Capítulo 9

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Estaba decidido, encontrarían y matarían a Vasily Karpov. O al menos ese era el plan de_(t/n)_ Reeves, quien al hacer ese trato había confiado su vida al extraño.

La noche había caído, la muchacha estaba lista para irse a dormir, por lo que su -ahora- compañero le dio una manta para el frío, además de su chamarra.

Dejó la puerta emparejada, no la cerraría como en la tarde. Le dedicó una ultima mirada a su acompañante antes de irse a dormir a la sala.

Apagó la luz, caminó hasta su cama mientras se ponía la chaqueta de él. Por extraño que sonara, le parecía cómoda y reconfortante; además de que le resultaba familiar. "¿Qué demonios Reeves?" se dio cuenta de lo que pensaba. Ignoró lo sucedido y prosiguió a acostarse sobre el catre; utilizó la cobija para cubrirse sus piernas y parte de su abdomen que la chamarra no lograba tapar. Durante el día parecían estar en el mismo infierno, pero ese infierno se congelaba durante la noche.

Tembló. A pesar de tener esas cosas, no le era suficiente para soportar el frío. "Será una larga noche..." No podría dormir por la temperatura y porque había descansado bastante por ese día. Tal vez se la pasaría imaginando alguna situación con sus amigos o en qué hubiese sucedido de haber escapado de su padre, si se hubiera librado, estaría en ese momento en la policía, siendo interrogada o "protegida". No saben lo pequeños que son a comparación de ellos, de HYDRA, de SHIELD; incluso de los Vengadores, los héroes mas poderosos del mundo.

Cerró sus ojos por un instante y se quedó dormida, sin embargo solo duró un par de horas. Se despertó pasadas las once de la noche. Había comenzado a temblar de nuevo y esta vez ya no tenía la cobija. Se levantó para empezar a buscarla, gracias a que la cortina estaba hacia un lado de la ventana, la luz de la luna ayudó a localizar la manta, solo se había caído.

La recogió, estaba por intentar volver a dormir, pero vio una silueta pasar por el pasillo. Eso la asustó bastante y más porque justo vio el momento en el que se apartaba de la puerta, la estaba viendo. Frunció el ceño, pensó que su compañero se estaría pasando de listo.

Se levantó a mitad de la noche para ir a con él. Tratando de no hacer mucho ruido, salió de su cuarto y con ayuda de las ventanas trató de visualizar el interior de la casa y todo lo que estuviese dentro. Primero caminó al baño, la puerta estaba emparejada y afortunadamente no había nadie. Seguidamente volteo a ver las escaleras, era la primera vez que se animaba a bajar al primer piso, en donde se supone que debía haber una cocina, un comedor y una sala; sin embargo todo tenía basura, cajas y tablas de madera, a excepción de un pequeño espacio en la sala de estar.

La puerta estaba abierta.

No revisaría el basurero que por nombre tenía cocina y comedor, por lo que decidió indagar en parte de la sala. Caminó hasta llegar a otro mueble, el cual estaba entre la puerta principal y un perchero, algo que estaba sobre la mesa había llamado su atención. Se acercó y tomó la mascara del tipo, al lado de ella también estaban los goggles, pero esos no los agarró. Se sorprendió mucho al verla. Revisándola por completo, no esperaba ver nada, solo le daba curiosidad.

Y de pronto escuchó un disparo proveniente de una escopeta. La hizo saltar de golpe, soltando la mascara. Creyó que sería buena idea salir y ver qué ocurría, gran error.

Apretó la chaqueta a modo de seguridad, cuidando cada paso que daba, después de todo, solo tenía una pantufla. Miró a su derecha, ahí estaba la camioneta en la que lo había visto llegar. Luego giró su cabeza a la izquierda, habían dos tipos: uno estaba tirado en el piso y el otro estaba en frente de él con el arma.

Ahogó un grito, pero su exclamación provocó llamar la atención del extraño. Ahora lo veía bien, tenía la misma complexión y su cabello estaba desatado, sin duda alguna era su "compañero".

Dio un par de pasos hacia atrás. Y por instinto, él también hizo lo mismo, pero hacia adelante, iría hacia ella. Soltó el arma, en cuanto lo hizo _(t/n)_ corrió en dirección opuesta. La persiguió.

No tenía idea a dónde ir, no conocía Texas, no había nadie a su alrededor y para empeorar las cosas, era de noche y escapaba de otro asesino. Maldijo su suerte. Miró detrás de ella, estaba por alcanzarla.

--- ¡Dios, sálvame por favor! -exclamó al cielo

Pero sus suplicas no fueron suficientes para alejarse de él. Corría mil veces más rápido que ella.

La atrapó, la abrazó por detrás, luego se cayó a propósito para que ambos estuviesen en el suelo, obviamente protegiéndola de la caída.

Refunfuñó.

--- Dios, si me escuchas... ¡te odio!

Ella dio una vuelta del lado izquierdo del tipo hasta tocar tierra y tener una distancia con él. Exhaló, se había rendido.

Negó con su cabeza. Era lo más rápido que había corrido y lo más cansado que había experimentado hasta ese entonces.

--- Solo hazlo, matame como a los otros. No sé que te detiene

La miró. Fue hacia ella y se puso encima de la chica, rodeando su cuerpo con brazos y piernas, no tenía salida.

Se estremeció, poniéndose nerviosa, inmóvil. Pretendió verle la cara, pero esta vez la luz de la luna se lo impedía, tendría que estar acostado -al igual que ella- para poder verlo bien. Lo único que veía era una silueta negra; aunque lograba apreciar esos orbes color azul, cual diamante. Resaltaban a pesar de todo.

Relamió sus labios, respiró profundamente y se acercó a su oído.

--- Por favor, debes confiar en mí -susurró

Procuró no tocar ni un centímetro de su piel, al menos estando así.

Se separó de ella, se levantó y consecuentemente le ofreció su mano derecha.

Tragó saliva, se recargó en sus piernas y con ayuda de él se terminó levantando. Estaba mirándolo, en frente suyo y todavía sosteniendo su mano. Ninguno se alejaba del otro.

Soltó su mano y comenzó a caminar sin decirle nada. Reaccionó al instante y lo siguió, iba detrás del sujeto. Ninguno hablaba, solo escuchaban los grillos y la ventisca de la fría noche.

Al llegar a la casa, _(t/n)_ se acercó a ver al hombre que estaba tirado. Estaba a salvo, no había rastros de sangre y mucho menos de heridas, ni siquiera un rasguño. La escopeta seguía ahí.

--- Estaba ebrio. Lo encontré en el suelo, intentó dispararme y se desmayó. Enseguida le quité el arma

Estaba de espaldas, todavía protegía su identidad, no quería que lo viera. 

Se acercó a él, abrazándose a sí misma para conseguir calor.

--- No entiendo porqué no me muestras tu cara

--- Son cuestiones de seguridad. Ya es bastante peligroso que yo sepa quién eres tú

Bajó la mirada, sin saber qué pensar o decir al respecto.

--- Pero, estamos juntos en esto... ¿no?

No respondió. Al contrario, decidió evadirla, entrando a la casa.

Te veo [Bucky Barnes]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora