Consumidor de cuerpos

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Ahí esta Simona otra vez, cediendo su cuerpo apenado, inseguro y frágil. Siente la necesidad de la aprobación de los demás sobre su cuerpo, y de nuevo, cae. Sin embargo, ¿qué es un consumidor de cuerpos? ¿Simona lo es?. En primer lugar, un consumidor de cuerpos es aquella persona que establece relaciones sexuales y/o afectivas con otra persona, de manera casual. En segundo lugar, hay consumidores tanto responsables como irresponsables; los responsables son aquellos que son honestos con sus intenciones y no ilusionan a la otra persona, sino que se establecen los terminos y condiciones de la relación establecida, mientras que los irresponsables generan expectativas falsas en la otra persona, y luego de conseguir lo deseado desaparecen sin más, dejando en la persona un daño irreparable. Por último, estas relaciones son casuales en su gran mayoría y no hay nada de malo en el consumo, siempre y cuando sean responsables; mientras que el consumo no te consuma como persona.

Es atrevido denominar consumo de cuerpos, pensando en el cuerpo como un objeto consumible, como algo que te ofrece el mercado y muchas veces desechable. Sin embargo, esta es la realidad del siglo XXI, existen relaciones desechables y mucha irresponsabilidad emocional en dichas relaciones, no hay conciencia de la existencia del otro como un ser derechamente con emociones reales. Ahora, ¿quien tiene la culpa? ¿El sistema de mercado que nos ha educado en un mundo de consumo o nosotros mismos que no somos capaz de auto educarnos y crear resistencia al sistema? He ahí el dilema.

En fin, ahí esta Simonaen la cama con Noah, teniendo sexo. En el fondo, ella se siente triste, no sintió nada más que los múltiples gemidos de Noah penetrándola. Ella dejó de estar excitada al llegar a casa porque dejó a su cabeza reflexionar sobre lo que iba a ser. No gozó del sexo, pero pudo dormir.

Al despertar, Noah no estaba en la cama, pero había un buen olor en el ambiente. Él estaba en la cocina, preparando el almuerzo. Era un lindo detalle y logró calmar el corazón de Simona, que aún seguía sufriendo por lo que había hecho y dicho Damian.

Vistió su cuerpo desnudo. Se puso la polera de Noah, así que asumió que él andaba semi desnudo por la casa. Luego, se puso un pantalón de pijama y bajó descalza.

Noah cocinaba un salteado de champiñones con cebolla y arroz. Simona pensaba "No te enamores, no te enamores. Recuerda que es alumno de intercambio. Se irá pronto, se irá pronto". Sin embargo, no pudo aguantar la tentación y abrazó su torso desnudo por la espalda.

- Gracias -susurra.

- De nada, ladrona de poleras -dice riendo.

Se sientan a comer. Simona encuentra deliciosa la comida. Noah le sonríe, tiernamente, feliz de volverla a ver y tenerla de nuevo de vuelta, claro, sin poseerla.

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