Epílogo

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Los tres observábamos desde las altas sombras al hombre que caminaba errante por la acera

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Los tres observábamos desde las altas sombras al hombre que caminaba errante por la acera. Podíamos presentir a un humano a varias cuadras de distancia y sabíamos que el adicto también podía hacerlo, y que ese era su objetivo. Eso era una ventaja pues distanciaba de nosotros su atención, aunque también nos limitaba bastante el tiempo de acción.

Nos movimos sigilosamente hasta que lo tuvimos rodeado. Entonces, ante una señal mía, Dragon y Dust se lanzaron contra el sujeto, que de inmediato volteó hacia ellos furibundo.

Sin sacar sus armas los chicos forcejearon, aunque recibieron algunos arañazos, lograron inmovilizarlo contra una pared, deteniendo cada uno de un brazo. Solo entonces me dejé caer yo también y me acerqué con la pequeña jeringuilla en mi mano. Rápidamente me coloqué junto a ellos e inyecte la solución en su cuerpo.

Esa era la última versión del antídoto que habían creado los alquimistas con base en la sangre de Agnes, lograron mezclarla con varias sustancias más de manera que no fuera necesaria una cantidad considerable de ésta, también tuvimos que limitar bastante la sangre que yo tomaba para no llegar a debilitarla, aunque gracias a que las mezclábamos mi sangre la ayudaba a recuperarse más rápido.

En cuanto todo el antídoto entró en su cuerpo el adicto quedó inconsciente entre los brazos de los chicos, por lo que nos habían explicado los alquimistas eso era normal mientras el antídoto hacía efecto limpiando la droga del cuerpo.

Dragon se encargó de cargar el cuerpo hasta la camioneta que nos llevaría de regreso a la Unión, pues era necesario que los alquimistas terminaran de validar el funcionamiento del antídoto.

Después de que acabamos con Angel y con su maestro fue relativamente fácil terminar de limpiar Valquiry de los pocos traficantes que quedaron sueltos. Ahora solo restaba tratar con los adictos que habían quedado y que se comenzaban a volver locos por la falta de droga.

Afortunadamente Agnes y el resto de alquimistas concluyeron el antídoto a los poco días de mi retorno, ayudados también por el libro antiguo que Marie había traído. Así que nos dedicamos a terminar de limpiar la ciudad en cuento estuve completamente en forma; lo que no tardó más que un par de semanas de entrenamiento con los chicos, alimento y una gran cantidad de los brebajes asquerosos aunque eficientes de los alquimistas.

Después de eso nos pusimos a cazar a los pocos traficantes restantes y a los adictos. Al que llevábamos en ese momento era el primer aviso en poco menos de una semana, así que aparentemente todo estaba bajo control.

Cuando llegamos a la Unión pasamos por el cuarto de entrenamiento en camino a los laboratorios de los alquimistas, aún a lo lejos pude distinguir el cabello casi blanco de Elías, él había decidido quedarse también con nosotros, al igual que Marie, pero en lugar de solo estudiar con los alquimistas como hacían Agnes y su madre, él también quiso entrenar junto a los otros soldados humanos, cosa que a todos nos sorprendió pero que obviamente no le negamos. Era solo un poco más intenso que lo que practicaba Agnes con Dragon, sobre todo ejercicio y defensa personal. Le hicimos una seña para que nos siguiera

Llegamos por fin al cuarto de trabajo de los alquimistas, Agnes me recibió con un gran beso mientras el resto comenzaba a analizar al adicto.

—¿Cómo les fue?

—Todo tranquilo, ahora que los traficantes desaparecieron y el antídoto funciona para los adictos, los problemas relacionados con las píldoras disminuyeron drásticamente en la ciudad.

—Me parece que tenemos una reunión pendiente ¿No es así?

Asentí, tomando su mano nos dirigimos al cuarto contiguo donde Marie y Elías ya nos esperaban. Dragon y Dust llegaron segundos después.

—Bueno, ya estamos todos ¿Qué ocurre? —nos preguntó Marie con tranquilidad.

—Todos han hecho un gran trabajo y casi hemos limpiado la ciudad de píldoras, además los adictos ahora pueden ser tratados de una mejor manera —comenzó Dragon. Solo los tres vampiros sabíamos lo que seguía.

—Sí, eso es bueno. Pero no veo la razón de juntarnos solo para decirnos lo que es obvio —interrumpió Elías.

—El problema es, que aunque Valquiry ahora esté limpia hay muchas otras ciudades que no lo están. Si solo nos quedamos aquí no seremos de ninguna ayuda.

—¿Se irán? —preguntó Agnes, contrariada.

—El consejo nos pide que vayamos a Fairburgh para llevar la cura a los alquimistas de allá y explicar a los cazadores cómo funciona todo. Y así por varios países más —le expliqué, algo temerosa de su reacción.

—¿Nos? ¿Tú también te irás? —el miedo en su voz me obligó a besarla antes de contestar.

—En realidad, ofrecimos la opción de que ustedes vinieran con nosotros, a fin de cuentas la cura se obtuvo gracias a ustedes así que es justo que vayan. Además, ustedes mejor que nosotros podrán explicar a los otros alquimistas cómo funciona y cómo utilizar la cura.

—¿Y si no queremos ir? —fue Elías el que preguntó.

—Bueno, jamás han sido obligados a nada. Si desean quedarse y seguir trabajando con nosotros pueden hacerlo, también si desean irse —contestó Dust en mi lugar, algo confuso.

—Lo pregunto porque yo quiero quedarme y seguir entrenando —aclaró Elías— Sí mi madre o mi hermanita desean ir es decisión suya.

—No era necesario que aclararas lo último Elías, eso es obvio —le reprendió burlonamente su madre—. Y claro que yo quiero ir, un crucero por todo el mundo no suena como un mal lugar para trabajar.

Yo me volteé para encerrar entre mis brazos a Agnes y poder pegarla a mi cuerpo, con una mano alcé su barbilla para poder atrapar su mirada.

—¿Qué hay de ti, mi dulce y tierna Agnes? ¿Quieres venir conmigo en este largo viaje? Te prometo todos los lujos y comodidades que podamos ofrecerles.

—No necesito lujos, Scar, solo necesito estar a tu lado. —Se puso de puntillas para darme un rápido beso en los labios.

—¿Eso es un sí? —reí.

—Claro que sí.

—Son unas cursis, hermanitas —nos interrumpió Elías, Dust le lanzó un golpe juguetón que él esquivó con relativa facilidad.

—Ya veo que ese entrenamiento está dando frutos.

Y, en medio de risas y bromas, todos salimos del cuarto para continuar con nuestra vida juntos.

Nada podía hacerme más feliz que el saber que tendría a Agnes a mi lado, de esa manera no había ningún reto que no pudiera pasar. Oprimí su mano entre mis dedos y ella me dedicó una mirada llena de amor y ternura, en definitiva no podía pedir nada más.

FIN

By Laurent Goldsmith

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Y así llegamos al final de esta bella historia. Muchísimas gracias por todo el amor que le han dado a la obra.

¿Qué les pareció? ¿Les quedó alguna duda o creen que quedó algo sin cerrar? Me parece que todo quedó claro pero si ustedes sienten que falta algo no duden en decírmelo.

Nos leemos pronto en una nueva historia, hasta entonces ¡¡Sean muy muy felices!!

Nota del 2023: vengo de recién terminar de editar la historia. Y me quedé con al idea de esos comentarios que me pedían una tercera parte.

Intento pensar en qué podría ser: podría ser una historia con Elías y Dust. También está la opción sencilla de seguir su camino por los otros paises; o bien pasar a la "siguiente generación", con una niña adoptada por nuestra bella pareja...

No lo sé, porque además ahorita ando en otros proyectos, pero haré lo posible por hacerla.

Red velvet (2° parte de Blue Velvet)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora