Era lo último que esperaba, que Elías viniera a rescatarme luego del desprecio que había mostrado hacia nosotros desde el principio. Sin embargo allí estaba, cortando las ataduras con una de las dagas que yo misma le había regalado a Agnes, eso quería decir que ella les había pedido ayuda.
Me alegraba que pudiera volver a tener contacto con ellos y que hubieran aceptado ayudarla... bueno, ayudarme a mí en este caso. Y agradecía enormemente que hubiera venido él y no ella, no me hubiera perdonado que Agnes se pusiera en ese peligro.
—Listo, ahora vámonos —dijo al cortar el último trozo de plata.
Era imperativo salir de allí lo más pronto posible, lo sabía pero me sentía tan débil y adolorida que con trabajo pude incorporarme un poco de la silla antes de caer al suelo, el dolor del pecho volvía a comenzar pero no había tiempo que perder.
—Maldita sea —mascullé, intentando ponerme de pie sin el menor éxito.
—No hay tiempo para esto —dijo entonces Elías arrodillándose junto a mí.
Pasó sus brazos por debajo de mi cuerpo y con algo de trabajo me levanto. Echó a correr entonces hacia las escaleras, donde Damaris detenía la puerta para que saliéramos.
De pronto el cuerpo de Elías se tensó y se detuvo completamente.
—¡Diablos! No puedo moverme... —masculló sin apenas mover los labios.
—Es una lástima Elías, siempre pensé que tenías potencial para unirte a nosotros, y tu conexión con la piedra filosofal nos sería de mucha ayuda. Me decepcionas —sonó desde las sombras una de las voces que me habían torturado en estos días, la más joven.
Dio unos pasos hacia la luz, se trataba de un hombre quizá en la treintena de edad, aunque su cabello negro aparecía con algunas canas brillantes. Mantenía una mano levantada hacia nosotros. Detrás de él apareció otro hombre mayor, haciendo el mismo gesto que el joven pero apuntando más arriba.
—Es una pena Elías, tenías mucho potencial y ahora lo has desperdiciado. Le daremos nuestro pésame a tu hermana cuando logremos recuperarla —dijo éste.
—Scar, detrás de mí... —Le escuché susurrar.
A pesar de mi debilidad yo aún podía moverme, ya fuera porque Elías me servía de escudo o porque su hechizo solo podía inmovilizar a una persona a la vez. Moví un poco la cabeza y me fijé que en la parte de atrás del pantalón Elías portaba una de las pistolas de Dragon.
Hubiera sonreído con satisfacción si hubiera tenido la fuerza para hacerlo, pero con la poca que me quedaba no era factible derrocharla así. Me concentré para enfocar toda la vitalidad que me quedaba en el brazo derecho, para levantarlo y sujetar la pistola sin dejarla caer.
Intenté apartar de mi mente todo dolor y todo cansancio como ya había hecho en pasadas ocasiones. Enfocándome solo en el conocido peso frío del arma logré sacarla del pantalón de Elías y quitar el seguro, supuse que los alquimistas no podrían vernos a causa de las sombras así que tenía buenas posibilidades a pesar de mi estado.
Apunté lo mejor que pude y rápidamente solté tres balazos, aunque el retroceso despertó el dolor en todo mi cuerpo y más el del corazón, me esforcé por ignorarlo mientras movía el arma a la izquierda y apuntaba al segundo alquimista. Al oír los disparos éste se había agachado y cubierto la cabeza, pero solo tuve que bajar más la mira de la pistola para poder atinarle.
Elías pudo, por fin, moverse y de nuevo echó a correr sin mirar atrás, aunque sentí que la tensión en su cuerpo y su agarre se había vuelto un poco más duro. Ésto último lo agradecí pues el dolor del pecho había vuelto a crecer hasta hacerme temblar, no sé en qué punto había soltado el arma pero de pronto me encontré solamente aferrándome el pecho, intentando no moverme de más para no desequilibrar a Elías o entorpecer nuestra huida.
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Perdón por el retraso mis bonitos lectores, rescatamos una nueva gatita llamada Misha pero estuvo muy enferma el fin de semana. ¡Ya está fuera de peligro! Así que aquí me tienen con nuevo capítulo.
Además, me acabo de dar cuenta ¡que solo faltan 5 capítulos para terminar! Espero que estén disfrutando de la historia tanto como yo.
¡Sean tan felices como Misha ahora!
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Red velvet (2° parte de Blue Velvet)
VampireEn un mundo donde vampiros y humanos han llegado a una convivencia pacífica en igualdad de condiciones, se creó una droga llamada "Desmodontinae" conocida simplemente como "Píldoras" se trata de una droga que otorga momentáneamente a los humanos las...