Mist taste like vodka

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Al salir de casa, toda arreglada como una lady, recibo una llamada de Damian. Por un lado, mi empoderamiento me decía "déjalo, es un imbécil que no es digno de ti". Mientras que por otro, mi poca autoestima me decía "Contéstale, quizás ahora sí te valore. Quizás dice que te ama". Si me preguntan sobre cómo me siento con respecto a Damian es que, a pesar de aparentar estabilidad y fuerza, por dentro sigo igual de insegura y destruida. En el fondo sí amo a Damian, pero él ha sido muy malo conmigo este último tiempo, pero por sobretodo, descuidado.

Bueno, hay que seguir. Lo que me preocupa es mi autoestima, pues como ahora no recibo amor de nadie no sé si puedo quererme. Sé que que dije que me quería, pero a veces no puedo encontrar mi amor propio. Me miro al espejo y solo me gusta mi cabello y mi maquillaje.

En fin. Contesté el teléfono:

-Aló- dije.

- Simona, ¡dónde mierda te has metido! Has desaparecido, no contestas mis mensajes ¿qué onda?

- Damian, lo siento, siento que no puedo seguir con esto, no puedo seguir a tu lado. Me has humillado.

- Amor...

- No me digas así, ya no soy nada tuyo.

- Enserio que lo siento, pensé que las cosas iban bien, prometo no hacerlo, confía en mi.

-No, no quiero. Mira me tengo que ir...

- ¿Estas ya con otro?

- ¿Te importa?

- Eres una zorra, zorra y puta - me insulta.

- No, no lo soy. ¡Tú eres de lo peor!- respondo, cortando el teléfono.

Mierda, estoy alterada. Casi sin pensar camino y camino. No sé cómo no me han atropellado. Solo quiero ver a Noah y arrojarme a sus brazos.

Cuando veo su delgada figura al lado del mar, me transmite paz. Corro hacia él y hundo mi nariz en su pecho. Lloro. Mientras que Noah, tiene un aire desconcertado por mi reacción:

- Hey, hey, ¿que pasa?- me dice con su voz suave.

- Es el Damian... -digo con un hilo de voz.

- Entiendo, ¿te hizo daño?- pregunta.

- Sí- respondo.

- Ven, cariño, tranquila...- me susurra.

- Terminé con él- interrumpo.

-Wow, really?- dice impresionado.

- Sí- vuelvo a responder.

- ¿Qué te hizo? - vuelve a preguntar.

- Me golpeó mientras teníamos sexo- digo entre lagrimas, sintiéndome avergonzada.

- Entiendo.

Noah me abraza y consuela. Me besa la frente y luego pregunta:

- ¿Aún lo amas?

- No lo sé, había mucho cariño y de repente él cambió o yo cambié... o cambiamos los dos.

- Okay.

Luego, abrió una botella de vodka y me dice:

- ¡Olvidemos a ese weón y tomemos vodka!

Yo río, porque cada vez que intentaba decir "weón" no podía sacarse ese acento de gringo.

- Tienes razón, mi amigo.

Comenzamos a beber vodka y, a su vez, comencé a hablar sobre cómo me sentía, todas mis inseguridades y miedos. Noah solamente me consolaba y me decía que yo era fuerte, que podía con todo esto y que saldría adelante. Permanecí abrazada a él, a su cuerpo delgado y tibio. Pronto siento un sentimiento renovado hacia él, como un refugio, y quiero besarlo.

Lo beso.

Nos besamos. Me acaricia el cabello con una mano y con la otra me sostiene la barbilla.

- Te quiero Simona- me dice.

Su boca sabe a vodka y frambuesa. Es suave y húmeda. Comienzo a excitarme. Yo igual estoy suave y húmeda. Solo quiero estar en la cama con él.

Consumidora De CuerposDonde viven las historias. Descúbrelo ahora