El príncipe bestia viene a la ciudad de los elfos

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"¡La gente de la tribu bestia está llegando a nuestras fronteras!"

Ese fue el grito que mandó la tranquilidad al caos.

La reina elfo se levantó rápidamente de su asiento mientras sus elegantes cejas se fruncían con horror, "¿Qué es todo esto? ¿Por qué nadie me informó algo?"

El guardia se secó el sudor de la frente y se arrodilló en el piso, "¡Su Majestad, no es nuestra culpa! ¡Acabamos de recibir el informe de la torre de vigilancia! ¡Ya avisamos al primer ministro, él está en camino!"

La reina sacudió su mano y ordenó con voz dominante, "¡Llama a los guardias y enviarlos a la frontera, no ataquen a los hombres-bestias o crearan un desastre! ¡El problema con la casa del Conde y el Duque quedará pospuesto por ahora! ¡Retírense!"

Tanto el Duque como el Conde sabían que la situación no era muy buena, asi que sin nada que decir arrastraron a sus respectivos hijos y los llevaron con ellos.

En cuanto a Lian Xia, el pequeño niño lindo y adorable no perdió el tiempo con ninguno de los dos ancianos, sino que se escabulló en medio del alboroto para llegar junto a la niña de máscara espeluznante, quien aún continuaba apoyada contra el pilar.

Wang Hua vió a la bola de arroz blanca que se había apagado a su pierna, sus labios se levantaron en una media sonrisa mientras envolvía el cuerpo del pequeño con su larga túnica negra. Antes de retirarse, le hechó una última mirada a Aine, quien mantuvo una curvatura suave en sus labios incluso cuando la noticia de los hombres-bestias fue anunciada. El hombre joven notó que alguien lo estaba mirando, sus cejas saltaron hacia arriba mientras miraba a Wang Hua por el rabillo del ojos, después de un momento se llevó un dedo a los labios y sonrió como un pícaro coqueto.

La boca de Wang Hua se crispó y no sabia por qué, pero de repente tuvo la necesidad de golpear el rostro de la otra persona.

Lian Xia, quien actualmente estaba actuando como un niño mimado aferrándose a la cintura delgada y pequeña de su linda persona, notó el gesto provocativo del elfo y al instante se enojó. Pero lastimosamente no podía hacerle nada en este momento, así que no le quedó más alternativa que esperar...

El pobre Aine no sabía el triste destino que le deparaba, sintió un escalofrío subir por su espina dorsal hasta llegar a su cuello.

....

En otra parte, cerca de la frontera, un grupo de hombres y mujeres marchaba hacia adelante sonando los tambores de guerra. Todos se veían altos como un pino y fuertes como un toro, tenían rostros bastante atractivos pero la ferocidad en su mirada hacia que los demás se sintieran intimidados. La mayoría de ellos tenían colas y orejas de diferentes animales, incluso había algunos que poseían alas en la espalda y picos de pájaros.

En medio del grupo, un gran carruaje rojo era tirado por un par de grandes caballos. Tenía un diseño bastante extraño, lleno de escrituras ilegibles y trazos que recreaban la figura de un gran felino, la puerta estaba hecha de madera carmesí y las ventanas fueron adornadas con brillantes bordes de oro. En el interior, un hombre guapo de figura esbelta sostuvo una jarra de vino mientras sonreía, tenía el cabello rojo fuego y arrogantes ojos dorados, en su cabeza se destacaban un par de esponjosas orejas redondeadas y bajo su túnica, una larga cola de león se balanceaba de un lado a otro.

"Su Alteza, parece estar de buen humor, ¿qué lo hizo tan feliz?" Un ave amarilla parecida a un pequeño canario se posó en ventana mientras hablaba con la voz de un adulto.

El hombre-bestia se rió entre dientes mientras bebía a tragos grandes del vino en la jarra, sus orejas temblaron y su cola se movió, "Voy a visitar a mis tres pequeñas prometidas, naturalmente estoy muy feliz"

"Oh, así que es por eso" El canario soltó una carcajada, "He oído que las mujeres de la ciudad elfo son increíblemente hermosas, felicidades su Alteza"

"Mmm..." El hombre-bestia estrechó los ojos, "Pero, ¿y qué si son hermosas? Todas son tan débiles como una flor, aún más si nacieron en la nobleza, ¡Quiero una esposa que sea capaz de enfrentarse a mí!"

El pequeño canario casi se ahogó hasta la muerte, miró al joven con los ojos saltones pero después cubrió su diminuto estómago de ave y se rió incontrolablemente, "Jajajajajaja, su Alteza! Esta pidiendo demasiado, ninguna mujer se atreve a tocarlo sin su consentimiento y mucho menos a ir contra usted! ¡Pfff, jajajaja!"

El hombre-bestia se enojó cuando escuchó eso, pero junto cuando se disponía a contrarrestar sus palabras, vió una sombra oscura moverse en medio de la espesura del bosque. Al instante sus movimientos se detuvieron, sus orejas peludas se alzaron en alto mientras veía y escuchaba todo con atención. El canario amarillo también notó que algo no andaba muy bien y se puso alerta al lado del príncipe, sus pequeños ojos castaños se veían fríos y salvajes.

El príncipe bestia arrugó fuertemente las cejas mientras estudiaba cada uno de los arboles, pero después de tanto tiempo no pudo encontrar nada. Además, le pareció extraño que ninguno de sus guardias hubiera notado alguna peculiaridad, así que al final decidió pensar que todo fue un producto de su imaginación.

Sin embargo, cuando estaba a punto de volver a sentarse en su asiento, la misma figura oscura que había visto hace un momento volvió a aparecer.

Esta vez estaba seguro de que no se trataba de ninguna alucinación, se acercó a la ventana y usó su habilidad como maestro de Dou Qi para ver más de cerca.

¡Humph, veamos quién era el pillo que lo había esto observando!

Sin embargo, lo que el príncipe bestia vió lo dejó aturdido durante un buen rato.

Se trataba de una persona vestida de negro no muy alta y de aspecto delgado, en su rostro se encontraba una espantosa máscara oscura con patrones rojos sangre, además, si uno mirara con atención, notaría que en la máscara se encontraba una extraña sonrisa dibujada con tinta roja.

Al instante, la sangre del príncipe bestia se heló y sus cabellos se pusieron de punta.

Belleza inmortal: Rey De Los AsesinosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora