Quiebres

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Simona y Joaquin fueron a un bar. Bebieron. Simona lloró. Otro escándalo en público; otro quiebre. Ella no podía soportar otro quiebre más, su corazón estaba muy débil para defenderse de un ataque emocional como este. Solo lloró.

Damian la llamó por teléfono para saber por qué no respondía sus mensajes. Ebria le respondió.

- Damian, estoy con Joseph en un bar, bebiendo. Te vi con ella, sé quien es. Te estuve esperando en el terminal y pasaste frente a mi sin notar mi presencia. Damian, me has roto el corazón.

-¿Qué? Pero amor, ella ahora es solo una amiga... Ella se sentía mal y solo quise ayudarla. Lo siento mucho, no noté que estabas ahí.

- ¿Y qué hay de mi? ¿Qué hay de lo que yo siento ahora, de mi dolor, de mi desgarro en el corazón? No cruzarías ni una montaña por todo esto.

- Lo siento. ¿En qué bar estás?

-No te diré nada.

- Por favor Simona, de verdad lo siento mucho.

- En el bar de Moe.

- No jodas, Simona.

- En serio, en el de la calle Libertad.

Damian fue a buscarla. Ella montó un espectáculo en el bar y de pasada besó a Joaquin en los labios.

- Vamos, yo te llevo a casa- dijo Damian.

- ¡No! - gritó Simona.

- Simona, en serio para, ven- suspirando.

Damian la llevó caminando a casa. En el trayecto, Simona estaba tan ebria que apenas podía estar en pie, además llevaba unos tacos de 10 centímetros que le dificultaban el paso; caminaba torpemente.

Simona iba destrozando la flores de los jardines de las casas, porque ellas le recordaban al amor y en ese momento ella se sentía traicionada. Quería destruir todo lo bello. Quería destruir el amor. Quería desaparecer de la vida de Damian, porque ahora se sentía insegura en todos los aspectos que la hacían ella: su cuerpo y personalidad.

Otra vez se sentía sucia, ebria y además, los pies le dolían.

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