Luego de que Wang Hua y Lian Xia se instalaran en el pueblo de los hombres-bestias, la vida para ellos fue realmente gratificante. La gente de la tribu veneraba ciegamente al Dios gato y a su 'esposa', todos los días traían canastas llenas de comida y toda clase de objetos raros y brillantes que usaron como ofrendas a la divinidad. Por otro lado, Lucas, el príncipe elfo, se quedó con Horkan para ayudarlo en sus deberes como aspirante a Rey, aunque ambos tenían personalidades totalmente distintas, no impidió que estos dos jóvenes se hicieran muy buenos amigos.
Las dos esposas de Horkan, las cuales le fueron entregadas en su viaje a la ciudad de los elfos, también vinieron con ellos. Nadie se preocupó por la ausencia de Suly, en más, se podría decir que Horkan ni siquiera se acordaba de ella. Los dos elfos femeninos fueron guiados por el canciller real, Orin, el hombre canario, hacia el Palacio del las bellezas, lugar en el que se quedaban todas las esposas del Rey y algunas concubinas de los príncipes.
Por cierto, Horkan tuvo dos hermanos menores que no estaban en muy buenos términos con él. Uno de ellos fue el segundo príncipe, el gran León de melena dorada, Hunkyr, que a diferencia de su hermano mayor el príncipe Horkan, gustaba de no ser el centro de atención y siempre se encerraba en la biblioteca al otro lado del Palacio. El tercer príncipe, el León negro Honya, fue el más joven de los tres hijos del Rey, no le gustaban mucho sus hermanos mayores, pero todavía era un niño bueno que seguía obedientemente la etiqueta de príncipe.
Cuando el pequeño gato blanco conoció a estos tres hermanos, no pudo evitar pensar que no se parecían en nada. Horkan era audaz y salvaje como una bola de fuego, el segundo príncipe fue un ermitaño que no le gustaba hablar con los demás, en cuanto al tercer príncipe, Honya, Wang Hua pensó que era el más normal de todos ellos, por lo menos ese pequeño shota de cabello negro y orejas peludas sabía cómo hacer un saludo de cortesía.
Los días pasaron muy lentamente, y la vida fue más tranquila de lo que cualquiera hubiese esperado.
Sin embargo, esta mañana ocurrió algo que hizo que todos los hombres-bestias de la tribu se sacudiera de los pies a la cabeza.
Sombras enormes y majestuosas cubrieron el cielo, las criaturas eran grandes y emitían una presión lo suficientemente fuerte como para someter a todos en el continente Luz de Luna.
Alas gigantes, escamas resplandecientes y un aura de rey alrededor de su cuerpo.
Esta fue la raza más orgullosa y arrogante de todas.
Los dragones.
¡Rugido!
El blamido de los dragones se escuchó a lo largo y ancho de todo el bosque.
El rey bestia, Rolan, se acercó rápidamente en compañía de sus tres hijos, los cuatro dirigieron su mirada hacia arriba y la expresión en sus rostros se hundió lentamente.
"... El rey dragón Beacrox." Una sonrisa salvaje apareció en el rostro del Rey bestia, sus ojos miraron al gran dragón de escamas doradas y su mirada se volvió fría.
"Ha pasado un tiempo, Rolan." Una voz magnética y profunda provino del dragón, su gran cuerpo aterrizó en el suelo cerca del Palacio.
Las dos pupilas doradas observaron fijamente a todas las personas dentro del lugar, antes de finalmente llegar al pequeño gatito blanco en brazos del hombre de cabello plateado.
"El Dios gato, ¿huh?" El Dragón dorado se rió entre dientes, "Es un placer conocerlo en persona, es realmente afortunado para nuestra tribu dragón ver a su soberanía."
Su era suave pero contenía un ligero rastro de burla.
"Beacrox, ¿Qué es lo que quieres?" El rey bestia escupió esas palabras con los dientes apretados.
El dragón dorado que respondía al nombre de Beacrox lo miró por el rabillo del ojo, su boca se estiró y parecía burlarse deliberadamente de él, "¿Qué derecho crees que tienes para hablarme de esa manera? Solo eres una bestia insignificante."
"¡Atrevido!" Horkan fue el primero en levantar la voz, sus ojos ardieron ferozmente mientras las garras de León comenzaron a aparecer en sus manos.
"¿Qué asuntos tiene la tribu dragón con nosotros? ¿Es tan importante como para que el mismo rey tuviera que venir?" Hunkyr fue el más tranquilo de todos, dió un paso adelante y miró al Rey dragón con ojos perezosos.
El dragón dorado no respondió a su pregunta, su cuerpo de más de veinte metros de alto fue envuelto en una luz segadora y antes de que se completaran dos segundos, un hombre extraordinariamente hermoso apareció frente a todos.
Su largo cabello rubio platinado se movió suavemente con la brisa, sus largas túnicas blancas fueron adornadas con una gran variedad de joyas y piedras preciosas que lo hacían muy llamativo. El hombre sonrió con gentileza, su expresión fue cálida y amable como ninguna otra, sin embargo, la arrogancia en sus ojos color ámbar no pudo ser escondida.
"Waa~ un hombre guapo." Wang Hua parpadeó un par de veces mientras miraba al rey dragón.
"¿Guapo?" Lian Xia se rió, pero no parecía feliz en lo absoluto.
"Tos tos..." El pequeño gatito se dió cuenta de su error y rápidamente agregó, "¡No, no, el esposo es más guapo! ¡No hay hombre más guapo que mi esposo!"
"¿Es así?" La sonrisa de Lian Xia se hizo más profunda.
El lindo gatito asintió con vehemencia, su pequeña cabeza subió y bajó como una gallina picoteando su comida.
"Ja ja..." Lian Xia no pudo soportarlo y estalló en carcajadas.
La escena rosa entre el hombre y el gato fue vista por Beacrox, el Rey dragón. Las pupilas verticales se encogieron ligeramente mientras fruncía el ceño con desconcierto.
Ese hombre...
El Rey dragón observó a Lian Xia y la arruga entre sus cejas su hizo más profunda.
Lian Xia besó la frente blanca del pequeño gato, luego levantó la cabeza y cruzó su mirada con la de Beacrox. No hubo miedo o sorpresa en sus ojos, solo una indiferencia seca que era muy distinta de la reacción normal que una persona tendría después de ver a un dragón.
Los labios de Lian Xia se curvaron hacia arriba, sus ojos fríos observaron al dragon dorado.
La expresión de Beacrox cambió.
¡¿Quién es este hombre?!
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Belleza inmortal: Rey De Los Asesinos
RomanceEn el siglo XXI en la moderna china, hay una belleza capaz de volcar la ciudad completa, ni siquiera las sexis modelos de las revistas se comparan con la "belleza" inmortal, los hombres pierden el aliento cada vez que la ven. "Hola hermosa señorita...