13.❋

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Dulce como el pastel.

MinGyu había salido temprano del instituto y por fin podía respirar tranquilo, aquella mañana estresante de presentar exámenes había acabado. Suspiró de tal forma un tanto exagerada y comenzó su camino hacia el supermercado, necesitaba algunas sopas instantáneas, ¿y por qué no? Comida chatarra, ya que el alfa pensaba quedarse en casa en todo momento viendo películas solo. El día era nublado y bastante fresco, adoraba el aire frío chocar contra su rostro de forma estremecedora.

Después de una larga caminata donde MinGyu estuvo con sus oídos sellados con los auriculares y perdido en sus pensamientos, llegó a su destino, con pasos tranquilos se adentró al supermercado y sin muchas ganas de hacer un tour por todo el lugar, trotó hasta el área de las sopas con la canaste en su mano.

Realmente, MinGyu era un alfa por el que muchas omegas caían rendidas ante su aroma en el instituto, y estar en el supermercado no lo mejoraba, su aira de alfa llamaba la atención, pero ¿qué pensaba Kim sobre ello? Nada. Pensaba que si le tomaba importancia a esos ojos curiosos sobre él, se sentiría acosado e incluso violado con la mirada.

El alfa llegó al anaquel con sopas con sabores diferentes y metió a su canasta uno de cada sabor, esa noche se daría el lujo de comprar tanto como quisiera, puesto que su padre desde la milicia le enviaba dinero para que pudiera sobrevivir, aunque incluso le sobraba. MinGyu satisfecho salió del solitario pasillo hasta que un aroma le embriagó sus fosas nasales, y todo su ser.

Canela identificó el alfa a lo lejos. Completamente atraído por tan exquisito olor, lo siguió creyendo sentir su cola de lobo imaginaria moverse inquietamente de felicidad.

Hasta que llegó al área de galletas, ahí en la lejanía, había un precioso omega de cabellos negros como la noche y piel lechosa. Daba pequeños brincos para alcanzar una caja de galletas.

Kim dejándose llevar por el aroma del omega, decidió acercarse a ayudar, claro, a paso lento pues le llenaba de cierta ternura verlo pucherear e inflar sus mejillas al no conseguir la tonta caja con galletas de chocolate.

Creo que deberían hacer los anaqueles más pequeños.—musitó con cierta gracia, bajando la bendita caja de galletas.

El omega lentamente giró para ver a un alfa frente suyo, con una sonrisa malditamente dulce y seductora, tan intimidado por su guapo rostro, bajó la mirada sonrojado hasta las orejas.

𝖬𝖨𝖫𝖨𝖳𝖠𝖱 ↬ 𝐌𝐄𝐀𝐍𝐈𝐄 [ᴀᴅᴀᴘᴛᴀᴄɪᴏ́ɴ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora