𝖬𝖨𝖫𝖨𝖳𝖠𝖱 ↬ 𝐌𝐄𝐀𝐍𝐈𝐄 [ᴀᴅᴀᴘᴛᴀᴄɪᴏ́ɴ]

32.❋

Disculpen los errores.

BlueWolf.

El rechinar de las llantas de la camioneta militar al frenar frente al bar BlueWolf confirmaban que el conductor estaba apresurado y prácticamente enojado. Al abrir la puerta de éste, la firme pisada de aquel alfa llamó ligeramente la atención de varios jóvenes disfrutando de un cigarrillo, alejando su mirada de la figura masculina cuando notaron el rostro del hombre.

Kim estaba cabreado y no venía con intenciones de arreglas sus asuntos tranquilamente.

Prontamente al entrar, el olor a alcohol, cigarrillos y marihuana llenó sus fosas nasales, haciéndole gruñir ligeramente, en ningún rincón de aquel bar encontraba al peligris que tanto le tenía enfadado y para ser relativamente sincero, MinGyu era el alfa más impaciente del mundo.

Caminando hacia la barra de licores, tomó asiento en una de las altas sillas frente a la gran mesada.

—Vodka.—Kim respondió secamente ante la mirada de aquel beta mirándole fijamente para escuchar su pedido y atender.

MinGyu no tenía ánimos, él quería estar con su omega y su cachorro, mirando algunos dibujos animados mientras WonWoo y DaeMin descansaban sobre su pecho con las sábanas cubriéndoles hasta el cuello.

No en un jodido bar con imbéciles perdiéndose en los vicios.

Minutos pasaban y el alfa apretó los dientes enojado, su mandíbula tensa alertaba y alejaba a los omegas que habían querido acercarse a Kim en esos escasos quince minutos que yacía ahí sentado, obligándose a ser paciente con SeungCheol.

—Mierda.—MinGyu chasqueó la lengua, mirando su reloj.

Un suspiro brotó de sus labios deseando terminar pronto este asunto pendiente.

—Que horrendo te ves enojado.—la conocida voz de su impuntual quedange sonó tras su espalda con burla. El alfa castaño no volteó a mirarle, su espalda se tensó y un gruñido brotó de sus labios. SeungCheol frente a él tomó asiento y ordenó lo que parecía ser una cerveza.—Creo que hoy no es tu día.—SeungCheol siguió.

—A la mierda, SeungCheol, suéltalo ya.—Kim furioso respondió.

Una sonrisa apareció en los labios del alfa peligris.

—Bien, ya hice tu deber por dos años seguidos, y te voy avisando que tener alejada a una bola inmensa de alfas de tu omega no fue pan comido.