"El hilo de mi voz"

50 6 2
                                    

Ha pasado una semana desde lo sucedido en el terminal. Me siento cohibida. Me entran los nervios cada vez que voy a la universidad; pienso que en cualquier momento me toparé de frente con ella. Creo que la odio, detesto su cabello crespo, ojos enormes y sus enormes pechos. No debería sentir esto contra una mujer, pero me enfurece que haga lo que no corresponde.

Sería fácil que llegara y llamará a todos mis ex's mientras sufro un colapso mental para que vengan corriendo a mi, dejando a sus parejas y parando sus vidas por atenderme. Bueno, descubrí que ella hace eso. "Damian, ven que me siento mal", "Damian, sufro un colapso, ayúdame", "Damian, necesito quedarme en tu departamento, por favor"... ¡Por la chucha! ¿Dónde quedan todos los amigos y amigas que tiene? ¿Por qué quiere seguir haciendo daño y enredando las cosas?

Estará bien o mal lo que siento, pero en mi modo de vida no podría estar con alguien que tiene esa clase de atenciones con una ex pareja. A mi me gusta vivir el amor de manera única, ser cómplice del otro, ser especial; pasado pisado dicen.

Bueno, ¿cómo sé tanto de lo que hay en ellos?... Bueno, descubrí una clave de Facebook de John y ahí me enteré de la conversación que tenían ellos por dicho medio. Entre ellos, muchos chistes sexuales. Eso me hirió, pero tenía razón: John no era completamente sincero conmigo y bueno, yo no estaba siendo completamente honesta al hacer esto. Sin embargo, como dice Maquiavelo, "el fin justifica los medios" y esto lo valía, es decir, no pasaré tiempo de mi vida en estar sufriendo por un pobre imbécil que no es capaz de afirmarse los pantalones y ponerse claro en sus decisiones.

En fin, supe todo lo que debía saber. Lo encaré y aquí estoy llorando otra vez, con los ojos deformados y la garganta cerrada, donde un hilo de voz nace entre mi llanto, pidiendo fin a mi sufrimiento. Pero, soy solo yo la que puede terminar con esto.

Discutí con Damian en su departamento, y no halló nada mejor que enojarse, de manera infantil, acostarse y apagar la luz. Mi castigo era su indiferencia.

Caí al suelo entre mi llanto. Me sentí tan poco valorada, tan miserable y pequeña, pero por sobre todo insegura. Necesitaba estabilidad en mi llanto descontrolado, y llamé a Cielo, le dije que fuera a buscarme, que necesitaba un lugar donde quedarme, porque ni de joda pasaría la noche con Damian.

Ella llegó con su fuerza protectora en mi auxilio. Eran las 2 de la mañana y John seguía despierto en su rincón de la cama, mientras yo seguía sentada en el suelo conteniendo mis lágrimas. "Me voy Damian" le dije. Silencio.

Abro la puerta y ahí está Cielo, con sus ojos de mamá gallina, que lo único que quiere es proteger a su polluelo. Me lanzo a sus brazos.

Damian se levanta, sin decir una palabra, quedándose parado en la sala de estar. Yo lo miro, Cielo lo mira y él nos cierra la puerta en la cara.

¿Me echó?

Consumidora De CuerposDonde viven las historias. Descúbrelo ahora