Susan

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Susan siempre fue una niña sensible, muy sensible a diferencia de sus pares, lo que era una ventaja como una desventaja. La ventaja era que siempre fue muy cercana a las artes y muy buena haciéndolo, también muy empática con las personas y animales, ella podía curar las penas de los demás, excepto la suya. La desventaja es que sentía mucho más fuerte el dolor, la pena y el miedo.

Cuando pequeña, tenía grandes cejas, lo que la convertía en el centro de muchas burlas. Eso formó su personalidad tímida, insegura y triste. Nunca logró estar segura de sí misma, nunca estuvo conforme con su cuerpo ni con su sensibilidad.

Una vez Susan se dio cuenta de que ni una sola vez, en el año, se había despertado sin sentir desagrado de sí misma. Siempre se despertó triste y desde ahí comenzó a notar que algo iba mal. Muy mal.

Luego, el amor, los cuerpos y palabras terminaron por matar cada chispa de Susan, cada intento de felicidad. Sobretodo, comenzó a consumirla por dentro, robándose sus sueños, proyectos y todo el resto de su vida.

La hemos visto caer hacia un abismo frío, oscuro, infinito y lleno de dolor. La hemos visto cuando tocó fondo. Lo hemos visto muy tarde.

Consumidora De CuerposDonde viven las historias. Descúbrelo ahora