te enteraras de que no eras hija de Eider y Marco, no me correspondía a mi decírtelo, pero estaba loco por decirte que eras mi hermana, estaba apunto de contártelo en el parque, pero me contuve

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—Esperaba con ansias el momento en que te enteraras de que no eras hija de Eider y Marco, no me correspondía a mi decírtelo, pero estaba loco por decirte que eras mi hermana, estaba apunto de contártelo en el parque, pero me contuve.

—¿Qué? ¿Qué? –no podía creer lo que escuchaba.

Apolo, mi hermano.

—Creo que este no es el mejor momento para hablar de esto, ¿qué tal si nos encontramos mañana?

Mañana tengo planes con Alessandro, pero esto se trata de mi persona, de mi origen.

—Está bien.

—Lamento hacer esto, pero debes dormir.
No se lo que hizo, pero en segundos todo fue oscuridad.













(...)










–Bien, empieza hablar –eran las siete de la mañana y estábamos en el bosque.

Apenas desperté lo primero que hice fue llamarlo. Salí de mi casa con cuidado de que mis padres no despertaran.

—No sé por donde empezar.

—Podrías comenzar en por qué cuando grito la gente termina en el suelo, y mi cara llena de sangre –me miró sorprendido.

—No eres humana, eres igual que yo. Somos una única descendencia de los hechiceros más fuertes de todos los tiempos. Pero también, descendemos de los Dioses griegos Apolo y Artemisa, tú aparte de ser descendiente de Artemisa también lo eres de Afrodita, esa combinación es lo que nos hace únicos en nuestra especie.

ChalcedonyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora