𝖬𝖨𝖫𝖨𝖳𝖠𝖱 ↬ 𝐌𝐄𝐀𝐍𝐈𝐄 [ᴀᴅᴀᴘᴛᴀᴄɪᴏ́ɴ]

36.❋

Disculpen los errores.

Confesiones dolorosas.

Aquella noche había sido de lo más placentera posible para MinGyu y WonWoo, después de hacer el amor por la noche sin crear tanto ruido fue una experiencia llena de adrenalina y encanto total, ambos disfrutando de su amor expresado en la cama, entre gemidos silenciosos, jadeos discretos y besos sinceros se podía decir que estaban de lo más felices como pareja.

Pero no todo es eterno, ni el tiempo más dulce compensaría aquel detonante que torturaba al alfa.

MinGyu abrió los ojos perezosamente, lo primero que observó fue una preciosa cabellera negra, olor a canela fusionada chocolate, mas un discreto aroma que le era un poco difícil de adivinar, era lo que se olía dentro de la habitación con su omega plácidamente dormido.

Sin embargo, estaba con su lobo lleno de furia, respecto a su cachorro. DaeMin no solía ser un pequeño mentiroso, y tomando la declaración de su hijo, creía capaz a la señora Jeon de hacer eso y muchísimo más, todo por su enorme rencor hacia el alfa, de pronto comenzaba a pensar que no viviría en paz junto a WonWoo, ya que la señora Jeon buscaba hasta el mínimo detalle para sacar de sus casillas a MinGyu.

Y vaya que lo estaba logrando.

Necesitaba una salida rápida, acabar con el acoso obsesivo de aquella mujer que sólo traería negatividad a su familia.

—Alfa...—WonWoo murmuró mientras enterraba la nariz en el cuello de MinGyu.

—Buenos días, amor.—MinGyu murmuró con la clásica voz ronca que le caracterizaba al momento de despertar por las mañanas. WonWoo parecía como un tierno gatito en busca de protección cuando despertaba, acurrucándose en el fornido cuerpo del militar para su propia comodidad. Y Kim no pudo evitar sonreír.—Oye, pastelito, deja el comportamiento de gatito.—murmuró el alfa.

—Cierra la boca, muero de sueño.—Jeon pasó una preciosa pierna por la cintura de su hombre, recibiendo caricias por parte de Kim en el muslo.

—Creo que deberías ponerte de pie, omega testarudo y gruñón.—el alfa resopló mientras WonWoo acomodaba su mejilla en su amplio pecho.

—¿Por qué debería...?—preguntó entre tiernos gruñidos que sólo provocaban dulzura en el alfa.

—Un cachorro debe ir al jardín de niños, precio-

—¡DaeMin!—WonWoo saltó de la cama, poniéndose su bóxer y la camisa de MinGyu, saliendo de la habitación entre gritos.—¡DaeMin, arriba, es hora de ir al jardín!