Capitulo 6

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¡Candy!, espera...

-¡Terry!, por favor vuelve. Susanna te espera....

-No puedes irte así...

-Estoy bien, de verdad,....ella tiene razón. No tengo nada que hacer aquí, incluso pienso que no debí haber venido, pero Albert insistió tanto que....-suspiró con tristeza

-¿Es decir que viniste porque Albert te lo pidió...?

-No Terry, de verdad queria verte, pero creo que fue un error, quizás debi esperar un poco de tiempo más.

-¿Tiempo?

-Pensé que podiamos vernos como amigos tú y yo, pero no podemos ser ni tan solo eso y la verdad que yo no puedo....tampoco.

-Candy...tú sabes por qué me casé con Susanna. Tú mejor que nadie lo sabes, no pretendas que la ame, porque no puedo y no aceptaré que tú me digas que lo haga. Todo por una estúpida promesa que hiciste sin saber si eso es lo que yo queria hacer... A veces me pregunto si es verdad que un día me quisiste, muchas veces me hago esa pregunta y las respuestas a las que llego, te juro que me dan miedo...no luchamos por nuestro amor. No quisiste quedarte conmigo y pienso que todo fue solo una mentira.

-Terry, no, no digas eso. De lo único que he estado segura en mi vida es de...haberte amado tanto. Eres el único hombre que de verdad he amado en mi vida y me siento mal diciéndote todo esto porque no tengo el derecho de hacerlo.

-....por favor, deja que arregle todo esto y espérame Candy...- sus ojos reflejaban la ansiedad- sé que te suene tan ilógico que te pida esto, pero...no puedo pensar que otro hombre pueda pretenderte.

-¡Basta ya!... ¿qué vas a hacer? ¿Dejarla?...no. eso no Terry.

-Solo dame una esperanza Candy

-¡Lo siento Terry!, pero nosotros no tenemos esperanza.....continúa con tu vida, con tu esposa....Adiós Terry.

-¡Candy!, Candy... perdóname pequeña, pero me entretuve con unos conocidos gente de negocios.

-Albert, vámonos por favor. Es muy tarde.

-Adiós Terry....hasta otro día amigo.

-Adiós Albert, Candy- sus ojos azules estaban muy tristes y los de Candy estaban húmedos. No quería que la viera llorar y subió de inmediato al auto.

-Adiós.

Allí quedo de pie en la acera del Teatro. Viendo el auto alejarse llevándose consigo otra vez su corazón y el amor, ese amor que no podía arrancárselo y que le hacía sufrir tanto. Camino hacia el interior y enfrentar su realidad.

-Discúlpenme, pero tenía que arreglar un asunto- Susanna lo vió detenidamente a los ojos que se percibian un poco humedos, pero estaba sereno.

-¡Es la última vez que le permito que le haga esto a mi hija! Donde se ha visto que...se vaya tras otra mujer.

-Usted no sabe nada Señora y no es nadie para que me permita nada...Le sugiero que no se meta en mis asuntos

Susanna se mantenía en silencio ¿Dónde quedaron las palabras de su madre?- Mamá, por favor...recuerda lo que me dijiste.

- No he deseado ser grosero con usted, porque ante todo soy un caballero, pero me he aguantado todo, todo y ya esta colmando mi paciencia. No haga que le pida que se vaya de mi Casa.

-Es usted un insolente y majadero....y esa mujer es una desvergonzada por venir a buscarlo- Susanna tomó la mano de su madre y le apretó al tiempo que expresaba un gesto en su mirada...-será mejor que nos vayamos, ya es muy tarde y mi Susi necesita descansar- empujó la silla y le recriminó con la mirada.

Vuelve  a mis brazosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora