Te veo [Bucky Barnes]

Capítulo 7

Estiró sus piernas, volteándose del otro lado de la cama, ya se había cansado de estar en esa posición. Quiso separar sus manos para hacer lo mismo, pero no lo consiguió.

--- ¿Uh?

De pronto, sintió como sus piernas y manos estaban atadas. También abrió los ojos, pero no veía nada; además de tener amarradas sus extremidades, una venda cubría sus ojos. Maldición. Todavía no era asesinada por su padre, lo que le provocaba extrañeza. ¿Por qué había cambiado de opinión? ¿Acaso la había dejado vivir? No, era poco probable; seguramente se la había llevado con él a HYDRA. Otra opción sería que quería asesinarla estando consciente. Lunático.

Se movió de un lado a otro, estaba encima de un catre. Además tenía mucho calor, incluso vistiendo la pijama de tela delgada. Suponía que no estaba en casa, debido a que no recordaba tener un catre -a no ser que estuviese oculto todos estos años en el ático- y si era cierta su teoría ¿en dónde estaban? ¿cuánto tiempo había transcurrido?

Intentó quitarse la venda que tapaba su vista con ayuda de sus hombros, pero no sucedió, estaba muy bien asegurada.

No sabía si gritar para pedir ayuda, dudaba si el lugar tenía ventanas o más personas involucradas, de cualquier forma se terminaría metiendo en problemas mayores por lo que no quería arriesgarse. Tanteó la cama, esperando que no hubiese alguien a su lado. Y afortunadamente estaba sola. Luego reflexionó: "Si Edward estuviera aquí, ya hubiera dicho su monologo de villano".

--- Te puedo ver, cara de escroto -mintió

Quería estar segura al haber formulado ese razonamiento, tratando de llamar su atención hablando en voz baja, sin embargo no recibió respuesta alguna.

Posteriormente comenzó a deslizar sus manos, se quitaría las sogas. Aunque era bastante dificil, tenían un buen nudo y sus manos estaban en su espalda. Forcejó, no notaba ningún avance. Se desesperó hasta tal punto de iniciar a ir de un lado a otro, no midió bien el espacio y por ende cayó -y de cara-.

--- Mierda...

Se apoyó de sus piernas para levantarse. Había algo distinto en el piso, era de madera y no tenía un buen soporte; por lo que estaría en planta baja (y que debajo de ella estuviera el sótano) o en un primer piso. Así que estaba la posibilidad de tener ventanas. Se alegró por eso, pero su expresión cambió al darse cuenta del sonido que había provocado su caída. Unos pasos se hicieron presentes, se aproximaba.

Caminó hacia adelante, pero chocó con la pared y se volvió a caer, esta vez de espaldas. Había un espacio entre el catre y la pared.

La puerta rechinó al abrir, como todo el suelo.

Un escalofrío recorrió su cuerpo, paralizándose. Su padre se daría cuenta de que intentó escapar.

Se detuvo un momento para observarla. Atrapada en aquella distancia que había entre la cama y el muro. Se dirigió hacia ella sin cerrar la puerta de la habitación.

Definitivamente era él, ya que sus pasos eran firmes y pesados, característica de un hombre. Cada vez los escuchaba más cerca y otra vez, dejó de caminar, debía estar en frente o detrás de ella.

No pensó en como reaccionar, si desafiarlo o fingir desesperación o incluso un llanto. Suspiró, tomando la decisión más sensata: calmarse. Por otra parte, podría estar pensando en deshacerse de ella justo en ese momento.

--- Imbécil... -le costó pronunciar- ...no pudiste matarla personalmente, ¿ahora podrás cumplir ese inmundo deseo conmigo?

Apretó la mandíbula, esperando lo peor.