¡Todavía hay perros solteros!

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Esa mañana, la corte élfica estuvo envuelta en un caos sin precedentes. La reina elfa se frotó las sienes con disgusto mientras escuchaba la interminable cadena de quejas que expresaban todos los funcionarios a su alrededor. Un poco indefensa, la reina se giró y observó al grupo de hombres-bestias no muy lejos de allí, quienes por cierto, no sentían el menor rastro de culpa. La boca de la reina se contrajo constantemente, sabía que estas personas estaban siendo desvergonzadas al fingir que no escuchaban nada, pero al final no hubo nada que la reina pudiera hacer. La tribu bestia era la invitada que el Imperio elfo se ofreció a recibir, era de suma importancia que intensificaran su relación si querían seguir mantenido la paz durante mucho tiempo.

Horkan, quien se recostó perezosamente en el asiento ubicado al lado izquierdo de la reina, fue atendido felizmente por sus dos nuevas esposas. Claro que notó la ausencia de la tercera joven, pero después de haber encontrado al Dios gato, ya no se sintió disgusto. Además, era suficiente tener a estas dos bellezas con él, cada una era hermosa como una flor en primavera, además, a Horkan le gustaban las mujeres que usaban poco maquillaje, así que el rostro naturalmente bello de estos elfos fue muy agradable para él.

Horkan sonrió mientras comía las uvas que la princesa colocaba en su boca, vió a los funcionarios elfos gritar y pensó que era un poco divertido.

Sin embargo, después de unos minutos, las dos orejas peludas en su cabeza se tensaron. La sonrisa en su rostro se congeló mientras se levantaba y caminaba lentamente hacia la puerta principal del gran salón de Palacio.

"¿Su Alteza?" La reina lo vió ponerse de pie y se sintió desconcertada.

Horkan ignoró el llamado de la reina elfo mientras olfateaba el aire con una expresión solemne en su atractivo rostro. Luego de un momento, sus pasos se detuvieron y balanceó su larga cola de león, "El Dios gato ha llegado"

Al mismo tiempo que se escuchó las palabras del príncipe bestia, la puerta de la sala se abrió y tres figuras coloridas entraron una detrás de otra.

Al instante, todos cerraron la boca y el ambiente se volvió silencioso.

Reconocieron al canciller de la tribu bestia, Orin, quien caminaba adelante. Pero nadie en todo el lugar pudo adivinar la identidad de las otras dos personas que seguían después de él.

El primero fue un adolescente de llamativo cabello blanco como la espuma, su rostro juvenil lucía hermoso y limpio mientras la sonrisa ligera en sus labios lo hacían ver cómo una persona amable y cariñosa. En su frente se encontraba una extraña marca roja en forma de loto, contrastando maravillosamente con su piel blanca como la nieve.

Pero, sin duda, la persona que más llamo la atención no fue el joven de cabello blanco, sino la mujer esbelta y provocativa que caminaba a su lado.

La luz del sol se reflejó en sus largos cabellos plateados, haciéndolos brillar como un lienzo de plata. Su rostro incomparablemente hermoso era perfecto y encantador, tenía un par de ojos dorados brillantes que aumentaban un punto más a su belleza casi segadora, junto a un par de labios rojos como la sangre y cejas definidas. No obstante, el cuerpo seductor de la belleza de cabello plateado no era cosa de juego. Dos bultos majestuosos se movieron de arriba a abajo cada vez que caminaba, su pequeña cintura era delgada y exquisita y las piernas que se revelaron bajo su vestido fueron suficientes como para hacer que todos los hombres en el salón babearan como lobos hambrientos.

Incluso Horkan, que había visto toda clase de bellezas, se congeló mientras miraba estúpidamente a la mujer de grandes pechos parada al lado del joven.

"... ¿E-esto es?" La reina elfo estaba estupefacta, sin saber que hacer miró al canciller de la tribu bestia en busca de ayuda.

Orin se aclaró la garganta, dió un paso adelante y se inclinó levemente, "Su Majestad, he traído a su magnificencia el Dios Gato y a su... esposa"

La última palabra fue dicha con mucha dificultad.

"... ¿Dios Gato? ¡¿Esposa?!" Esta vez fue el turno de Horkan para buscar una explicación de parte del canciller de su tribu.

La boca de Orin se contrajo, se aclaró la garganta mientras trataba de explicar la situación, situación que ni siquiera él entendía por completo, "Eh, bueno, esta mañana fui a recoger a su santidad el Dios Gato y me di con la sorpresa de que su santidad había logrado obtener su forma humana, además..." Orin se detuvo un momento mientras miraba a la mujer voluminosa al lado de Wang Hua, "Esta persona es el seño-...  quiero decir, la señorita Lian, la esposa de su santidad"

Los presentes dirigieron su mirada a la 'esposa' que era casi una cabeza más grande que su 'esposo' y sonrieron rígidamente.

Lian Xia, quien aún mantuvo una expresión neutra en su hermoso rostro, ni siquiera los miró antes de asistir con la cabeza. Luego giró su cuerpo y se aferró íntimamente al delgado brazo del joven, "Marido~"

"Sitry, por favor se buena, el esposo casi termina los asuntos aquí, más tarde iremos a jugar juntos, ¿de acuerdo?" Wang Hua, quien sintió un par de bultos grandes y rechonchos frotarse en su brazo, tragó saliva mientras trataba de consolar a su 'esposa'

Lian Xia frunció los labios con disgusto, pero luego de ver la cara avergonzada del joven, sonrió significativamente antes de besar íntimamente su suave mejilla.

Con un repentino 'puf' la cara del joven de cabello blanco se puso roja al instante, se aferró a la cintura de la mujer mientras enterraba su cabeza en uno de sus hombros, "Lian Lian, en serio te quiero demasiado, nya~"

Ignorando el 'nya' al final de la frase, Lian Xia abrazó el cálido cuerpo del joven, separó el cabello de su frente y plantó un beso ligero en la marca de loto, "También te quiero"

"Tos tos..." Orin, quien ya no podía soportar la escena rosa frente a él, tosió para llamar la atención del par de amantes.

¡Por favor tengan algo de descendía pública!

¡Todavía hay perros solteros aquí!

Belleza inmortal: Rey De Los AsesinosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora