Minutos atrás Candy estuvo con su pequeña hija en la habitación hasta que se durmió después de jugar entre sus incontables juguetitos que su Padre le regaló cuando se acercaba el cumplimiento de su primer añito. Ahora Victoria tenía un poco más de año y medio. Candy bajaba lentamente las escaleras que la llevara hasta la sala, mientras Patty y Dorothy se encontraban en la Cocina para luego reunirse y degustar de una buena taza de Té. Annie, deseaba quedarse con las chicas por más tiempo, pero comprendía que debía atender a su Familia, a su marido, las cosas no eran cuando jovencitas. Candy se acercó a la ventana que daba la visión al jardín, de pie allí sintió la brisa vespertina golpear su cara y sus rizos se movían lentamente por el viento. Entraba la Tarde, una muy hermosa que no quería perdérsela; un Sol resplandeciente y brillante cuyos reflejos dorados caían sobre su jardin, como si estrellas minúsculas llenaban todo el espacio. Las mariposas revolotear entre las flores bellas de su jardin buscando lo deseado, todas esas cosas que para muchos pasaba desapercibido y sin importancia para Candy disfrutar de cada día y vivir cada momento era maravilloso y llenaban de felicidad su corazón. Candy siempre sería así y eso es lo que la hacía ser especial y única que pese a todo luchaba siempre por mostrar una sonrisa aunque se estuviera cayendo a pedazos. Sentaba en el mismo lugar observaba todo a su alrededor. Candy estaba hermosa y el color palo rosa de su bata de maternidad le caía en perfecto contraste con su blanca piel, sus zapatillas tenían el mismo color y sus cabellos sueltos se enredaban con el viento. Su mirada entonces se posó en la entrada como si una fuerza extraña llevara su vista hasta allí. El estuvo observándola casi desde que salió al jardin, quería llenar sus ojos con la visión de su Esposa, la más bella y hermosa para él. El portero lo había visto llegar y casi se ahoga con la taza de café que llevaba a su boca. Terry le pidió no decir nada y se había limitado a verla. Se levantó de inmediato, pero sus piernas perdieron la movilidad, quería correr y fundirse entre sus brazos. Fue él quien lo hizo, llegando hasta donde ella para abrazarla y llenarla de besos. Tenerla allí volvía a sentir que su corazón rebosaba de vida y el de ella se agitaba nuevamente. Candy no tenía palabras y aunque las tuviera fueron sellados por los labios de su Esposo. Era un beso desesperado, lleno de dolor, de desesperación, de ausencias y de vida después de tanto tiempo separados y en tales circunstancias.
-Candy....mi amor...
-Terry, al fin estás aquí...mi amor...mi amor, No sabes cuanto te extrañé, cuanto sufrí de saberte perdido. Sentía que me moría por no saber nada de tí, pero...¿Estás bien? ¿Te hicieron algo?...no me ocultes nada por favor amor.
-Estoy bien amor...¡Te lo juro por nuestra hija!, que estoy bien.
-Todos los dias le pedía a Dios que te cuidara, que pudiera volver a verte.
-Yo añoraba éste momento ...No te imaginas cuantas veces lo anhelé pecosa- acunó el rostro de su Esposa para besar su blanca frente, sus ojos húmedos por sus lágrimas, hasta la última peca- ¡Estás hermosa Candy!- la admiraba totalmente de pies a cabeza y posó su mano en el vientre abultado de su Esposa, estaba radiante y feliz. Sus ojos brillaban de amor por ese hombre que le había entregado su vida y su alma.
-Terry...Terry....- sus sollozos se atoraban en su garganta - Terry, de verdad estas bien mi amor. Estás muy delgado y esas personas...
-¡No te preocupes amor!, me haré atender de un médico te lo prometo, pero ahora...¡Mirame!, estoy sano y salvo- la condujo hasta el lugar donde ella descansaba- No te voy a mentir Candy que pasé momentos muy dificiles, pecosa. Sí, es verdad que pasé dias muy terribles en los que pensé que iba a morir, pero ahora estoy aqui contigo mi amor y eso es lo que importa- dijo tomando sus manos - Cada dia pensaba en tí, cada momento, cada minuto, cada segundo de mi vida y hacerlo me daba las fuerzas que necesitaba para soportar todo, todo. No podía darme por vencido, yo tenía que luchar por ustedes y aunque no lo creas, yo también tuve Angeles que me ayudaron.
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Vuelve a mis brazos
RomanceLa noche en que Candy y Terry se despidieron se habían entregado a su amor. ¿Qué pasara después en la vida de cada uno de ellos? Historia con fines de entretenimiento.