La tribu bestia entra a la ciudad

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Wang Hua también estaba un poco estupefacta, honestamente solo había querido venir a ver el espectáculo, pero no contaba con ser detectada tan pronto. Sus ojos fríos como el hielo observaron inexpresivamente al príncipe bestia, y al ver el par de peludas orejas redondas en su cabeza, no pudo evitar pensar que eran algo lindas. Sin embargo, a su lado, el rostro infantil de Lian Xia no se veía nada bien. El pequeño niño vió que su linda persona había estado observando al joven mitad animal por un largo tiempo, y aunque Wang Hua traía puesta una máscara, aún pudo notar el brillo en sus ojos.

¡Humph! ¿Qué tiene de bueno ese mocoso del clan bestia? ¡Este señor es más guapo (lindo) que él!

Huo She, la pequeña serpiente negra, enredó su cuerpo alrededor de una delgada rama mientras sus dos ojos ambarinos observaban sin palabras a su maestro.

Ah, ¿que hacer? ¿Por qué sentía que su maestro cada vez se parecía más a un esclavo de su esposa, ah?

No muy lejos, el cabello del Príncipe bestia aún seguía parado hacia arriba, incluso su larga cola de León se enderezó en una línea recta. Miró a la figura negra sentada en la rama de un árbol y no pudo evitar tragar un bocado de saliva. Aunque no se sentía amenazado de ninguna manera, su instinto como hombre-bestia le dijo que las cosas no eran tan simples como parecían, puede que la figura negra no guardara ningún rencor hacia él, pero de alguna manera no pudo evitar acobardarse.

Bueno, cómo iba a saber el príncipe bestia que el aura asesina que acababa de sentir no pertenecía a a Wang Hua, sino al pequeño bollo blanco sentado a su lado. Basta decir que una vez más, el temible Rey del Caos fue condenado a beber otro balde de vinagre.

El pequeño canario, quien no entendía absolutamente nada de la situación, observó con ojos confusos al príncipe de su tribu, incapaz de seguir el razonamiento de este último. Solo pudo ver el peaje tembloroso de su príncipe y las gotas de sudor que caían de su frente, aparte de una mirada en blanco no pudo encontrar nada más.

De alguna manera, Wang Hua pudo sentir que la mirada de este príncipe bestia era un poco extraña, casi como si por laguna razón le tuviese miedo. Oye, aunque la máscara que consiguió no era la más bonita, tampoco era necesario estar tan asustado. O tal vez podría ser que este estimado príncipe fuera igual que Suly y le tuviera miedo a esta clase de cosas, tsk tsk, que lástima, lucía cómo un hombre tan masculino...

Aunque ambos se encontraban a una distancia considerablemente larga, el príncipe bestia, Horkan, puso sentir una mirada de desprecio dirigida hacia su persona. Miró a la figura negra que aún estaba inmóvil en la rama y no pudo evitar rechinar los dientes. ¡Claramente pudo ver el desdén en los ojos de este último! ¡¿Te atreves a mirar por debajo del hombro a este príncipe?! ¡Eres atrevido!

Todo parecía indicar que el príncipe se había olvidado por completo del terror que sintió hace unos minutos, ahora su orgullo como hombre-bestia le impidió bajar la cabeza.

Wang Hua se quedó un poco sin palabras ante esta escena, pero bueno, se decía que el orgullo de una bestia era más importante que dos generaciones.

Fue en ese momento, cuando el sonido melodioso de decenas de flautas cruzaron el aire y llegaron a los oídos de todos los presentes.

Un gran grupo de elfos, todos hermosos e impresionantes, se acercaron con gracia a la tropa de los hombres-bestias, algunos de ellos entonaban una grácil melodía mientras otros traían cajas llenas de vino y frutos silvestres.

La tribu bestia, que en su mayoría eran hombres grandes y rudos, se quedaron atónitos ante esta clase de vistas, sus dos ojos se pegaron a la hermosa imagen del grupo de elfos, como depredadores en hora de cacería.

Los elfos, en especial las mujeres, se estremecieron involuntariamente, pero al pensar que el futuro de su raza dependía de una alianza con las bestias, se tragaron su miedo mientras sonreía con amabilidad.

El primer ministro del Imperio élfico, que era un apuesto hombre de mediana edad con largos y brillantes cabellos dorados, y sus ojos suaves que lo hacían ver cómo una persona muy amable y fácil de llevar, juntó las manos y saludó respetuosamente, "Es un honor tener a su Alteza el príncipe de visita en nuestro humilde reino, por favor permíteme recibirlo de la mejor manera posible"

Horkan se puso de pié y asintió con una expresión indiferente, sin molestarse en mostrar el más mínimo respeto hacia el hombre, "Mm, lo mismo digo"

Aunque se sentía profundamente frustrado por dentro, el primer ministro no se atrevió a mostrar algún descontento, forzó una sonrisa, "Jajaja, su Alteza seguro que es amable, por favor vengan con nosotros"

Los hombres-bestia no se movieron al instante, sino que esperaron la orden del príncipe de su tribu. Luego vieron como este último asentía con la cabeza en muestra de aprobación, todos sonrieron y siguieron al grupo de elfos hacia la ciudad capital.

En todo el camino, Horkan aún se asomaba por la ventana buscando algún rastro de la misteriosa persona vestida de negro. Pero sin importar cuantas veces mirara, no lograba encontrar la máscara aterradora que había visto hace algunos minutos. Después de un cuarto de hora, el príncipe bestia suspiró y cerró las cortinas del carruaje.

No muy lejos, Wang Hua usó su habilidad especial para ocultar su presencia mientras daba saltos por los árboles. En su espalda se encontraba la diminuta figura de un niño pequeño, tan blanco y adorable como una bola de nieve, aunque a simple vista el pequeño parecía estar sonriendo, la leve oscuridad en sus pupilas decía claramente que no estaba de buen humor.

Belleza inmortal: Rey De Los AsesinosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora