Belleza inmortal: Rey De Los Asesinos

Marigoldo

Luego del pequeño percance, Wang Hua y su grupo finalmente llegaron a Jidan. Ya en el puerto, una belleza de cabello rojo llamada Weisu los recibió. Los ojos de la belleza se iluminaron cuando observó a todos los hombres guapos que se pararon frente a ella, su pequeña cara se sonrojo y su voz melosa se hizo mucho más dulce. Wang Hua, que estaba en los brazos de Lian Xia, levantó la cabeza y miró los grandes pechos de Weisu, luego volteó para observar el pecho plano de Lian Xia y suspiró con impotencia. El hermoso rostro de Lian Xia se llenó de lineas negras, sus ojos miraron a la belleza y la intención asesina no podía ser más clara.

Luego de una breve charla, Weisu se presentó como uno de los demonios bajo el mando del patriarca demoniaco.  Mencionó que todas las razas que llegaron a Jindan en el transcurso de los ultimos días fueron recibidos por miembros de su tribu.

Mientras se dirigían al lugar donde se llevaría a cabo la reunión, Weisu comenzó a explicarles la forma de como se desarrollaría. En primer lugar, durante el transcurso de una semana, la raza demoniaca esperaría al resto de las razas en Jidan. Segundo, solo los representantes de cada tribu son los únicos que deberán asistir a la reunión, en compañía de alguna escolta o batallón. Tercero, no se permitirán disputas entre las especies. Y finalmente cuarto, hasta que la reunión oficial empiece, nadie deberá salir de Jidan.

Wang Hua escuchó las palabras de Weisu y se giró para observar la expresión en la cara del Rey Rolan y el monarca de los dragones. Al ver las leves fluctuaciones en el rostro de ambos, Wang Hua se sintió desconcertada. Desde hace algunas horas, tanto Rolan como Beacrox se habían mantenido inusualmente callados. Los grandes ojos multicolor de Wang Hua observaron sospechosamente a Lian Xia, su mirada parecía decir: 'Esposo, ¿No tienes nada que ver con esto, verdad?'

Lian Xia bajó la cabeza y besó suavemente la pequeña frente del gato blanco, la inocencia brilló en todo su rostro.

No muy lejos, Weisu miró a la extraña pareja de hombre y gato y no pudo evitar pensar que el mundo se estaba volviendo loco.

Minutos más tarde, Wang Hua y su grupo llegaron frente a un gran edificio situado exactamente en medio de la isla. El edificio parecía tener más de cincuenta pisos de altura, sus puertas y ventanas estaban hechas de un material muy similar al vidrio del mundo moderno. Los primeros en entrar fueron Rolan y Beacrox, seguidos de Horkan y el batallón de dragones imperiales, que para ese entonces ya habían adoptado forma humana. Wang Hua y Lian Xia fueron los últimos en ingresar.

En ese momento, Wang Hua pensó que nunca en su vida habia visto tantas gemas juntas. El interior del edificio estaba adornado con toda clase de piedras espirituales, que iban desde el piso hasta las paredes y el techo. El poder espiritual en el interior era tan denso que Wang Hua tuvo que contener un gemido de excitación. Incluso el siempre taciturno Lian Xia fue sorprendido por esta clase de vista, observó el comportamiento del pequeño gatito y se sintió un poco amargo por dentro.

Solo espera a que recupere todos sus poderes, él levantará un palacio entero hecho con estos cristales y se lo regalará a su pequeña esposa.

Luego de registrarse, Weisu junto a algunos de los empleados les mostraron a todos su habitación. Naturalmente, Wang Hua y Lian Xia compartieron la suya.

Más tarde, cuando la penumbra nubló el cielo, los representantes de cada especie se reunieron en la sala principal para discutir algunos asuntos con los jefes de las otras tribus. Wang Hua, como Dios Gato de los hombres-bestia, tuvo que acompañar al Rey Rolan a la reunión preliminar. En cuanto a Lian Xia, ¿podría el Rey de la calamidad dejar a su esposa en compañía de otro hombre? Por supuesto que no.

El rey Rolan miró a la pareja de hombre y gato sintiéndose un poco impotente.

De esta manera, cuando el reloj marcó las siete en punto, los representantes de cada especie se reunieron en una mesa redonda para tratar ciertos temas antes de la reunión oficial de mañana. Wang Hua, que había vuelto a la forma de un hermoso joven, se sentó casualmente en medio de Lian Xia y el rey bestia, sus grandes ojos observaron furtivamente al resto de personas en la habitación.

Aunque Wang Hua estaba acostumbrada a estar rodeada de muchas personas hermosas, esta era la primera vez que observaba a un grupo de bellezas de tan alta calidad.

En uno de los asientos de en frente se encontraba un apuesto hombre de cabello dorado. De todos en la sala, él era el único que se destacaba por los tres pares de alas blancas que nacían desde su espalda. Sus frios ojos azules observaron a todos con un aire de indiferencia, junto a su rostro casi perfecto, este hombre encarnaba la frase 'la belleza no mira, solo es mirada.'

No muy lejos, Wang Hua pudo encontrar a un par de personas conocidas.

La reina elfo, hermosa y elegante como siempre, se encontró con la mirada de Wang Hua y sonrió. A su derecha, el monarca de los dragones, que seguía malumorado como de costumbre, levantó la copa y se bebió todo el vido de un solo sorbo. Mirando un poco más, Wang Hua se encontró con algunas personas que nunca antes habia visto. Un hombre de cabello negro y una mascara de payaso se sentó en un lugar apartado sin hacer ningún sonido.  Wang Hua estaba un poco sorprendida, de no haberlo visto, estaba segura de que definitivamente no se habría percatado de su presencia.

"Hmm, Majestad..."

Wang Hua se dirigió al rey Rolan.

"¿Su eminencia?" El hombre de barba roja se giró para observar al joven.

Wang Hua observó al hombre con la mascara de payaso y preguntó, "¿Quién es esta persona?"

El rey bestia siguió su mirada, pero despues de ver a quien se refería, su rostro se volvió feo.

"Su eminencia, esta persona es Marigoldo, el actual cabeza de la tribu de los no-muertos. "