Las pruebas de la guardia Amapola por fin llegaron a su fin, de los cientos de participantes, solo un puñado lograron pasar, pero con muchas dificultades, decir que la mayoría de ellos pasó por un pelo de suerte no sería exagerar. Los muchos jóvenes que no lograron llegar a la tercera prueba, solo pudieron bajar la cabeza y marcharse a paso lento, pero claro que no faltaron personas que se negaron a rendirse, algunos incluso se tiraron frente a la puerta de la pagona mientras suplicaban que les dejen ver al líder de secta.
Ya habían pasado varias horas desde que la tercera etapa llegara a su fin, el número de ganadores no era superior a 10 personas, pero incluso con una puntuación apenas pasable, ya tenían algo con lo que alardear y presumir.
Pero lo que ninguno de los jóvenes se atrevía a hacer, era jactarse de su orgulloso logro por haber pasado las pruebas de una de las cuatro sectas principales de todo el continente, sinceramente, ¿Quién podría alardear en este momento? Después de ver la actuación del hermoso joven en la tercera etapa, ninguno de los competidores ganadores se atrevió a ser arrogante de nuevo.
Wang Hua, quien estaba sentada en la esquina más apartada de la sala bebiendo té, ya estaba empezando a irritarse por tener a innumerables ojos clavados en su nuca.
"Maestra, parece que esas personas tienen pensamiento raros..." Dijo Shui mientras flotaba y daba vueltas por el aire.
"Mm" Wang Hua sólo asintió, no tenía razonas para molestarse con un grupo de mocosos, pero el hecho de que la miraran tanto ya la estaba enojando.
"¿Cuándo podemos regresar maestra?" Preguntó Shui.
Wang Hua dejó su taza de té en la mesa y dijo en voz baja "Cuando me entreguen la insignia de la secta, nos iremos inmediatamente"
"Oh, entiendo" Shui parpadeó sus grandes ojos color melocotón mientras asentía rápidamente, esa acción era muy adorable.
Wang Hua vió eso y una leve sonrisa se formó en sus labios, luego bajó la cabeza y continuó bebiendo su té, con total indiferencia.
Desde un principio, el plan de Wang Hua era pasar las pruebas de la guardia Amapola, conseguir la insignia, formar parte del grupo de discípulos y finalmente correr hacia Xinxi e inscribirse para la competición de los campos celestiales. Prácticamente, no tenía ni la más remota intención de unirse a una de las cuatro sectas, ya que desde el principio su objetivo era participar en los campos celestiales. La guardia Amapola, sólo era un peldaño más en su escalón.
Mientras pensaba en eso, las puertas de la habitación en la que se encontraban ella y el resto de los jóvenes, se abrieron, dejando entrar a los tres hermanos Le.
Le Jin, con su brillante cabello rubio, tenía una sonrisa jovial en su rostro mientras caminaba con elegancia. Le Lan no tenía expresión en su rostro, pero su porte indiferente lo hacía ver aún más guapo. Finalmente, Le Meigui, el más alegre de los tres, sonreía de par en par mientras miraba a los jóvenes frente a él, pero cuando su mirada se fijó en una persona en específico, sus grandes ojos rosados como un par de pétalos de cerezo, se iluminaron casi instantáneamente.
Le Jin vio eso, pero antes de que pudiera abrir la boca para detener a su hermano menor, este ya había salido disparado por su lado. El impotente Le Jin aún continuaba con la mano sostenida en el aire, suspiró lastimosamente y fue consolado por Le Lan, quien negaba con la cabeza ante las acciones de su hermano más joven (Le Meigui).
Wang Hua, quien no se había movido de su asiento todo este tiempo, de repente sintió una 'fuerte' presencia acercarse cada vez más a ella. Pero antes de que tuviese tiempo suficiente para reaccionar, sus dos manos fueron cogidas íntimamente por un par de manos más grandes. Sorprendida, Wang Hua levantó la cabeza, solo para encontrarse con un par de brillantes ojos rosados, que en este momento, por alguna extraña razón, se habían convertido en un par de ardientes llamas.
Un escalofrío recorrió la espalda de Wang Hua, sin ningún motivo aparente.
"¡Eres el hermanito de la tercera prueba! ¡Al fin te encontré!" La sonrisa en el rostro de Le Meigui se hizo cada vez más grande, incluso sus ojos se estrecharon en una sonrisa, su rostro juvenil era brillante y cálido como un sol de primavera.
Por el contrario, el rostro de Wang Hua no podía ser más sombrío, las innumerables líneas negras se extendieron por todo su rostro, casi parecía poder gotear tinta en cualquier momento.
Le Meigui no pareció darse cuenta de su aterradora expresión, así que con un tono exageradamente alegra comenzó a hablar "Cuando te ví creí haber visto a un ángel, casi te confundí con una chica, ¡eres muy bonito!"
El rostro de Wang Hua se puso verde.
Le Meigui continuó, "Pensé que se trataba solo de una sorpresa momentánea ¡pero no! Desde el primer momento en el que te ví, ¡Fue como haber encontrado color en mi mundo! Eres hermoso hasta más allá de la palabra, así que por favor... ¡Conviertete en mi musa!"
Esta vez, la cara de Wang Hua pasó de ser verde a un negro más profundo que el carbón.
Desde un costado, los jóvenes casi tenía la mandíbula en el piso. Y a un lado de ellos, Le Jin se cubría la cara con las manos, negándose a ver lo que ocurría al frente, en cuanto a Le Lan, él solo desvío la mirada, con una expresión que decía: No conozco a este sujeto.
Después de un mortal e incómodo silencio, Le Jin decidió romper el hielo, se aclaró la garganta y con una cara lastimosa se dirigió a Wang Hua.
"Joven, por favor no tome en serio las palabras de mi hermano menor, sólo está un poco confundido y no sabe lo que está diciendo"
Le Meigui escuchó eso, pero cuando trató de objetar, su boca fue cubierta por la mano de Le Lan. Trató desesperadamente de forcejear, pero para su mala suerte, su fuerza física no podía compararse con la de su hermano mayor, aunque sonara un poco estúpido ya que eran gemelos, Le Lan siempre fue el más fuerte de los tres. Le Meigui decidió rendirse, ahora sólo podía observar con ojos de cachorro a Wang Hua.
La sonrisa de Le Jin se contrajo, en este momento en serio quería darle un buen coscorrón a su hermano menor.
Con una mirada claramente impotente, Le Jin tosió un par de veces mientras decía, "Hoy estamos aquí para felicitarlos a todos por haber pasado las tres pruebas que la secta les impuso, aquí tenemos sus insignias, las cuales serán su símbolo, ya que con estas insignias serán recibidos como discípulos oficiales de la guardia Amapola, muchas felicidades"
Le Jin les entregó personalmente una insignia a cada uno de los jóvenes dentro de la habitación, pero cuando llegó el turno de Wang Hua dijo en voz baja, casi susurrando "... Lamento el comportamiento de mi hermano"
Wang Hua no dijo nada, honestamente no le importaba en lo más mínimo. Prácticamente arrancando la insignia de las manos de Le Jin, la guardó en su bolsillo, se giró, y sin decir ni media palabra, salió de la habitación. Y lo más anormal de todo, es que hizo eso en tan solo un par de respiraciones.
Le Jin aún continuaba en el mismo lugar, totalmente petrificado.
Le Meigui, quien finalmente se liberó de las garras de Le Lan, no pudo soportarlo más, se abrazó el estómago, y se ahogó en carcajadas, hasta el punto en el que se le salieron las lágrimas.
Pero después de unos instantes, no pudo continuar con su risa. El cuerpo entero de Le Meigui se erizó, incluso su cabello estuvo apuntó de congelarse. Con el rostro un poco pálido, se dió la vuelta y miró hacia la ventana, pero para sus rápidos ojos, lo único que pudo llegar a ver fue a una leve pero pequeña silueta blanca, que desapareció casi al instante. Pero eso no era lo que dejó a Le Meigui totalmente tieso y rígido, sino, lo que en verdad le dejó los pelos de punta, fue ese par de mortales ojos dorados.
Le Lan notó la extraña expresión en el rostro de su hermano, y no pudo evitar preguntar.
"Mei, ¿estas bien?"
Le Meigui se tensó al escuchar la pregunta de su hermano, con un movimiento metálico se dió la vuelta y dijo con un tono apagado, "... Creo que ví la cara del diablo, y parece que yo no le agrado nada"
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Belleza inmortal: Rey De Los Asesinos
RomanceEn el siglo XXI en la moderna china, hay una belleza capaz de volcar la ciudad completa, ni siquiera las sexis modelos de las revistas se comparan con la "belleza" inmortal, los hombres pierden el aliento cada vez que la ven. "Hola hermosa señorita...