Capitulo 2

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Una dificil decisión

Había llegado tan rápido como pudo en su automóvil. Susanna estaba en el hospital, por un resfriado común que la hacía caer en cama y que aprovechaba la ocasión para llamar la atención de su novio. El caso es que la fiebre había hecho que su madre se alterara. Debido a su condición los médicos la dejaban en observanción y como toda buena actriz al ver a Terry sacaba toda su elocuencia para convencerlo de su dolor y asi tejer su manipulación.

-¡Terry!, mi amor.... ¡viniste!- exclamó con ojos tristes y extendió sus mano hacia el muchacho- ¡Oh, Dios que dolor!- un gesto exagerado. A Susanna le gustaba llamar la atención y cuando no la conseguía se valía de todo para lograrlo.

-¿Estás bien?.. ¡Siento mucho no haber estado contigo!, pero tenía algunas cosas que hacer...por favor te pido que me disculpes.

-¡No te preocupes!, lo importante es que ya estás aquí, conmigo.

La madre de la Rubia llegaba después de haber ido por un café, sus ojos estaban encendidos por la furia y arremetió en contra del muchacho llenándolo de reproches y reclamos. Susanna se parecía tanto a la madre que dos Susanna era demasiado para él

-Usted... cuando más se le necesita nunca está. ¿Sabe que no teníamos como localizarlo? Mi hija empezó a sentirse mal y no sabíamos que hacer... no entiendo su actitud. Fue la enfermera que pudo contactarse con usted. Es un desconsiderado con mi Susi, después de todo lo que hecho salvándole la vida.

Esas palabras lo herían en lo más profundo de su ser. A lo contrario de las palabras de la Señora Marlow Terry si estaba siempre al pendiente de la muchacha y no era justo que saliera con sus arrebatos y reclamaciones. Por mucho detestaba que le impusiera el agradecimiento como una forma de someterlo -¡No es necesario que me lo recuerde!...Estoy harto que me lo recuerde constantemente- dijo apretando sus puños- He hecho todo cuanto me corresponde hacer e incluso venir a vivir a esta casa exponiendo la reputación de su hija, pero no me pida que esté al pie de su cama las 24 horas del día. Tengo mi vida a la que tengo que atender, compromisos y trabajos que cumplir. - dijo muy molesto.

-No nos dejó dicho dónde estaría...- La Señora Marlowe le bajó una rayita a su tono- el caso es que mi hija lo necesita.

- Señora, siento decirle que no tengo por qué darle cuenta de mi vida, nunca lo he hecho y no será ahora que empiece... el número del lugar donde estaría lo dejé con la enfermera con las instrucciones necesarias para cualquier emergencia. Además estoy aqui, ¿no es asi?...ah, y debo recordarle que no soy médico.

-¿Por qué a ella y no nosotras...? ¿Por qué ocultar donde iba a estar?

-¡Basta ya!... Madre...- le interrumpió- Terry tiene razón, también debe atender sus asuntos – dijo con voz suave- por favor... ¿puedes dejarnos a solas? Necesito nos dejes a solas- en los ojos de Terry se reflejaba la molestia, detestaba que quisieran controlar su vida y últimamente la Señora Marlowe quería saber cada paso como si de un niño al que tenía que castigar se tratara. Larissa salió llena de furia cerrando la puerta tras de sí - Terry, debes entender a mi madre...ella solo se preocupa por mí, por mi futuro y bienestar. Sabe que en la vida no me espera nada en estas condiciones. Esta inmovilidad no dejará que pueda valerme por mi misma. No tengo opciones y estaré así el resto de mi vida. Ella esta vieja y lo único que quiere es saber que tú....estarás conmigo siempre.

-¡Lo sé!, y he dicho que cuidare de ti siempre.

-Pero Terry, no se trata solo de que cuides de mi...es que tú y yo no casemos. Tú me dijiste hacía tiempo atrás que nos casaríamos.

-Solo necesito tiempo por favor....solo un poco más de tiempo.

-¿Tiempo?... ¿más tiempo Terry?, te he dado cuatro años y ¿aún quieres más? Estoy cansada de esperarte.

Vuelve  a mis brazosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora