"Como todo alfa, huí para servir a mi país, pero ese no es el punto, WonWoo, ¿quién es él?"
Kim MinGyu es un dominante alfa que tenía una vida tranquila y perfecta con su omega, Jeon WonWoo. Pero no todo lo perfecto dura para siempre.
MinGyu se aden...
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Equipo alfa.
Kim estaba incontrolable, no había nadie que lograse sacarlo de su burbuja de mal humor y aparentemente había perdido el habla con su equipo, no respondía nada más que lo básico, el silencio era incómodo hasta cierto punto y HanSol sólo quería enterrarle una daga por ser tan callado.
—Sólo trataremos de arreglar este problema, Kim.—HanSol observó con sigilo al nombrado.—Es la tercera vez que cargas tus armas, cálmate ya.
Kim respondió con un gruñido.
No faltaba decir que desde que se reunieron en el cuerpo militar para enlistarse a la guerra, MinGyu andaba más cascarrabias que nunca, todo le tenía de mal humor y HanSol ya estaba levantando sus sospechas respecto a la razón del porqué el alfa estaba así.
—MinGyu...—JunHui habló, acomodando su chaleco antibalas.—En serio necesitamos que te calmes.
Sus orbes se encontraron con los de JunHui y éste pudo distinguir el terror que ocultaba tras ellos con su furia. Su corazón, que latía como un loco, se estrujó un poco ante la idea de volver a ver sufrir al alfa como en sus inicios.
Y es que además de estar furioso y temeroso, MinGyu se encontraba estresado por el ruido que provocaban las hélices del helicóptero militar donde se encontraban.
HanSol pese al gruñón del alfa que alguna vez fue su pareja, dejó de lado todo para sujetar la mano de MinGyu.
Éste se giró apresurado ante el tacto de HanSol, sus ojos mostraban temor, sorpresa, confusión.
—Tranquilo.—le dijo HanSol.—Todo con WonWoo va a solucionarse.
—No estoy tranquil-
—Lo sé.—HanSol le dio un apretón.—Pero inténtalo, diablo.
MinGyu tragó saliva sin saber dónde pisar su mirada. Estaba más que nervioso.
—Veintiocho años y te sigues poniendo nervioso como un puberto.—JunHui soltó para aligerar el ambiente.—¡Qué maravilla de chico!
—Estás peor tú.—soltó MinGyu.—Treinta y uno y todavía no puedes cortar una jodida cebolla.
A pesar de que se notaba la incomodidad en MinGyu por la cercanía abrupta de HanSol, se obligó a relajarse y dejar de pensar idioteces y concentrarse en las opciones para detener esa advertencia de guerra.